No tardaron mucho tiempo en enterrar el argumento sobre la “federalización” de la nómina educativa. En una resolución sin precedentes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que los estados como Michoacán y Zacatecas no pueden transferir sus obligaciones administrativas, operativas, presupuestarias y laborales en el ámbito educativo.
Toda la narrativa que había utilizado David Monreal Ávila para retardar los pagos al magisterio, concluyeron en un cónclave (Claudia Sheinbaum dixit) para repartir responsabilidades de manera acuciosa. El máximo tribunal sentenció, en un momento coyuntural, no absorber todas las responsabilidades que las entidades habían delegado.
Se desvanecieron, en una sola votación entre ministros, los 2 mil 400 millones de pesos que el que se dice “gobernador” intentaba arrancar al gobierno federal. Ya no hay “solución de fondo” como planteó una y otra vez David en sus video mensajes, sino una sola oportunidad de crear fondos o fideicomisos, según explicó Ricardo Olivares Sánchez, para garantizar los recursos educativos.
Ahí es donde descansa ahora la garantía de que los estados y la federación aportarán los dineros, de forma regular, a la nómina del magisterio. De inmediato queda sepultada, también, la pretensión de retener el presupuesto del que sí dispone David para concluir con sus obligaciones quincenales para las y los maestros que hicieron campaña a su lado.
Hoy, el ánimo de confianza cae por los suelos. El fresnillense no tiene credibilidad alguna y los vacíos de poder fueron ocupados de inmediato. Alfonso Cepeda Salas abrió puertas a la Sección 58 del SNTE para que tuvieran un momento de diálogo con Adán Augusto López Hernández. Aunque breve, la problemática ya construía un diagnóstico previo.
El titular de la Secretaría de Gobernación explicó a Oscar Castruita Hernández el panorama crítico por el que atraviesa Zacatecas. Inseguridad e ingobernabilidad fueron los dos tópicos que obligaban a no crecer las rispideces con el magisterio. La entidad es un polvorín en los registros de la mano derecha presidencial, de ahí la necesidad de no incrementar las hostilidades.
Monreal Ávila quedó en segundo plano. Se hablaban de tú a tú en la negociación sobre un problema que el ejecutivo estatal dejó correr. Aunque corto, el espacio que otorgó Adán Augusto a Castruita Hernández tiene un valor simbólico: David no es el único interlocutor, y cada una de las fuerzas políticas presenta un panorama distinto de lo que ocurre en Zacatecas.
El que se dice “gobernador” no resultó en un factor determinante para encontrar salida a la crisis en los bolsillos de las y los maestros. Él sólo utilizó algunas horas de la tarde de este jueves en la Secretaría de Educación Pública, donde le presentaron el argumento principal con el que se tendría que conducir un nuevo acuerdo: la resolución de la Suprema Corte.
A partes proporcionales, pero se acabó el intento de justificación de David para no aportar a la nómina del estado. Nadie lo va a “rescatar” del naufragio. Por el contrario, su secretario de Finanzas formalizó la inyección monetaria entre el dinero local y el equilibrio con las arcas federales. Una ruta que alivia más que un simple traslado de maestros de una nómina a otra.
En eso consistió la “gestión”. No hubo en la mesa el interés por acumular más ingresos, sólo se trató de amarrar, sin rezagos, el presupuesto ya aprobado en el paquete de egresos federal y local. Sin la debida participación de Oscar Flores Jiménez, la “nueva gobernanza” nada tendría que celebrar sobre el acuerdo que se construyó desde la cabecera de SEFIN.
A decir del núcleo cercano a Victoria Rodríguez Ceja, exsubsecretaria de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, poco podría lograr David Monreal sin un picaporte como el de Olivares Sánchez. Y aún así, la asfixia que promueve Palacio Nacional al apellido incómodo por poco anula la factibilidad de un acuerdo necesario.
El otro puente de comunicación se amortiguó en la Cámara de Diputados. Cierra la pinza el legislador de Villanueva, Miguel Torres Rosales, que facilitó el tránsito de la Sección 58 con el bloque zacatecano en San Lázaro, que luego quiso capitalizar Noemí Berenice Luna Ayala en un trascendido dentro de sus redes sociales.
Días antes, el diputado federal presentó un proyecto común de oposición en el que incluyó al magisterio disidente. Institucionales o no, corporativas o no, pero la oferta de participación crece alrededor del expresidente municipal. Trazas de organización y vinculación son fácilmente identificables, a diferencia de otros proyectos.
En los hechos, la coyuntura tiene sus sedes muy focalizadas. A menor presencia de la “nueva gobernanza” los actores políticos que más definen posturas (en los hechos y no en el discurso), comienzan a capitalizar el escenario electoral 2024. Mientras, las titiriteras de David desgastan su poca imaginación en pleitos mínimos que reflejan el tamaño de sus capacidades.
Twitter: @GabrielConV