Lo mínimo que se esperaría tanto de David Monreal Ávila como de María Soledad Luévano Cantú, es que este miércoles repitieran sus pronunciamientos en contra del magistrado electoral Reyes Rodríguez Mondragón. Lo hicieron públicamente después de la elección en la capital zacatecana en julio del 2016, y mantuvieron su postura meses después.

A razón de que Rodríguez Mondragón participaba en una de las ternas que seleccionaría el Senado de la República en septiembre de ese mismo año para renovar el pleno del TEPJF, David utilizó la tribuna de la Cámara Alta para acusar los supuestos vínculos que mantiene el magistrado con Roberto Gil Zuarth, entonces senador del PAN.

No perdió la ocasión para subrayar que, por interés personal, Reyes afectó la elección en la capital de Zacatecas. Y con su peculiar “politiquería” abandonó el salón de plenos aduciendo que la votación del Senado estaba “arreglada”. Esos “tiempos de canallas”, como los llamó entonces Andrés Manuel López Obrador, hoy son agua pasada para David y Soledad.

El episodio fue el detonante de un bloqueo partidista al Congreso del Estado, razón por la cual Alejandro Tello Cristerna tuvo que rendir protesta como gobernador constitucional en el Palacio de Convenciones. Caprichosos como son los tiempos políticos, ahora el escenario se podría repetir para el ex Coordinador de Ganadería si su bancada aprueba las reformas a la Ley del ISSSTEZAC.

Sin mostrar las pruebas que dijo tener en esos momentos, el 28 de octubre del 2016, Andrés Manuel López Obrador hizo referencia al caso Reyes Rodríguez en una gira para concretar “asambleas informativas” en los municipios de Zacatecas, Fresnillo y Jerez. En su agenda también se encontraba consolidar el discurso del “fraude” a Soledad Luévano.

Habló del reparto de cuotas en el Senado: tres para el PRI (entre los que se cuenta al “magistrado billetes” Jose Luis Vargas Valdez), tres para el PAN (ahí se incluye a Rodríguez Mondragón), y uno más para el PRD. Como era de entendido, la anulación del triunfo de Morena en la capital se confirmó en la Sala Regional Monterrey por presiones políticas.

El traspaso de Reyes Rodríguez a la Sala Superior del mismo Tribunal, según el entonces dirigente nacional de los guindas, fue una de las razones por las cuales se sostuvo ese proyecto de nulidad. Comenzaba entonces la narrativa de “la tercera es la vencida”, “en el 2018 derrotaremos al viejo régimen”, y otras frases tan socorridas actualmente por Luévano y Monreal.

Y aunque esa derrota en tribunales luego le valió su pase al Senado de la República, el silencio de María Soledad se antoja incluso cómplice. Lo mismo que el de David. Parecería una hipótesis aislada, sin embargo, no pierde relevancia el hecho de que Reyes Rodríguez tuvo en su ponencia el proyecto que regresó el registro de candidaturas a Ulises Mejía Haro y a Iván de Santiago Beltrán.

Si bien lograron recuperar sus candidaturas que luego terciaron la elección y provocaron la derrota de Heladio Verver y Vargas por una diferencia mínima de 3 mil sufragios, la resolución que presentó Rodríguez Mondragón no fue ni al fondo ni a los vicios del procedimiento por el cual el TRIJEZ determinó Violencia Política En Razón de Género en favor de Ruth Calderón Babún.

Pero Zacatecas no es el único antecedente en la memoria de López Obrador. Durante su conferencia matutina de este jueves recordó el tuit del nuevo -presunto- presidente del Tribunal Electoral, que difundió en octubre del 2020: “Ojalá ya se muera ese viejo culero de Palacio Nacional”. Ese fue el pretexto para revivir la reforma pendiente a las autoridades electorales.

Curiosamente no aprovechó el mismo espacio para recordarle al país lo que había sucedido en la capital zacatecana cinco años atrás, lo cual resulta sumamente peculiar en el tabasqueño. Fue su bandera para atraer y consolidar votos de la marca Morena (en contra del gobierno “mediocre” de Miguel Alonso Reyes, como llamó al del exmandatario) en esta región del centro-norte.

Esos son los mensajes que no se pierden de vista cuando son emitidos por Andrés Manuel, que hoy tiene la oportunidad de empujar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para llevar al TEPJF a un escenario de inminente renovación. Ricardo Monreal Ávila ha sido el primero en llamar a la SCJN a revisar juntos el panorama crítico por el que atraviesan las y los magistrados.

Tienen como antecedente la afamada “Ley Cuates” con la que los senadores del PRI, PAN, PRD, PVEM (con el voto de Carlos Puente Salas) y PANAL comandados por Gil Zuarth y Emilio Gamboa Patrón, ampliaron el periodo para el que fueron designados Indalfer Infante González, José Luis Vargas Valdez, Felipe Alfredo Fuentes Barrera, así como Reyes Rodríguez Mondragón. Todos recién electos.

Sin duda, el de la crisis en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación será uno de los temas que calibrarán la nueva relación del Senado con Palacio Nacional. El botín es nada menos que una autoridad electoral que actúa conforme a la balanza política de las instituciones y los partidos que las gobiernan. Las “cuotas y cuates” también es un síntoma de la Cuarta Transformación.


#Casualidades: Casi concluye la jornada de vacunación en contra del coronavirus en su ronda de primera dosis, y a la fecha desconocemos información de utilidad para el debate público. Específicamente, cuántas autoridades en funciones y electas en verdad asistieron a las filas a inocularse.

En ambos gobiernos se ha hablado del compromiso con la transparencia, sin embargo, todavía no sabemos cuándo se vacunó, cómo obtuvo la dosis, cuántas dosis se ha aplicado, de qué marca, y si fue en Zacatecas donde se aplicó el biológico Alejandro Tello Cristerna.

Al menos el mandatario, por obligación cívica y responsabilidad social, compartió a la opinión pública su proceso de infección en diciembre del 2020. A partir de entonces no conocimos datos tan relevantes como los que se desprenden de esas preguntas.

Si hablamos de David Monreal Ávila, el asunto pinta peor. No sabemos si ya sufrió algún contagio, especialmente durante 2020 cuando su agenda personal era manejada en completa discreción. Mucho menos tenemos datos sobre su efectiva inoculación.

En un gobierno que enaltece la austeridad y la vida democrática en todos los aspectos de la vida pública, nunca vimos a David formado en las filas de la delegada de Bienestar, Verónica del Carmen Díaz Robles, para esperar pacientemente sus dosis.

Con eso de que se acaban los “privilegios”. En los hechos resulta todo lo contrario. Tantos privilegios como son posibles, que de su burbuja en el INAI recordemos que surgió la lista de los 33 de Bernárdez que fueron vacunados en la comunidad de Bañón. En esa lista, como ya se había apuntado aquí, cierta comisionada borró los nombres de dos de sus cercanos. Pero, ¿y David?

Twitter: @GabrielConV

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