La correlación de fuerzas en la LXV Legislatura comienza a vislumbrar sus primeros acomodos. Los más importantes: la definición de las bancadas (cómo y quiénes las integrarán), así como la votación para colocar a las y los coordinadores de las fracciones parlamentarias.

En cuanto a la definición de bancadas, para la coalición Fuerza y Corazón por Zacatecas se presentan obstáculos desde el primer minuto. En cada uno de los partidos existen diferencias internas que dividen los pocos escaños obtenidos a la hora de configurar las bancadas.

El panorama dependerá también de las impugnaciones a las fórmulas de sub y sobre representación que aleguen los partidos políticos en los próximos días, y la evaluación que realice el Tribunal de Justicia Electoral del Estado, una vez que determine y califique la validez de la elección.

María Elena Canales Castañeda, por ejemplo, tendría que ceder el puesto a Eleuterio Ramos Leal, pues alcanzó el triunfo de mayoría relativa en el distrito de Valparaíso, después de una larga espera a que las autoridades electorales validaran su registro como candidato, días antes de la jornada electoral

Según las cifras que muestran los consejeros del IEEZ de lo que se aproxima en el mes de septiembre, si el PRD no logra colar otro diputado vía jurídica, tendrá que conformarse con estos dos para navegar en el parlamento durante estos tres años.

Mientras que en el PAN, vendrá una primera negociación entre “Maritere” López García y Karla Guadalupe Estrada García para definir la coordinación de bancada, con la ventaja que mantiene la del distrito 3 local con el triunfo de la elección por mayoría relativa, a diferencia de la candidata albiazul en la zona de los Cañones.

Tendría que existir un acuerdo previo entre ambas para poder equilibrar la balanza que recarga de su lado Jesús Eduardo Badillo Méndez, con más de 18 mil votos en su bolsillo con los que exigirá la coordinación del grupo parlamentario. Lo que es seguro, es que entre “Chuy” Badillo Jr. y Maritere García, saldrá el o la próxima coordinadora.

En el mismo sentido deberán de aproximarse los del Revolucionario Institucional. Méritos por triunfos en campo únicamente los tuvieron: Dayanne Cruz Hernández y José David González Hernández. Las y los plurinominales deberían, en este escenario, dar preferencia a quienes sí ganaron las campañas.

Especialmente en el caso de Dayanne Cruz, ya que representa un perfil que obtuvo votos a contracorriente y con muy poco apoyo de los partidos coaligados. La fuerte cuota de Fresnillo (en voz de Javo Torres), además, tendría que imperar a la hora de ponderar el peso de la “representación popular” en la bancada del PRI.

En cuanto al Partido del Trabajo, no quedan dudas de que Alfredo Femat Bañuelos asumirá la dirigencia de la fracción parlamentaria por la experiencia legislativa del ahora tres veces diputado local. Esa bancada la conforman también Renata Ávila Valadez y Alberto Nahle Sánchez (a escasos votos del triunfo en Río Grande).

En una situación atípica se encuentra ahora Nueva Alianza. Rota la convivencia (temporalmente) con la nueva gobernanza, Soralla Bañuelos de la Torre tendría que buscar un nuevo acercamiento con la bancada del Bienestar para obtener en préstamo un diputado y así armar su bancada. O quedarse con una diputada “independiente”.

Mientras que en el Verde Ecologista, parece predecible encontrar a Lyndiana Bugarín Cortés como coordinadora de ese grupo parlamentario. La cercanía que mantiene con el bloque del Bienestar la pone en un lugar privilegiado para controlar al PVEM en los distintos periodos de la LXV Legislatura.

Los “fosfo-fosfo” (y caras viejas de la política) Marco Vinicio Flores Guerrero y Ana María Romo Fonseca ya tendrían un primer acuerdo para alternar la coordinación de Movimiento Ciudadano. Lo interesante será atestiguar hasta qué punto juegan a ser esquiroles en la recta final del sexenio de David Monreal Ávila.

Finalmente, las cosas en la nueva gobernanza tendrían que acomodarse hacia el lado del Bienestar, pues los “ricardistas” sólo cuentan con los votos de Martín Álvarez Casio, Santos Antonio González y Jesús Padilla Estrada. Como ya se vio en campo, se opera la reducción de poder de Saúl Monreal Ávila como aspirante al 2027.

A menos que fragmenten desde dentro y se conviertan en tres “votos bisagra” (única manera de empoderarse), la extensión de los hilos de Verónica Díaz en la Legislatura viene como cobro de cuota a los serviles que llevó a sus curules. Empero, si Saúl dice entender el escenario próximo, ya debería de estar buscando el fichaje de Martín Álvarez a la bancada de Nueva Alianza.


#Casualidades: La opinión pública tiende a confundir la normativa electoral en cuanto a la “pérdida de registro de un partido”. Si bien, es el caso del PRD a nivel nacional con menos del 3% de la votación, en Zacatecas esas cifras cambian.

Esto según los números plasmados en el acuerdo ACG-IEEZ-000/IX/2024, por el que se aprueban los cómputos estatales para la elección de diputadas y diputados por el principio de representación proporcional.

El Partido de la Revolución Democrática, de acuerdo con la “votación válida emitida”, obtiene el 4.76% de los sufragios en la jornada electoral del pasado 2 de junio. Ello le abre la puerta al privilegio partidista del “registro local”.

Esto es, si el PRD quiere mantener su registro en Zacatecas, deberá de emplazar a asambleas que ratifiquen cierta cantidad de firmas con las que puedan mantener la franquicia en el estado.

Dependerá de Miguel Ángel Torres Rosales, José Juan Mendoza Maldonado y Eleuterio Ramos Leal juntar las estructuras para ratificar el porcentaje de votos local, e incluso afiliar a más militantes si es posible.

Como resultado, no hay que descartar tan pronto al Sol Azteca en Zacatecas. La puerta está abierta para que conserven el registro como partido local, prioridad que deberán desplegar una vez concluya el proceso electoral con la calificación de la elección.

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