Y con la nueva gobernanza no se acabaron ni los privilegios ni la frivolidad. La agenda de David Monreal Ávila (esa que le manejan sus dos custodias) le permite asistir a festejos ostentosos en medio de dos crisis: el desbordamiento de la presa en Genaro Codina, y la parálisis de la economía familiar de quienes integran la nómina educativa del estado.

Se la atribuye a María Antonieta de Austria una frase emblemática, que rememora Jean-Jacques Rousseau en su libro Confesiones, escrito entre 1765 y 1767. Ideólogo del ala jacobina en medio de la revolución francesa, acuña la anécdota: “Finalmente recordé lo peor de una gran princesa a quien se le dijo que los campesinos no tenían pan, y que respondió: Que coman brioche [pasteles]”.

Qué mejor hito histórico para explicar lo que significaba una celebración lujosa que premiara públicamente (con una convocatoria política cada vez más reducida y cuestionable), a la comisionada del INAI, su asesora y asistente personal, Norma Julieta del Río Venegas. El magisterio, jubilados y pensionados, acumulaban, para entonces, cuatro días sin ningún ingreso.

Eso sí. Buena parte de los ahí reunidos, contando a los que estrenaron nómina en la “nueva gobernanza”, recibieron su pago puntual desde el miércoles por la tarde. Estuvo la subsecretaria de Egresos de Finanzas, Silvia Saavedra Juárez. Lo mismo que el “tembloroso” titular de la secretaría (como lo calificó David), Ricardo Olivares Sánchez.

Desde el púlpito presidencial, el 14 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador dijo, a quien quiso escuchar: “Básicamente ayer hablé con el gobernador Héctor Astudillo dos temas: Uno es apoyarlo para que se cuenten con recursos y se pueda pagar la nómina en Guerrero, hicimos ese compromiso”.

Y siguió: “No hay adeudos, la federación está al corriente en el caso de Guerrero y en todos los casos; sin embargo, tienen dificultad los gobiernos estatales en sus finanzas y lo que procuramos es adelantarles recursos de sus participaciones, sólo con el compromiso de que se destinen al pago de la nómina, que no se queden los trabajadores, los maestros, sin recibir su salario”.

El segundo de ellos fue el recién electo de Morena en Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla. Este lunes, a través de Twitter, informó que había alcanzado un acuerdo cercano a los 3 mil millones de pesos que garanticen “el pago de salarios a las y los trabajadores del sector educativo”. Ese logro, insistió, nació gracias al beneplácito de Palacio Nacional.

¿Y David? En un vertiginoso ritmo de fiestas y celebraciones desde hace días, que intentó remendar con unas cuantas fotografías suyas en Genaro Codina. No hay recursos del FONDEN, sin embargo, llevó a la Delegación de Bienestar a levantar otro censo más que le permita hacer lo que mejor sabe hacer: condicionar los pocos apoyos que pueda recibir la población en lo que queda del 2020.

Sin Fondo para Desastres Naturales, con supuestos pasivos por mil 600 millones de pesos en las arcas gubernamentales, ¿qué otra cosa hizo David en Genaro Codina sino perder el tiempo en retratarse con los damnificados? El vacío de autoridad, en esta ocasión, lo llenó su esposa Sarah Hernández de Monreal, que mantuvo el flujo de víveres mientras el gobernador celebraba.

Empero, después de la resaca, que alivió la comisionada con otro agasajo para algunos de sus invitados, ahora la nueva gobernanza quiere “acompañar” a los maestros en su lucha. Parece que no han pulsado el ánimo de la gente en las redes sociales desde el 15 de septiembre. La presión social se acumula paulatinamente, hasta que los agremiados sindicales rebasen a sus “líderes”, ayer todavía en la indecisión.

A excepción del bloque de la CNTE liderado por Marcelino Rodarte Hernández, el SUPDACOBAEZ, el SITEZ, y el SNTE 58, únicamente apoyaron el paro indefinido. Y a ellos se encaramaron la senadora María Soledad Luévano Cantú y Omar Carrera Pérez. Buscan revivir la estrategia monrealista en el año 2000 con la marcha para exigir recursos carreteros a Ernesto Zedillo Ponce de León.

De esa exigencia brotaron las autopistas Zacatecas-Aguascalientes, y Zacatecas-Durango. En ambas, empresas como el Grupo Constructor Plata, y otras similares, han obtenido diversos contratos de conservación periódica. Luego, en 2002, con sede en Cancún, Quintana Roo, Ricardo Monreal Ávila asiste a la conformación del bloque de gobernadores que crearon la CONAGO.

Fue una maniobra para descentralizar el poder presidencial que había articulado el priismo, desde sus orígenes como partido de estado. Vicente Fox Quezada, primer presidente de alternancia, encuentra en los gobernadores una balanza de poder. Así obtuvieron mayores beneficios fiscales y presupuestales, evidentemente sin abrir sus estados a regímenes menos caciquiles.

El problema es que en política las fórmulas no se repiten porque las condiciones sociales e históricas cambian. Es algo que nunca ha entendido Ricardo Monreal y que, ahora en la figura de Soledad Luévano, pretende abrir un frente de choque con Andrés Manuel. Ni milimétricamente hay comparación alguna entre Zedillo, Fox y López. Van a una misión suicida en la que David y Zacatecas serán los grandes perdedores.


#Casualidades: En el debate público ha pasado desapercibida una zacatecana de ligas mayores. No me refiero a otro de los tremendos chuscos que hizo Julieta del Río en el Templo Mayor del diario Reforma, porque eso de obedecer a dos amos la deja mal en el INAI.

No. Hablo de la Secretaría de Energía, Norma Rocío Nahle García, una de las propuestas presidenciables de López Obrador; un mensaje que el monrealismo ha minimizado en su tierra. Tenían razón David y Ricardo en señalar que “con ayuda” del presidente, a Zacatecas le va mejor.

Omitieron mencionar que “sin la ayuda” de Andrés Manuel, Zacatecas se incendia en cuestión de días. Están más ocupados en pensar en el 2024, porque así se los impuso el tabasqueño, que les marca la agenda y el ritmo de la danza política desde hace años.

La fiesta de cumpleaños del magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Zacatecas, Arturo Nahle, presentó una convocatoria mucho más provechosa hace algunas semanas, que la de Julieta del Río este sábado. Ahí asistió una presidenciable, ni más ni menos.

A David no le abren las puertas en Palacio Nacional, lo mismo que a Ricardo, ahora acostumbrado a recibir al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en el Senado, pues los desayunos con el presidente ya son cuestión del pasado y no volverán.

Enviar a un “tembloroso” y enfiestado Ricardo Olivares a pedir otro adelanto de participaciones (después del que solicitó en plena elección), es un presagio terrible. No obstante, Ricardo en voz de Soledad, insiste en ir a una guerra perdida. Pues bien, el apellido Nahle suena a futuro en Zacatecas.

Twitter: @GabrielConV

Un comentario sobre ““Que coman pasteles”.”

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