La primera reunión de legisladores federales de Morena con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, dejó señales inconfundibles de lo que los actores políticos deben esperar en un futuro próximo para Zacatecas. La nitidez en los escenarios terminan por aclarar algunas confusiones.
Es preciso que nos situemos en los meses de octubre y noviembre del 2023, cuando la carrera por dos espacios en la fórmula de Morena al Senado reflejaba en las encuestas una caída en la aceptación de apellido Monreal, y de rechazo absoluto a las aspiraciones de Verónica Díaz Robles.
Fueron meses de intensa especulación y de manifestaciones políticas tan absurdas como los berrinches del “gobernador” (así le dicen) David Monreal Ávila si no le permitían imponer fórmula, quebrar la coalición con el PT y el PVEM a nivel federal, e imponer veto a distintos aspirantes, a cambio de “operar” la elección de su partido.
El único factor que parecía tener coherencia con la realidad eran los números de encuestadoras como TrueData (cuando sus mediciones reflejaban mayor veracidad) y Massive Caller. La fórmula indiscutible en las mesas de negociación, por preferencias electorales, la encabezaban otros dos perfiles.
Estos eran los de Ulises Mejía Haro y Geovanna Bañuelos de la Torre. Así lo confirmaron distintos asistentes a esas mesas de consenso en la coalición Morena-PT-PVEM a nivel federal. Empero, la mano negra de Mario Delgado Carrillo colocó las ambiciones del apellido Monreal dentro del partido.
Fue en aquella conferencia de prensa del 10 de febrero, cuando el entonces líder del partido aseguró: “hubo una manifestación del Consejo [Estatal] de Zacatecas… que dudan del resultado de la encuesta. Ellos pueden verificar que la ganadora fue la senadora actual Soledad Luévano, seguida de la senadora Geovanna Bañuelos”.
Luego se refirió a otras dos participantes, entre las que se encontraban Susana Rodríguez Márquez y Verónica Díaz. La numeralia correspondía con el rechazo latente que se verificó este 2 de junio, en el voto de castigo al apellido Monreal en zonas urbanas, lo que los obligó a replegarse al amplio mapa rural y comunitario.
Si bien la imposición política de Saúl Monreal Ávila y de su “excuñada”, la delegada del Bienestar, en la fórmula al Senado aplastó la retórica de Mario Delgado, no pisoteó de igual forma los números de las encuestas. El par de legisladores de la Cámara Alta lo fueron gracias a Claudia Sheinbaum, y no a la nueva gobernanza.
Lo que nos trae al punto medular. Al contrincante Ulises Mejía, y a la senadora Geovanna Bañuelos se les aisló momentáneamente de la película, en lo que los de Puebla del Palmar y una “excuñada” incómoda celebraban que los berrinches y las amenazas de David y Ricardo habían rendido frutos.
No como los esperaba Saúl, pues entró en segundo lugar de la fórmula, con una derrota a cuestas en Fresnillo por un amplísimo margen de votos, casi 15 mil 500 sufragios menos en la cuna de los Monreal. Aunque el objetivo se había logrado, fue de la manera en que “ganaron” aquellos dos con amplias derrotas en centros urbanos.
Así llegamos al 2 de mayo, cuando lo inesperado sucedió. Ulises Mejía sustituía a Alfredo Femat por indicaciones superiores (como el exrector de la UAZ informó), y Claudia Sheinbaum imponía a su propio candidato en Zacatecas, por encima de los consensos que tuvo que tolerar en los jaloneos internos.
Un mes posterior también nos enteramos de la derrota de Eldaa Catalina Monreal Pérez en la delegación Cuauhtémoc, lo que representaba una fuerte hemorragia política para Ricardo Monreal, pues lo disminuía a una coordinación de bancada en San Lázaro, amarrado con alfileres de obediencia.
Obediencia que deberán acatar (aunque no sean muy adeptos a ella) tanto Saúl como David, y Verónica Díaz. So pena de revivir la herida de traición que jugó Ricardo en la elección del 2021, en la que empoderó a Sandra Cuevas Nieves, los pocos refugios que hoy tienen los de Fresnillo quedan sometidos a la subordinación.
Siempre tendrán la puerta abierta en Movimiento Ciudadano, partido en el que ya militaron, pero saben que enfrentarse al poder de Claudia (con el respaldo de Andrés Manuel López Obrador) hoy ya no es una opción. Y sí, la foto que más resaltó la presidenta electa (a petición de ella misma) con un zacatecano, fue la de Ulises Mejía.
La guerra sucia que se desatará hoy mismo en contra del diputado federal perteneciente al equipo cercano de la nueva inquilina de Palacio Nacional, por supuesto que tiene un origen rastreable, y es más que evidente.
#Casualidades: El Sol Azteca en Zacatecas no será el único partido opositor que se enfile a la renovación de su dirigencia estatal, una vez concluido el proceso electoral con la calificación de la elección por parte del Tribunal Electoral.
En mismas condiciones se encuentran los de Acción Nacional, que deberán pasar de la reflexión sobre los resultados obtenidos el 2 de junio, a la convocatoria para el cambio de dirigencia, primero nacional y luego estatal.
En mucho depende lo que se encuentre realizando en estos momentos el equipo de Miguel Ángel Varela Pinedo para defender el triunfo de la capital en la mesa, que hace unos días tuvo una audiencia en el TRIJEZ como tercero interesado.
De retener los resultados, Varela quedaría descartado para competir en la renovación de los órganos directivos de su partido en Zacatecas por el simple hecho de que no renunciaría a la presidencia municipal para ocupar el otro puesto.
En caso de una eventual derrota en tribunales (que no en urnas) por acuerdos políticos, existiría la posibilidad de que Varela Pinedo se enfile como posible dirigente estatal, en relevo de Verónica Alamillo Ortiz.
Todo partirá de qué tan bien defienda el triunfo, y para ello debería de estar tocando puertas en la Ciudad de México, con la finalidad de intensificar el cabildeo con las fuerzas políticas que influyen en las autoridades electorales, más allá de lanzas campañas mediáticas en Zacatecas. Y el tiempo apremia.