Zacatecas se ha convertido en la vitrina publicitaria de la lucha entre grupos de la delincuencia organizada a nivel nacional. Un total de 11 cuerpos fueron exhibidos colgando de puentes viales en los municipios de Fresnillo, Valparaíso y Zacatecas, durante las últimas semanas. Los mensajes que los acompañan se repiten en las mantas en posesión de la policía ministerial.

Aluden a un conflicto que persiste entre un cártel contra las autoridades del gobierno de San Luis Potosí, a las que acusan de acordar con sus rivales. Jorge Daniel Hernández Delgadillo, secretario General de Gobierno en aquel estado, respondió a esos mensajes cuando explicó que en la región donde hay colindancia entre Zacatecas y la entidad vecina “existe una lucha por el control del comercio de los estupefacientes”.

¿Por qué la delincuencia organizada ha decidido utilizar a Zacatecas como su plataforma de difusión, con la finalidad de ventilar un supuesto pacto en San Luis Potosí? ¿Y por qué las autoridades en el estado vecino reducen todo a un tema de la guerra por la plaza? Esas preguntas son los hilos conductores de quienes conocen y han dado seguimiento al choque entre cárteles en esta zona.

Una fuente periodística consultada por este espacio especuló que lo que vemos hoy es apenas el inicio de una nueva etapa de pugna y aumento en los niveles de homicidios dolosos. Pareciera que nos acercamos a una reconfiguración del mapa del narcotráfico (con énfasis actual en Zacatecas), que empujará a los reacomodos a partir de este tipo de eventos.

Lo que es probable es que, en la entidad, veremos con más frecuencia estas imágenes, pues son parte de una estrategia en la guerra por ganar territorios y percepción (de poder). Habrá más avisos en los que unos y otros se acusen de obtener protección de las autoridades para tal y cual célula delictiva, y con ello tendremos más información disponible sobre sus objetivos e intereses.

Se ventilarán presuntos pactos aquí y allá, sin embargo, los símbolos de la violencia serán tan espectaculares como los grupos delictivos necesiten mostrarlos ante el público. Queda más que claro que la “pacificación” del país no llegó (ni llegará) con la implementación de transferencias monetarias para la población, a la que han privado de programas sociales con tal de entregar “becas”.

En los tres años de gobierno de la Cuarta Transformación la política social para que la violencia decrezca y/o sea menos impactante en la opinión pública, está totalmente desvinculada de los programas de prevención. En cambio, los homicidios han incrementado sus niveles a ritmos nunca antes vistos. Y mientras el mercado de actividades ilícitas le ofrezca más dividendos a la población vulnerable, los segmentos desprotegidos nutrirán a los grupos delictivos.

Si David Monreal Ávila insiste en convencer a la gente de que el recrudecimiento de la violencia es una “herencia maldita” producto del neoliberalismo, pronto habrá de perder credibilidad. Por la tendencia que marcan algunos analistas, podría decirse incluso que el incremento de homicidios dolosos será aún más grave hacia el periodo cuando asuma la administración estatal.

El discurso del fresnillense es menos potente -y llega a menos lugares-, que el que ahora implementan los grupos delictivos en Zacatecas. Los cárteles han sofisticado sus herramientas de publicidad con la misma velocidad con la que adquieren el más novedoso equipo táctico para diezmar a sus rivales. Y a esa velocidad también marcarán su propia agenda de percepciones, como lo demostraron este lunes.

La retórica de David no tiene resultado alguno, a tal grado que el propio Alejandro Tello Cristerna hizo suya la propuesta de exigir al gobierno federal mayor presencia de la Guardia Nacional en territorio zacatecano. El mandatario estatal llevará un diagnóstico a Rosa Icela Rodríguez Velázquez, que espera se traduzca en el reforzamiento de la seguridad.

No se entiende cómo es posible que al Monreal “encapsulado” se le presuma como amigo íntimo de Andrés Manuel López Obrador, si esta es una premisa que él no se ha atrevido (o no puede) sostener en los hechos. Si Tello Cristerna logra al menos el traslado de más efectivos federales a la entidad, David Monreal habrá quedado como una pieza de sobra en el engranaje de gobierno.

No será el único damnificado. Hace un par de semanas el coordinador de senadores de Morena, Ricardo Monreal Ávila, aseguró que conversaría con el presidente sobre la situación de inseguridad que priva en Zacatecas (la cual no es nueva, sino más llamativa). Dos semanas después, el viento helado que sopla de Palacio Nacional hacia el Senado de la República mantiene el enfriamiento.

Esta vez no ha habido tuits que denoten la presencia de Ricardo. Por el contrario, el sábado adelantó que prepara una más de sus obras literarias, de nombre “Otro campo es posible”, a la par que envió un mensaje de felicitación a su hija Eldaa Catalina Monreal Pérez, con motivo de su cumpleaños. De la seguridad habló en lenguaje genérico como un “tema pendiente” nacional.

Las señales siguen siendo contradictorias entre el coordinador de senadores de Morena y el presidente López Obrador. Mientras el tabasqueño sostiene la hipótesis de la exitosa “pacificación”, el exgobernador de Zacatecas habla de la seguridad como una asignación inacabada. Paradójico, pero entendible, que Alejandro Tello sea quien ahora reciba más atenciones de la federación.


#Casualidades: Que a Francisco Javier Bonilla Pérez sí se le encontró responsable de realizar tareas electorales como representante del PRI ante el Consejo General del IEEZ, pero que el TRIJEZ no fundó adecuadamente su sentencia para que lo sancione Alejandro Tello Cristerna.

Palabras más, palabras menos, ese fue el resolutivo que entregó la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a la impugnación que presentaron el ejecutivo estatal y la Secretaría de la Función Pública a una de las sentencias del TRIJEZ.

Quienes conocemos al “Pichus” Bonilla, sabemos que es casi parte del inventario del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas. Años sustentan su labor como representante del Revolucionario Institucional, a la vez que trabajaba su plaza como funcionario en el ISSSTEZAC.

Es el primer proceso electoral (después de haber vivido tres de estos dentro del IEEZ) que quien redacta estas líneas escucha que a un partido de oposición se le ocurre controvertir un asunto casi consuetudinario. Sin embargo, en Morena “ni perdón, ni olvido”.

Ahora bien, más allá de la conducta señalada (realizar tareas de representación del PRI en su horario laboral; situación que era conocida desde hace mucho tiempo por quienes ahora sí lo denunciaron) a Bonilla Pérez no lo sancionará la administración estatal, y todo por culpa del propio TRIJEZ.

Entre matices, dudas de los criterios políticos -más allá de los legales- y sanciones sin fundamento jurídico, a los magistrados zacatecanos les ha pasado un proceso electoral encima de su credibilidad  y legitimidad institucional.

Twitter: @GabrielConV

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