¿Redistribuimos la riqueza que tenemos con sentido social? Bien. Una vez terminemos de repartir el dinero a los sectores marginados ¿cómo generamos riqueza nuevamente? ¿De dónde sacamos más dinero? Una clase media relativamente estable ayuda a sostener la recaudación y mantiene el flujo de efectivo (economía informal), así como el gasto.
Antes de que la pandemia tocara el continente americano, en México ya existía un proceso de recesión económica, esto es, sin crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), o de generación de riqueza. La política asistencialista -de las preferidas del neoliberalismo para mantener a raya la pobreza- rompió el ciclo económico.
Hay más gasto social (más subsidios), sí, pero hay menos actividades grabables (empleos formales). Hay dinero en los bolsillos de la gente más pobre -lo cual es lo justo en términos de redistribución de riquezas-, pero en 2019 únicamente se crearon 342 mil empleos según los datos del IMSS. La economía se desaceleró al 0.1% en el primer semestre.
Hacia el último trimestre (2019), el INEGI reportó ya la contracción económica. Pasamos de la recesión técnica, al crecimiento negativo en -0.4% en noviembre (ya no producimos riqueza). Cuando la actividad económica se contrae con ella viene una pérdida de empleos; luego, menos impuestos y menos dinero para dar subsidios a los pobres.
Si en 2018 en México se crearon 660 mil 910 puestos de trabajo registrados ante el Seguro Social, el 2019 terminó con una pérdida real de 382 mil 210 espacios laborales. Será interesante conocer la contracción del Producto Interno Bruto de este 2020, a la que deberemos sumar las caídas sucesivas en el precio del petróleo (una de las mayores fuentes de ingresos para el gobierno).
Los subsidios, aunque fomentan el gasto en el corto plazo, no tienen forma de retornar a las arcas públicas. Es un tema de justicia social, cierto, pero el escenario económico más conservador para la Secretaría de Hacienda, es que el PIB crecerá a -3.9% en los próximos meses. ¿Cuántos empleos formales (que pagan impuestos) habrán de perderse? Con ellos ¿cuántos ingresos pierde el gobierno?
Y ya lo dijo la coordinadora nacional del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, Dayra Nallely Vergara Vargas, los beneficiarios inscritos “no están contabilizados ni serán contabilizados, porque nos son empleados de nadie”. Si no contribuyen a la generación de riqueza ni pagan la cuota correspondiente al Seguro Social, esos “empleos” sólo se contabilizan como subsidios. Lo mismo que en Sembrando Vida.
Según el Boston Consulting Group, la cuarentena en México concluirá, si el estimado es positivo, hasta la primera semana de julio. Si el estimado es negativo (más casos detectados de COVID-19), las medidas de aislamiento social concluirán hasta la tercera semana el mismo mes. La mayoría de los negocios que todavía abren, aunque con pocos ingresos, son informales.
Los pronósticos del mercado, que empujaron al peso en su máximo histórico entre el domingo y lunes (25.71 unidades por dólar), hablan de que la tendencia más probable es que la economía crezca de forma negativa en (-)8 puntos porcentuales. Ni qué decir del pronóstico de la American Chamber, que nos da un -11% en este 2020.
¿De qué magnitud será la pérdida de empresas que crean entre 1 y 5 empleos formales, en el periodo de marzo a julio, y en su declive cuánta gente quedará desocupada? Lo mismo para las empresas que logren mantenerse activas ¿qué porcentaje de las mermas por la crisis sanitaria se convertirá en menos empleos formales hacia agosto del 2020?
Del tamaño de las pérdidas será el tamaño del hueco fiscal que existirá en nuestro país (recordemos: menos recaudación = menos subsidios). Aunque el presidente esté convencido de que la recaudación no caerá en el largo periodo de cuarentena porque -teóricamente- las personas continuarán pagando impuestos, los datos duros en el mes de agosto dirán todo lo contrario.
Roto el ciclo económico (más gente sin trabajo o pagando menos impuestos, por lo tanto, menos ingresos públicos) el gobierno abrirá la cartera de créditos a pagarse a tres años. Cantidades de hasta 25 mil pesos por unidad económica, divididas entre 500 mil informales y 500 mil formales.
¿Qué es lo que busca el Gobierno de México realmente? Que la recaudación no se quiebre. Regresar el IVA de forma inmediata y dar créditos a las empresas para que paguen salarios, despidos, rentas, luz, agua, internet, materias primas, combustibles e impuestos, ¡con 25 mil pesos!. La ecuación no es tan sencilla como la imaginan en el gobierno federal, y el dinero no alcanzará.
Lo político del mensaje de este domingo: Andrés Manuel López Obrador (cree que) puede prescindir de la clase media. Subsidios a los más pobres y las economías informales como nuevas clientelas electorales. Si la aprobación no la dan quienes pagan impuestos, la darán quienes reciben las transferencias de recursos públicos. Las grandes empresas tendrán mermas (las televisoras incluso ganaron), pero no a comparación de una clase media en proceso de pauperización.
#Casualidades: Son del mismo equipo, pero o no se hablan o no se entienden. Julio César Chávez Padilla presumió hace algunos días la instalación de túneles de sanitización en las entradas de los tianguis del municipio de Guadalupe.
No dio a conocer el monto total de inversión, o si eran instalados antes que los puesteros, de lo contrario qué sentido tendría usarlos. Lo importante era la foto para las redes sociales, esas que criticó como forma de gobierno, unos días antes, el regidor capitalino Manolo Solís Caldera.
El del Verde Ecologista también nos regaló una joya en su mensaje: las áreas que se desinfectan, luego se contaminan “en cinco minutos”. Ergo ¿para qué entonces los túneles del de Guadalupe? Metidos en el mismo saco (el D21), lo que uno critica el otro lo cumple al pie de la letra. Y se supone que la pedrada era para Ulises Mejía Haro. ¡Equipazo del Coordinador de Ganadería!
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