El tratamiento de la pandemia por coronavirus en Zacatecas es un tema inacabado. El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, el pasado miércoles reveló un dato trascendente para entender los mecanismos que ha establecido el gobierno estatal en la atención a la crisis sanitaria.
Transitamos al cuarto mes de iniciadas las medidas de aislamiento social. Las restricciones comienzan a resentir entre la población, especialmente aquella que ha perdido un empleo o un negocio. Y no es sino hasta este momento que sabemos que en la Secretaría de Educación se realizan modelos matemáticos para calcular la evolución del coronavirus a nivel local.
Gracias a la confesión del “zar anti-virus” ahora tenemos idea de que, independientemente de los razonamientos y las cifras nacionales, en Zacatecas hay una suerte de grupo o equipo multidisciplinario que diagnostica el problema de salud pública. No obstante lo anterior, el gobierno estatal orienta sus criterios acorde a las políticas trazadas en Palacio Nacional.
Qué premisa impide conocer estos modelos matemáticos que se generan en el despacho de la secretaria Gema Mercado Sánchez, es la pregunta obligada desde que López-Gatell aportó esta información. Y es que, en el desarrollo de la epidemia, la comunicación oficial únicamente se ha limitado a presentar dos reportes gráficos diarios.
Este debate llegó el día de ayer al recinto legislativo. Omar Carrera Pérez puso el cascabel al gato dentro la discusión que se abrió en Asuntos Generales, pero fue la respuesta de la diputada Karla Dejanira Valdez Espinoza la que confirmó la necesidad planteada por el de Morena. La institución de una Unidad de Inteligencia Epidemiológica queda pendiente en esta crisis.
Este órgano, en palabras de la legisladora, “lo que pretende es interpretar los datos” que arrojan las autoridades estatales acerca de la dispersión del virus en los siete distritos locales de salud. Hasta donde entendemos, quien realiza parte de esa interpretación es Gema Mercado, a quien Carrera Pérez calificó incluso como una autoridad de mayor jerarquía en la epidemia.
De ninguna manera se trata de poner en entredicho la capacidad de la titular de Educación. Su paso por el Consejo Zacatecano de Ciencia, Tecnología e Innovación ha dejado en claro su dominio en el campo de la investigación multidisciplinaria. Sin embargo, es obligado, especialmente en un proceso epidemiológico, transparentar el ejercicio de gobierno.
Óptimamente, la finalidad es aportar al debate público. Un compromiso que también deberían adquirir las y los diputados para no empuñar la bandera de la salud como un lema de campaña ahora que se acercan los tiempos electorales. Y el llamado no sólo es a los legisladores sino a la clase política zacatecana en general.
Valga un reproche a la lamentable forma de comunicar la epidemia en el ayuntamiento capitalino. El municipio de Zacatecas sigue a la cabeza de contagios locales con 70 casos positivos. Contrario a la lógica de enviar mensajes precisos y de frente al público, el gobierno de Ulises Mejía Haro presumió que la Dirección General de Epidemiología enumera a la capital como una de las ciudades con poca transmisión viral, aún y cuando hoy permanezca como el epicentro epidémico estatal.
Como este, sobran ejemplos de los disparates que hemos visto durante el transcurso de la crisis sanitaria. De qué manera desincentivamos el optimismo o el catastrofismo infundado de quienes lucran con la epidemia: con información precisa de lo que las autoridades evalúan a nivel local. En poco tiempo, comunicar la crisis a través de dos numeralias diarias será insuficiente.
El testimonio de López-Gatell no era la manera en que la sociedad debía de enterarse de que se realizan ejercicios estadísticos en la Secretaría de Educación, y menos cuando Zacatecas ha seguido de forma vertical las directrices epidemiológicas del gobierno federal para el combate al coronavirus. La selección de casos para estudios PCR en hospital es una de ellas.
Habrá quien pretenda descarrilar el tren de las autoridades de salud, como en cualquier nicho político. Se entiende la precaución del gobierno estatal para mantener en un grupo hermético los escenarios epidémicos que enfrenta Zacatecas. Pero fue la federación la que puso en la luz pública el papel que juega Gema Mercado Sánchez con sus estudios prospectivos.
Mantener esos modelos matemáticos en las sombras ahora corre en contrasentido de la comunicación oficial. Aquí es donde entra el llamado de la diputada Karla Valdéz: ayudar a interpretar los datos que están ahí cotidianamente a la una y a las seis de la tarde. Cómo explicar los picos actuales de la pandemia en Zacatecas, que van de la mano del incremento de casos a nivel nacional.
Esa pedagogía es de la que carecen los cortes informativos oficiales de COVID-19. Y esa pedagogía es la que podría modificar, en poco o mucho, el criterio social para no bajar la guardia en momentos en que se pretende una “nueva normalidad” cuando la crisis sigue su proyección ascendente.
#Coincidencias: No concluyó el debate legislativo sin coincidir en que será necesario llamar a comparecer al secretario de Salud, Gilberto Breña Cantú, o bien, a la titular de Educación como asesora del grupo de diagnóstico, de acuerdo con Omar Carrera y Karla Valdéz.
Claro, para el diputado Francisco Javier Calzada Vázquez mientras no exista un formato distinto de comparecencias de nada sirve requerir el diálogo con las autoridades. Lo mismo es cruzarse de brazos y preferir la opacidad.
Pero son las formas extrañas del legislador que no pierde oportunidad para aplaudir la renovación de la carretera Zacatecas-Aguascalientes a la que ya vio como un soporte financiero de su supuesto futuro electoral. Porque hay de prioridades a prioridades.
Twitter: @GabrielConV