Aunque la agenda de la exgobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se encuentra ceñida a los tiempos de su gira por tierras hidrocálidas las primeras horas de este viernes, en su visita por la capital zacatecana ya han quedado en firme dos encuentros públicos: una comida con un grupo de mujeres de distintos sectores y su asamblea informativa en el domo de la FENAZA.

La variación de tiempos y compromisos dependerá de sus actividades y el recorrido entre entidades vecinas, donde podrá atestiguar las pésimas condiciones de tránsito en que se encuentran las carreteras de la región. Sin propaganda, sin discursos dirigidos, y con pruebas, Sheinbaum conocerá Zacatecas desde los primeros kilómetros que lo separan de Aguascalientes.

Estos dos son los únicos estados a los que dedicará una de sus jornadas compartidas, pues en la semana que corre del 4 al 9 de julio -por día- realiza una gira dividida en dos municipios de cada entidad: Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Chiapas y Jalisco. No obstante, lo que proyecte Claudia y su equipo en Zacatecas será un tema que galvanice el clima político.

Se sabe de antemano que la delegada del Bienestar, Verónica del Carmen Díaz Robles, muchos meses atrás inició sus cabildeos para intentar entrevistarse con la “corcholata” favorita del presidente. Los constantes vuelos a la capital del país, so pretexto de su agenda con la federación, también fueron espacio para el acercamiento político que resultó infructuoso, según fuentes internas del equipo de Claudia.

Pretendía “vender” la estructura de programas sociales, propiedad del presidente Andrés Manuel López Obrador, a nombre propio. Con ello procuraba generar acuerdos que beneficiaran su carrera política (sepultada en los últimos lugares incluso de las encuestas internas en la nueva gobernanza) a cambio de mantener aceitados los votos para Sheinbaum Pardo.

Al estilo caciquil de quien se hace de su propiedad las instituciones públicas, ella sería la llave de los sufragios y la interlocutora única entre la aspirante presidencial y su grupo logístico de Bienestar en Zacatecas. Sin embargo, gracias a sus constantes errores y una enorme lista de enemigos la cual custodia y conserva con bastante celo, aquellos puertas en la Ciudad de México se cerraron.

El diagnóstico preciso de cómo operan la delegación de programas sociales a nivel local, aunado a los diversos antecedentes de corrupción en la entrega de apoyos, fueron los primeros elementos de una ficha informativa particular sobre lo que sucedía en Zacatecas. A ello se agregó la inmersión monopólica del Bienestar sobre eso que llaman la “nueva gobernanza” de David Monreal Ávila.

Tal cercanía fue lo que más llamó la atención a los asesores apostados en el equipo de Claudia Sheinbaum. El simple apellido del fresnillense les hace rememorar la desobediencia de un aspirante presidencial zacatecano ahora dedicado a la “unidad”, siempre y cuando López Obrador procurara un pacto de civilidad entre “contrincantes”, con tareas y recompensas bien definidas.

Sin embargo, la “unidad” por sí misma no construye confianza, sino únicamente un acuerdo para procesar pacíficamente la sucesión adelantada. Las dudas permanecen y, por jerarquía, no será la candidata, sino el jefe de los programas de Bienestar quien ponga en marcha la estrategia de votos que en este momento, muy seguramente, ya tiene trazada a nivel nacional.

Por ende, este viernes se disiparán las dudas finalmente de qué perfiles acompañan a Claudia desde Zacatecas, además de los conocidos en el grupo compacto de Ulises Mejía Haro y Salvador Estrada González (que por órdenes superiores en el ISSSTE no habrá de intervenir en estas asambleas). Y es absolutamente seguro que ninguno identificado con el Bienestar habrá de acercarse a Sheinbaum.

Luego viene el mensaje en la FENAZA con el que Claudia habrá de galvanizar ya no su estructura local, sino el sentimiento que quiera transmitir a las y los votantes identificados con la marca de Morena en Zacatecas, de la cual también rechazan el apellido Monreal gracias al catastrófico sexenio de un “gobernador” que recientemente recibió una rechifla en la plancha del Zócalo capitalino.

Así es, David Monreal también recibe abucheos y silbidos poco amigables en estados donde ni siquiera gobierna, gracias a que ha minimizado -por tanto tiempo- la crisis de inseguridad en que vive permanentemente la sociedad a la que dice “gobernar”. Aquello es una radiografía indudable de la emoción que provoca el apellido en pleno ostracismo guinda, con todo y la consabida “unidad”.

La respuesta de Sheinbaum a la percepción que David insiste refutar es fundamental, porque la campaña presidencial deberá despegarse de aquello que contamine la marca que creó Andrés Manuel López Obrador, tal como lo hizo Adán Augusto López Hernández al confirmar que la Cuarta Transformación mantiene una deuda con Zacatecas en el “tema de temas”.

Una frase hoy impensable e impronunciable en la burbuja de la secta, desde donde aún dictan órdenes a los integrantes de las casi desaparecidas Mesas de Construcción de Paz. Pues bien, incluso el propio Ricardo Monreal Ávila no vaciló para asegurar, en su tierra, que la estrategia de seguridad federal ha quedado a deber en esta entidad.

Hay distintos elementos y antecedentes por los cuales Claudia Sheinbaum debería de pronunciar un primer discurso persuasivo a su propio electorado que se identifica con las mañaneras de Palacio Nacional, pero se llena de rechazo y repulsión cuando escucha las palabras: “nueva gobernanza”. Veremos si hay, o no, tonalidades políticas en sus palabras.


#Casualidades: Aunque escoge espacios informativos que llegan muy poco al círculo rojo al que intenta hablarle, Norma Julieta del Río Venegas apareció en los reflectores hace unos días para revivir de entre “los olvidados” de las encuestas locales.

Pasaron algo así como tres semanas después de que ella misma claudicara en esa intención de candidatearse en la elección del 2024, y regresó a esos mismos noticieros para retractarse de lo anterior y luego dejar en el aire un “no digo que no”. Algo ha cambiado en tan poco tiempo.

No dice que no, siempre y cuando ello no afecte el escaso funcionamiento en el que se encuentra el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública, pues de renunciar cualquier integrante del pleno, el órgano garante entra en etapa crítica.

Empero, a Norma Julieta se le escuchó más un “no estoy peleada con esa posibilidad” y un “estoy posicionada”, con tal de ayudarle a “su amigo” David Monreal en el espacio (electoral) que lo requiera. Tampoco se olvidó de dejar abierta esa misma puerta en las elecciones del 2027.

Así que, antes de la gira de Claudia Sheinbaum por Zacatecas, sabremos cómo recibe el círculo rojo la advertencia de la comisionada nacional, en su estadía local para un encuentro público sobre sentencias y criterios relevantes en materia de transparencia.

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