Ricardo Monreal Ávila ha convertido en una obstinación el triunfo de su hermano en Zacatecas. Pero, los escenarios han perdido mucho del sentido que tenían. Y es que, si David Monreal es el supuesto “favorito” del presidente Andrés Manuel López Obrador, por qué tomarse la molestia de hacer todo lo posible para ayudarle a obtener la candidatura.
Son muchos sus esfuerzos invertidos en quien no debería de tener la mínima resistencia pues, dicen, la decisión ya está tomada. En Zacatecas, Ricardo rescató a una de las que bautizaron en El Sol de Zacatecas como “impresentables”, y la convirtió en comisionada del INAI. Con la maniobra derrumbó todo el discurso de “La Infamia”.
Por qué la oposición no debería de ser “infame” si en unos años vendrá el perdón, la redención e incluso los galardones para quienes un día “traicionaron”. Meses de redacción (con y sin ayuda), repartidores de libros dispersos por todo el estado durante semanas, grupos de lectura, y un mensaje que luego perdió legitimidad.
Por si fuera poco, ahora Ricardo Monreal se pone en el centro del debate de algo que ni siquiera merecería consideración. Nuevamente utilizan las formas discrecionales de las instituciones para atropellar en los hechos, lo que en el discurso día a día, desde hace años, Eldaa Catalina Monreal Ávila ha tomado como bandera de lucha: la equidad de género.
A la integración paritaria de las gubernaturas le sobran excusas. Aquello de que “las autoridades electorales no legislan” es un eufemismo que sólo sirve a quienes no recuerdan la elección del 2016, cuando el hermano al que intenta encumbrar por tercera ocasión estuvo a punto de perder la candidatura porque no entregó su informe de gastos de precampaña.
La ley era muy clara: quien no cumpliera con ese requisito perdía la prerrogativa de ser registrado como candidato contendiente. Pues bien, y para la memoria colectiva que es corta, no se olvide que fue el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el que rescató a David Monreal después de otra (más) de sus campañas de victimización.
En ese entonces la autoridad electoral legisló y “excedió” sus facultades, como ahora acusan, para dejar sin efectos diversos artículos de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, la Ley General de Partidos Políticos, y del Reglamento de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral.
Y ese “exceso” de facultades claro que fue aplaudido por el monrealismo. Como consecuencia, cualquiera que pretenda buscar el registro de una candidatura no tiene impedimento al no haber entregado sus informes de precampaña, pues la única sanción posible son multas a sus propios partidos políticos. La negligencia por encima de la legalidad.
Ahora, para que David no ponga en riesgo una candidatura que supuestamente ya es suya (como dicen que es), piden que la autoridad electoral sí se ajuste al estricto derecho. El costo: sacrificar parte de la identidad que había construido la primogénita del senador pues, a la fecha, no ha habido pronunciamiento alguno en las redes de Catalina Monreal.
Es previsible que, de llegar a comentar al respecto (después de dos semanas), seguirá la línea de conducción de su padre más que la expresión de un feminismo que exige compromiso, y todo -nuevamente- para no estorbar a David. Mejor opinar sobre violencia política de género en el ayuntamiento capitalino, o congratular la aprobación de la Ley Olimpia contra la violencia digital. O revivir “La Infamia“.
Sin embargo, en el contexto electoral en que nos encontramos, el silencio de Catalina al respecto de la integración paritaria de las candidaturas a los gobiernos estatales resuena con fuerza. ¿Feminismo condicionado por una estructura patriarcal? Si es un discurso para crear una imagen, el compromiso queda en segundo plano.
Y no sólo es el caso de la primogénita, sino la lista de funcionarias, legisladoras y simpatizantes del monrealismo que abrazan la “paridad de género” como una puerta para adentrarse en la política, y no como una convicción. Entre ellas la síndica del municipio de Zacatecas, Ruth Calderón Babún que también ha hecho mutis al respecto.
¿Qué más está dispuesto a sacrificar el senador Monreal con tal de que David alcance un lugar en la contienda (que teóricamente era suyo), y luego “ganarla”? Ya neutralizaron a Saúl, quien prefirió atrincherarse en Fresnillo sin permitir la imposición de candidatos a diputados y diputadas en sus distritos, con la consecuente salida de Héctor Menchaca y Omar Carrera.
Por todo esto, la emancipación de Geovanna del Carmen Bañuelos de la Torre es emblemática y simbólica al mismo tiempo. Al ser discípula de Ricardo, la práctica y la experiencia le ayudaron a entender que sus enseñanzas venían con un desafío: sumisión o autonomía. Asegura la senadora que ya está en camino de forjar su propio futuro político.
#Casualidades: Los números electorales que publicó ayer el diario El Universal apuntan una verdad esperada: no por más levantarse temprano y recorrer el estado, David Monreal Ávila es más aceptado entre las y los zacatecanos (con acceso a la telefonía).
A estas alturas, después de dos campañas fallidas y una tercera en curso, efectivamente el ex Coordinador de Ganadería es conocido por el 95% de los consultados. En una muestra de 1000 ciudadanos, apenas 50 no saben quién es.
Y de esos 950 encuestados, 34.1% tiene una opinión buena/muy buena, mientras que otro 32.7% refleja una percepción mala/muy mala del aspirante. Al 19% restante el personaje le parece indiferente.
David se va hasta el sexto lugar de aceptación, después de Claudia Anaya Mota, Ulises Mejía Haro, Adolfo Bonilla Gómez y Saúl Monreal Ávila. Y la brecha de votantes que piensan votar por el PRI y por Morena se empieza a achicar cuando se les pregunta con quién se identifican más.
Lo más llamativo es que 42.6% de las consultas arrojan como respuesta “sin preferencia”, mientras que un 46% de quienes asistirán a las urnas aún podrían cambiar sus votos. No están del todo convencidos. No obstante, el elemento clave de las próximas encuestas los traerán las coaliciones.
Twitter: @GabrielConV