La concentración multitudinaria a la que convocó el magisterio este lunes no inició con las diferencias entre la Sección 34 y 58 con la Secretaría de Educación de Zacatecas, debido a un adeudo por 3.5 millones de pesos para el pago de becas destinadas a las y los hijos de los trabajadores de la educación.
Aquella movilización social encuentra sus prolegómenos en la renovación de las dirigencias de ambos sindicatos, el 13 de diciembre del 2024. Ahí donde Soralla Bañuelos de la Torre y Oscar Castruita Hernández fueron expulsados de sus cotos de poder, puesto que dejaron de representar los intereses del gremio años atrás.
Ambos sindicatos se encontraban inactivos. Las dirigencias buscaban mayoritariamente la vía del acuerdo con el ejecutivo estatal, y únicamente salían a las calles cuando la demanda laboral rebasaba sus métodos de consenso con el poder. Al llegar a las secretarías Filiberto Frausto y Marcelino Rodarte, el esquema mutó.
Aún y cuando la nueva gobernanza llevó alfiles a la elección de diciembre, y hubo grupos apadrinados por el exaspirante a gobernador, Saúl Monreal Ávila, los votos en las urnas escolares rompieron con la hegemonía de quienes utilizaban los sindicatos como brazo ejecutor de intereses minúsculos, no de la mayoría.
El resultado es una de las primeras manifestaciones masivas, que logró reunir otras demandas sociales relacionadas con el sector agropecuario, la resistencia civil contra el segundo piso, los bloques universitarios de la UAZ, los agremiados del SUPDACOBAEZ, y las secciones 34 y 58.
Ese conjunto de voces que David Monreal Ávila no reconoce como “pueblo”, porque su concepto más bien queda circunscrito a los padrones de programas sociales y las filas de voto corporativo de Morena. Todo aquello que resulte en disidencia, del tipo que sea, el que se dice “gobernador” no pasa de calificarla como “politiquería”.
Incluso días antes, durante la clausura de su foro Sembrando Bienestar, a David se le ocurrió mencionar que dichas manifestaciones estaban “muy adelantadas” porque ni siquiera ocurrían en año electoral. Tal vez no le explicaron lo que sucedió en los comicios sindicales de diciembre, o de plano prefiere mirar para otro lado.
Y así lo hizo. Mientras la movilización de eso que llama “pueblo” (pero que no reconoce como pueblo), paralizaba casetas de cobro de peaje federal y distintas vialidades de la zona conurbada, David continuaba con su agenda en la Ciudad de México para visitar a su hermano Ricardo en San Lázaro.
Al mismo tiempo, en las redes sociales del “gobierno” (así le dicen) notificaban la dispersión de la nómina del magisterio estatal y telesecundarias. Las presiones en las mesas de diálogo entre la disidencia y la nueva gobernanza generaban resultados inmediatos, pese a los esfuerzos de Rodrigo Reyes Mugüerza por desvirtuar la marcha.
Casi como una copia de lo que sucedió previo a la marcha del 8M el año pasado, Rodrigo y Gabriela Evangelina Pinedo Morales quisieron difundir algunos distractores el domingo anterior, como último recurso para intentar lavarse las manos de lo que ocurriría desde las primeras horas de este lunes.
En respuesta recibieron sendos oficios girados por Soralla Bañuelos, los cuales fueron colocados en redes sociales para desvirtuar, en cuestión de minutos, la conferencia de prensa de Palacio de Gobierno. El resultado: evidencia tras evidencia de cómo la nueva gobernanza ha querido tergiversar el conflicto con el magisterio.
Si bien no es momento para el ajuste de cuentas en el cambio de dirigencias de las secciones 34 y 58, pues para ello hay un proceso vigente de entrega-recepción, el intento de dividir a un gremio amalgamado por los “viejos agravios” que iniciaron el primer minuto de este sexenio, resultó contraproducente.
La manifestación multitudinaria no debería entenderse en un contexto electoral. No tiene sentido alguno que el propio “gobernador” (así le llaman) quiera encasillarla donde no corresponde. Lo que sí hay en estos momentos es el caldo de cultivo que buscará el voto de castigo en 2027. Y no es menor.
La nueva gobernanza va rebasada. Presumir durante todo el día que se concedió la dispersión de nómina (que no se había depositado como medida de presión), tan sólo muestra a la administración de David Monreal como una sin peso político alguno, y qué tan desvinculada del magisterio se encuentra su Secretaría de Educación.
David no se equivoca, aunque prefiere ver la imagen al revés. Los más de 20 mil agremiados que paralizaron la ciudad capital este lunes representan los votos que ha perdido en todo su sexenio. Votos que será muy difícil de convencer nuevamente para apoyar a un candidato(a) proveniente del lugar donde comenzó esta crisis.
#Casualidades: Nada contentos quedaron los dos David en la última reunión ejecutiva de la JIAPAZ. Tanto el director del organismo, como el titular de la nueva gobernanza, no sólo tuvieron que soportar la presencia de Miguel Ángel Varela Pinedo.
Además se vieron obligados a recorrer la misma reunión para una siguiente fecha, pues David García desconocía que la convocatoria debía ser difundida con cinco días de anticipación. Total que “el imperativo de ley” (David dixit) es lo que menos importa.
El alcalde capitalino inició la reunión remarcando el “error” en que había incurrido el director de JIAPAZ (y funcionario al servicio de la constructora Grupo Plata), así que a su patrón el “gobernador” (así le llaman) no le quedó de otra que recular.
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Más tarde David Monreal se quejó de que la gente no pagaba las cuotas de agua reales a dicho organismo, por eso urgía el incremento del cobro a los usuarios. Ya sólo faltaba que el de la JIAPAZ respetara la normativa que rige al organismo.
A ello hay que agregarle la peculiar puntualidad con la que David arriba a las reuniones que le agendan en la Jefatura de la Oficina del Gobernador. Una hora tarde, cuando ya todos los integrantes de la junta ejecutiva de JIAPAZ se encontraban en el lugar.
Total que eso de los que van de pueblo en pueblo “saqueando”, conocen mejor el reglamento de la JIAPAZ que sus propios funcionarios. Tanto que mejor los cortan de las fotos oficiales de las redes del gobierno estatal. ¡Plop!