El “davidismo” es uno de los mejores ejemplos que tenemos hoy en Zacatecas de cómo gobernar y hacer política al vapor. Entre sus propios legisladores, Omar Carrera Pérez desconoce la logística y planeación con las que la delegación de Bienestar acude a los municipios a dispersar las vacunas para prevenir el arriesgado desarrollo del coronavirus en la población.

Lo fue desde el día uno, y a la fecha se mantiene de la siguiente forma: en un lapso de 24 a -máxime- 48 horas de anticipación, Verónica del Carmen Díaz Robles avisa a las autoridades sanitarias del estado sobre el lote de vacunas que recibirán, la cantidad de dosis, los municipios que serán visitados, así como la población a la que se aplicarán los biológicos.

Por la brevedad de los tiempos, hasta el momento resulta humanamente imposible desarrollar una estrategia de comunicación focalizada a los segmentos de edades que tengan interés en ser inoculados. De tal manera que sólo conocemos una suerte de campaña genérica sobre vacunación, sin la posibilidad de ofrecer detalles, salvo promocionar la política sanitaria.

Es falso que la Cuarta Transformación se establecerá en Zacatecas a partir de septiembre. A ese “régimen” (si se le puede llamar así), lo tenemos desde hace un par de años en la entidad mostrando la cantidad de deficiencias que genera en los hechos. Una de ellas es la campaña de vacunación a la que han dejado a la buena de las redes sociales. Específicamente Facebook.

El lector puede realizar un breve sondeo entre sus conocidos. No encontrará sino dos grandes grupos: quienes se enteraron de la vacuna al navegar en esa plataforma, y los que se enteraron de los calendarios de vacunación por algún conocido o conocida. No hay otra posibilidad de acceder a información alguna sobre los biológicos más que en esos dos canales.

Es una política que gasta una buena cantidad de recursos públicos en vacunas que luego no se dispersan. Lo más fácil es culpar a la población de tal o cual estrato de edad, de ser una generación irresponsable a la que no le interesa el bien común. Sin embargo, primero se le debe dar el beneficio de la duda al ciudadano porque desconocemos hasta dónde funciona la estrategia de dispersión.

¿Por qué el gobierno federal ha decidido distribuir de esa manera las vacunas? Es algo que no queda del todo claro. Y Zacatecas no ha sido el único estado en mostrar “indiferencia” de la población a recibir vacunas. El primero fue Chiapas, y se reportó en distintas notas periodísticas hace un par de semanas. Si el problema se repite, entonces tienes que buscar el error en tu planeación.

No obstante, para Carrera Pérez y las cámaras empresariales que ayer dieron un pronunciamiento público -sin diagnóstico ni números consultables-, el problema es uno de “desinterés”. Si seguimos el comportamiento de esos gremios, veremos que en su mayoría coincidieron con David Monreal Ávila en su tercera campaña a gobernador (en las dos primeras nadie le creyó).

Las que más proselitismo “informal” corrieron a favor del candidato fueron la CANACINTRA, la CMIC Zacatecas (aún y cuando la 4T no les dio la cantidad de obra pública que solicitaban), y la CANIRAC de Carlos de la Torre García. Ésta última incluso firmó un convenio con la compañía TRASH, misma que utilizaron para privatizar las ganancias de la recolección de residuos sólidos en la administración de Julio César Chávez Padilla. La COPARMEX de plano se deslindó de sus pares.

Ninguna de ellas se inconformó previo y posterior al festejo “Amor con Amor se Paga” que organizó -en plena negligencia- David Monreal Ávila dentro del Lienzo Charro de Zacatecas y el Multiforo de la FENAZA. Si en el concierto de Julión Álvarez se aglutinaron más de 10 mil asistentes (los mismos boletos que presumió David) a las charreadas asistieron otros tantos; en su mayoría población que todavía no se vacunaba, de acuerdo con la reciente estadística de contagios.

Aún y cuando es una medida que va a llevar a la economía a un ciclo de más lenta recuperación, los de la industria de restaurantes y alimentos ahora le exigen a la población que porten sus cartillas de vacunación si quieren ingresar a los establecimientos. Si hablamos de oferta y demanda, a quienes más va a afectar esa decisión es a ellos mismos.

Todo para justificar al candidato electo, que no se ha pronunciado sobre el tema porque en la espalda carga una loza de más de 10 mil personas que pusieron en riesgo su salud para “festejar” el triunfo hace algunas semanas. Lo mismo guardaron silencio cuando el municipio de Guadalupe dejaba que algunos bares cerraran a horas no establecidas durante el semáforo rojo.

Ninguno de ellos se preocupa porque en sus establecimientos los aforos sean los permitidos, ya no en semáforo verde que abandonó Zacatecas en días anteriores para pasar de nuevo al amarillo. Empero, lo prioritario es politizar una política de salud que ha costado vidas, y no porque algunas personas entre 30 y 39 años hayan dejado en segundo término su deber cívico.

Buena parte de las colonias de la capital que registraron pocos índices de vacunación los días 24 y 25 de julio es donde residen habitantes en condiciones de marginación. Eso lo saben bien candidatos como Jorge Miranda Castro, Ruth Calderón Babún, José Xerardo Ramírez Muñoz, Gabriela Evangelina Pinedo Morales, que nada les cuesta salir a las calles a ayudarle a la delegada de Bienestar a hacer su tarea.


#Casualidades: Con todo y Comité de Entrega-Recepción a modo, Norma Julieta del Río Venegas y David Monreal se empeñan en convertir ese proceso administrativo en una burla que terminará en broma para ellos mismos.

Insiste el candidato electo en que hay que buscar los lápices, escritorios, computadoras y obras de arte no sólo en el papel, sino en físico. Imagine usted a los empleados del gobierno del estado en inventario para saber quién robo o quién conservó el patrimonio del pueblo.

A ese absurdo ha llegado la anti comisionada del INAI, pero es el nivel. El gobierno puede detenerse porque lo importante es contar los lápices y plumas, y todo aquello que se le ocurra al electo, para darle sentido al sin sentido: (en el discurso) vamos a defender los recursos del pueblo.

Claro, esas mismas exigencias no valieron para los beneficiarios del programa Crédito Ganadero a la Palabra, en donde se encontraron duplicidad de apoyos y otras linduras. Lo importante es voltear la mirada a los problemas reales del estado para jugar a los buenos y malos.

Curioso que el nuevo tema en boga sea el proyecto del Platabus. De Milpillas, David Monreal no ha dicho una sola palabra ni fue su bandera de campaña. La complicidad con los del Verde Ecologista lo obliga a poner frenos en donde los desfalcos lo alcanzan.

El “pastor” Víctor Carlos Armas Zagoya (sólo él y otro ex funcionario se lo creen), no permite que se hable de “raterías” en esa “iglesia” que instalaron en Plaza Alessia. Porque claro, hay que guardar recato frente a tanta marrullería. A tal grado que el remordimiento lo llevó a creer en Santa Claus.

Twitter: @GabrielConV

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