Lo confirmaron hace unos días en las cúpulas partidistas a esta columna: es inminente la salida de Adilene Rosales Romero de la delegación del Bienestar en Zacatecas. Ella y Verónica Díaz Robles lo sabían de antemano, pues esa fue la instrucción que dio Claudia Sheinbaum Pardo a las y los gobernadores del movimiento guinda sobre los próximos relevos en sus estados.
Se entiende entonces, como se explicó aquí el pasado 4 de octubre, por qué la senadora de Morena y la coordinadora local de la bancada del PVEM, Lyndiana Bugarín Cortés, fueron las únicas encargadas de difundir una “ratificación” que tenía fecha de caducidad desde un inicio.
Se entiende también, como apuntamos aquella vez, por qué en las redes sociales del nuevo Gobierno de México, así como en su sitio web, no fluyera ningún comunicado o boletín oficial sobre los presuntos “nombramientos” que no fueron tal. Sheinbaum Pardo únicamente les ofreció un periodo de gracia para cerrar su ciclo en el Bienestar.
Cualquier día de enero será la fecha en que tendrán que desalojar la oficina, a petición de la presidenta del país, así que les quedan de seis a diez semanas para planear una ajustada entrega-recepción en La Secta, ya sin el consejo y la asesoría de Norma Julieta del Río Venegas, como tanto la necesitaron durante al menos tres años desde el 2018.
Dentro de la nueva gobernanza, La Secta ha perdido poder de manera acelerada. El último golpe que asestaron los de Puebla del Palmar al “equipo” de Verónica Díaz fue el traslado de Bennelly Hernández Ruedas al despacho de la Secretaría de Desarrollo Social, que hacía como que timoneaba Sergio Casas Valadez.
Posterior a los resultados de la pasada elección en el gabinete de David subsiste un pronunciado crecimiento de cuadros que particularmente se identifican por haber colaborado en su momento con el ahora presidente de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro, Ricardo Monreal Ávila.
Si acaso, el único “funcionario” de todas las confianzas de David que aún permanece cerca del poder es Carlos Alberto Zúñiga Rivera, su chofer de toda la vida. Pero, incluso en la Jefatura de Oficina del Gobernador se extiende el brazo operativo de Ricardo, si hablamos, por ejemplo, de su coordinación administrativa.
Eva Zamora García, encargada de los dineros del despacho de David llegó a ese puesto por recomendación de César Deras Solano, con quien laboró en un corto periodo de tiempo dentro de la agencia de ventas de automóviles Deral (Deras–Monreal), después de conocerla en un centro deportivo, según relata ella misma a sus cercanos.
Y al igual que en otras coordinaciones administrativas en las que César ha impuesto una lista de personal -por alguna peculiar razón- exclusivamente femenino, en la Jefatura de la Oficina de David Monreal los dineros pasan por el consentimiento compartido de Zúñiga y Deras. De esa lista hablaremos a fondo en futuras entregas.
Ya se había explicado aquí en otro momento que César Deras, poco a poco, se ha adueñado de una parte de la estructura administrativa del gobierno, con la finalidad de que Ricardo lleve mano en diversas licitaciones públicas y compras por adjudicación o concurso restringido.
Si bien en redes sociales algunas páginas actualmente extienden una campaña contra Zúñiga Rivera, sólo de manera reciente han involucrado a Deras Solano dentro del esquema de compras y licitaciones que concentran estos dos personajes. Esto sería parte de la revancha desde La Secta, cada vez más arrinconada y sin ruta de salida.
De ello es testigo Gerardo Flores López, ex coordinador de Comunicación Social que aún no logra un puesto definitivo en el Senado de la República, y desde hace tiempo perdió el derecho de picaporte para meter sus narices en decisiones sobre proveeduría en medios de comunicación y rotación de personal dentro de esas áreas y en SIZART.
Una reciente visita de Rodrigo Reyes Mugüerza a las instalaciones del Sistema de Radio y Televisión, acompañado de Ana Isabel Pineda Flores, tuvo como finalidad (después de varios años) conocer el organigrama interno, las tareas del personal, los programas operativos, y las razones por las que Hermelio Camarillo Conde regularmente no asiste a su oficina.
Todo lo anterior sería parte de la estrategia de los ricardistas para apoderarse, de una vez por todas, del gabinete que un día tuvo el privilegio de controlar Verónica Díaz. De acuerdo con fuentes al interior de ese grupo, en diciembre vendrían más cambios en puestos de decisión.
Los relevos pendientes tendría como objetivo continuar con el proyecto de avasallamiento, ¿para qué sirva después a las aspiraciones de Saúl Monreal? De no lograr apoderarse luego de la Delegación del Bienestar en enero, a los del Puebla del Palmar sólo les quedaría el “poder electoral” del gabinete de David.
#Casualidades: El rector Rubén Ibarra Reyes soltó a uno de los menos cuerdos entre su equipo para continuar el paro de actividades dentro del Campus UAZ Siglo XXI, y ahora no sabe cómo controlarlo.
El docente Jorge Armando Mauricio Castillo que ya había sido expulsado de la Unidad de Agronomía por las mismas actitudes intransigentes y beligerantes, es responsable de que alrededor de diez mil alumnos se queden sin clases al cierre del semestre.
De Agronomía fue a caer a la Unidad Académica de Ciencias de la Salud, en donde ha intentado vender humo cuando así se lo solicita Rubén Ibarra, todo aderezado de presuntas tramas de corrupción y acoso académico.
Sin embargo, lo saben entre el personal académico y del sindicato, pues Mauricio Castillo, por órdenes de Rubén Ibarra, se encargó de reventar distintas asambleas universitarias con anterioridad, donde jugó como el porro esquirol de la rectoría.
Mauricio trabaja codo a codo con un rector que también fue a pararse el cuello a la Semana Nacional de Transparencia dentro del Teatro Calderón, en donde por fin extendió el saludo incluso a quienes veía con bastante desdén.
Ahora Rubén, a solicitud de Mauricio Castillo, tendrá que desenredar un paro de actividades de una sola persona (a su cargo), como cortinas de humo por su reciente ruptura con su padrino político Francisco Javier Domínguez Garay, y porque no hay dinero para la nómina, aunque se la viva “gestionando” (y viaticando) en la Ciudad de México.