Las prioridades en la nueva gobernanza no están bien definidas, salvo en el terreno electoral. Uno muy empedrado y lleno de obstáculos. Sin embargo, el “Año de la Paz y el Bienestar” sigue sin tomar forma ni contenido alguno. Es un mero adorno por encima de la fachada que insisten en llamar “gobierno”.

El cambio en la Secretaría de Educación, más allá de liberar de compromisos a María del Carmen Salinas Flores para que pueda tejer su candidatura a la Auditoría Superior del Estado, encubre un mensaje de mayor importancia, como el que Gabriela Evangelina Pinedo Morales haya tenido que regresar al gabinete local y negara la suplencia en el Senado que le ofrecía Verónica Díaz Robles.

Si la idea y el proyecto de David Monreal Ávila era reposicionarse en la delegación de Bienestar a través de su ex secretaria General de Gobierno, la coyuntura en la Ciudad de México simplemente no termina por facilitarle los cambios que él hubiera deseado… y en La Secta el silencio no es menor.

Metidos en la idea de utilizar a la dirigencia estatal de Morena como ruta de “oposición” al gobierno de Miguel Ángel Varela Pinedo, la voz de Rodrigo Reyes Mugüerza quedó ausente de cualquier tema que tenga que ver con el gobierno de la capital de Zacatecas. El motivo, evidentemente, tiene tintes proselitistas.

Voces como la de Rodrigo comenzarán a alejarse del ring de confrontación política entre el edil capitalino y el “gobernador” (así le dicen) del estado. La prioridad es cuidar su imagen pública de cara al 2027, ya que entre los “ricardistas” es de los elegidos como aspirante al ayuntamiento de Zacatecas.

Su rival inmediata es la titular en la Secretaría de Mujeres, Karla Guardado Oropeza. La novel secretaria, hasta el momento, ha sido colocada en el tablero de David para competir por la misma posición. De ahí que la sectorialización de sus políticas públicas comiencen a enfocarse mayoritariamente en los polígonos capitalinos.

Rodrigo y Karla serán totalmente ajenos a las coyunturas del viaducto elevado, la desincorporación de trabajadores del ayuntamiento al sistema de pensiones del ISSSTEZAC, y cualquier otro tema en la agenda pública que pueda cargarles negativos de manera temprana, pues aún restan dos años para llegar al proceso electoral.

Empero, el filtro primordial del gabinete en la nueva gobernanza comienza a cargarse hacia el lado de las urnas y el posicionamiento personal de distintos funcionarios. Salvo en la Secretaría de Economía, que sería el último asiento en las reuniones del Edificio A en quedar vacante para un siguiente cambio.

De ahí que el lema gubernamental del “Año de la Paz y el Bienestar” únicamente sirva de mampara que oculte estos movimientos al interior de la administración de David Monreal. Y la realidad es que no existe una agenda en común que articule cualquier lógica de “gobierno”. Por el contrario, los “esfuerzos” siguen divididos.

El de Puebla del Palmar insiste, por ejemplo, en fortalecer a los elementos de seguridad en los destacamentos de Villanueva, único polígono prioritario para la Mesa de Construcción de Paz. No tienen la misma atención ni Zacatecas (con otro homicidio en plena Plaza Bicentenario), ni Fresnillo, ni Guadalupe.

Por qué David voltea la mirada la mayor parte del tiempo a las rutas que se abren desde la carretera a Villanueva, es una interrogante que las corporaciones de seguridad no han esclarecido del todo. Lo que es seguro es que otros centros urbanos donde se concentra el voto de castigo a los Monreal, han pasado a un plano secundario.

Estas decisiones contrastan precisamente con el slogan de “paz” y “bienestar”, que teóricamente reforzaría la estrategia del 2024 en todos los municipios. La realidad, necia como insiste en aparecer, demuestra que concentrar a las corporaciones en una sola franja de conflicto, deja al descubierto distintos puntos vulnerables de seguridad.

A diferencia del “Año de la Paz”, la priorización de ciertos centros de enfrentamiento no ha ido de la mano de política alguna del “bienestar”, más allá de los programas sociales de la federación. El divorcio entre la nueva gobernanza y la delegación que encabeza Adilene Rosales Romero cada vez es más notoria.

Ni siquiera en las posadas decembrinas “de la paz” se dejaron ver durante los mismos eventos David y Adilene, probablemente previendo la apuesta por Gabriela Pinedo, que meses anteriores comenzó a crecer en presencia en cada foro público oficial o partidista al que fue invitada.

No obstante, la opinión en los salones de Palacio Nacional no otorgan certeza ni a David, ni a la senadora Verónica del Carmen Díaz Robles. No existen señales claras de quién tomará el relevo de los programas sociales… aunque varios aspirantes ya presuman encuestas, sin tener en sus manos la estructura de estructuras.


#Casualidades: Se equivocan rotundamente quienes, desde el anonimato, pretenden amedrentar al periodismo en Zacatecas. Y se equivocan porque cada vez son más rudimentarias sus formas de “llamar la atención”.

Sin otra lógica más que la de “descolocar” el trabajo periodístico que se realiza puntualmente en esta columna, y este portal informativo, haber atentado contra mi patrimonio sólo confirma que nos encontramos muy lejos de la “paz” y el “bienestar”.

Es en estas situaciones donde se comparte, más de cerca, el dolor de las familias enlutadas por la preocupante cantidad de personas desaparecidas y fallecidas en hechos delictivos, que sigue en aumento en Zacatecas en los últimos dos años.

El crimen organizado o del fuero común opera impunemente en el estado, y al oficialismo le basta con guardar silencio cuando se atenta contra el trabajo periodístico, como lo han hecho rutinariamente David, Saúl o Ricardo Monreal.

Ni un solo pronunciamiento del titular de la Secretaría General de Gobierno, ni de la Secretaría de Seguridad Pública. Del helicóptero “blackhawk” para perseguir delitos al momento en que suceden, ni qué decir y mejor ni imaginarlo.

Así tal cual vivimos en Zacatecas todos y todas. No sólo el gremio periodístico, que esta semana vivió dos episodios de amenaza (desde aquí mi solidaridad con el compañero Luis Chávez). La pluralidad de sectores se encuentra en plena indefensión, y cargarle la mano todo el tiempo a la Fiscalía no abona a las tareas de disuasión del delito.

¿De qué sirve una Fiscalía con excesivas cargas de trabajo si las Mesas de Construcción de Paz y su supuesta estrategia de “inteligencia”, no ayuda a prever delitos de alto impacto? Es que una cosa es un lema de gobierno, y otra muy distinta la operatividad del poder, metido en los negocios multimillonarios de la obra pública.

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