Puede que sea la última ocasión en la que David Monreal Ávila aglutine a 53 presidentes municipales en un mismo evento. No por la (in)trascendencia de un tema que carece de justificación, pues la Ley de Coordinación Fiscal obliga al gobierno estatal a no obstruir los recursos de los fondos para infraestructura social y de fortalecimiento municipal.

No, la verdadera razón por la que estuvieron ahí “el grueso” de los presidentes municipales (según los números de su boletín), es porque no hay quien atienda a esas autoridades ni sirva de puente de comunicación con la “nueva gobernanza”. Si David no le contesta el teléfono al gobernador José Ricardo Gallardo Cardona, mucho menos a un edil.

Así sucedió hace algunas semanas cuando las corporaciones de seguridad pública del estado vecino de San Luis Potosí ubicaron algunas células criminales asentadas en una de las comunidades del municipio de Pinos (donde hace como que gobierna Omar Téllez Aguayo), dedicada al robo de vehículos para utilizarlos en otras actividades delictivas.

Gallardo Cardona buscó, infructuosamente, abrir comunicación con David Monreal. Tras varios intentos fallidos redirigió sus llamadas a la secretaria Gabriela Evangelina Pinedo Morales con la misma suerte: sin respuesta. Y localizar al general en retiro Adolfo Marín Marín fue una tarea igual de improductiva, ya que este se encontraba en una “reunión importante”.

El mandatario de San Luis no tuvo otra opción que solicitar la colaboración y coordinación de la Guardia Nacional. Los elementos federales decidieron acompañar y videograbar la movilización de las autoridades vecinas mientras se acercaban a un campamento con civiles armados y entrenados, lo que derivó en un enfrentamiento y posterior detención de la célula delictiva.

La lógica parecería decirnos que al siguiente día David entablaba diálogo con Ricardo Gallardo, a quien agradecería el despliegue operativo. Sin embargo, la sorpresa fue para el gobernador potosino cuando recibió -ahora sí- el enlace telefónico de Monreal Ávila en un tono exagerado de molestia con el que sospechosamente le reclamaba haber intervenido en Zacatecas. ¡Inaudito!

Si ese es el trato que recibe uno de los pares de David, ¿qué puede esperar entonces un presidente municipal? Pues algo muy parecido a lo que sucedió en su “encuentro estatal” con el que los invitó a “convenir” un recurso que no puede, de ninguna forma, condicionar. A excepción de los “moditos” discrecionales de su “nueva gobernanza”.

Sucede que, desde el último trimestre del 2021, varios ediles recibieron una instrucción del secretario de Obras Públicas, Guillermo Carrillo Pasillas: la mezcla de recursos “peso a peso” sólo podía ir en consenso si los municipios se desistían de deliberar en qué proyectos pondrían recursos, así como licitar o adjudicar los mismos.

Si querían dinero estatal tenían que olvidarse de elegir constructores y planear las obras que les resultaran más factibles o urgentes para su municipio. Todo el trazo financiero y de edificación correría por órdenes de la mancuerna David Monreal – Verónica del Carmen Díaz Robles. Esa misma instrucción se replicó ayer en la SEDUVOT de Laura Elvia Bermúdez Valdés.

 “El grueso” de las y los presidentes municipales perdieron más tiempo entre aplausos y la tediosa retórica de la supuesta “transformación”, que en aprovechar un espacio mínimo de tiempo al concluir la reunión para enumerarle todos los pendientes en los que David no da ni atención ni respuesta: salud, seguridad y adelanto de participaciones entre los principales.

Los guindas, en cambio, no tuvieron otra opción más que acatar órdenes, sonreír y posar para la foto. La reelección de muchos de ellos va de por medio y la centralización de las decisiones no está a discusión. A excepción de Saúl Monreal Ávila que desde el inicio del sexenio mandó por un tubo cualquier propuesta que buscara coartar su autonomía.

El de Fresnillo sigue en la tarea de aglutinar un frente de contención municipal, ahora más cercano a cristalizarse. Su liderazgo le viene muy fácil con una dócil “oposición” que no se cansa de pedirle “diálogo” a David. La postura de Enrique Flores Mendoza no sólo empujó la indignación de la militancia, hacia afuera su partido parece más bien un tapete tricolor.

O qué decir de la diputada Noemí Berenice Luna Ayala que presumió en sus redes sociales la denuncia de los albiazules por el caso de “La Mansión del Bienestar”. Ni una sola palabra del maltrato a los municipios. O de la nueva dirigencia panista que tanto empujó Miguel Ángel Varela Pinedo, en absoluto mutis. Verónica Alamillo Ortiz no existe en la agenda pública.

Es cierto que el Bloque Plural en la LXIV Legislatura sirve de punto de pivote, pero las bancadas del PRI-PAN-PRD-MC no pueden ni deben cargar con el peso de toda la oposición. Su pronunciamiento fue distinto: apoyo al magisterio, no a David. Contrasta cuando lo comparamos con el reciente “saludo republicano” entre Claudia Edith Anaya Mota y el que se dice “gobernador”. Así, sin una postura crítica en los momentos que obligan a no guardar silencio. ¿Y se quejaba de Tello?


#Casualidades: La última vez que los sindicatos de los subsistemas escolares como COBAEZ y CECYTEZ paralizaron la capital zacatecana, David Monreal Ávila había agendado un convivio con la comisionada del INAI, Norma Julieta del Río Venegas, al cual asistió.

Un día antes del festejo de Noche Buena, el 23 de diciembre, la disidencia magisterial salió a las calles por más de cuatro horas, sin que la “nueva gobernanza” se preocupara por atenderlos en las primeras horas que obstruyeron el boulevard López Mateos.

Sin embargo, a la del INAI le urgía retratarse con David en momentos tensos para apoderarse de la silla en la Secretaría de Finanzas debido a un conflicto interno. También buscaba vender la imagen de una titiritera fuerte, con el mismo grado de influencia que Verónica Díaz, cosa que no logró.

Lo de menos eran los cientos de manifestantes que se quedaron sin aguinaldo para las celebraciones decembrinas. Había que presumir la reunión en la que lo flanquearon Humbelina Elizabeth López Loera, Silvia Saavedra Juárez, Víctor Hugo Hernández Reyes, y Carlos Eduardo Torres Muñoz, entre muchos otros.

Muy distinto a lo que sucedía en las calles, en las que Julieta del Río tampoco quiso ayudarle a desactivar la manifestación del sindicato de la UTZAC, en donde impuso como rector a Gonzalo Franco Garduño, con un historial bastante cuestionable al interior de esa universidad.

Todo es sacrificable, incluso el bien común y el interés público, cuando se trata de su persona. Y en esas manos, aunque ya menos, es que David ha dejado las decisiones de eso que aún llama “gobierno”. Zacatecas sigue presa de la absoluta frivolidad.

Twitter: @GabrielConV

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