Lo que sucedió este lunes por la tarde en el pleno de la LXIV Legislatura tiene orígenes bien identificados que en este espacio habíamos apuntado con anterioridad. El forcejeo subterráneo operado por el subsecretario de responsabilidades administrativas (así, con minúsculas), Ángel Manuel Muñoz Muro, para provocar la destitución temprana de Humbelina Elizabeth López Loera.

Con la autorización de la Delegación del Bienestar, el subsecretario lo mismo presiona a la Fiscalía Anticorrupción y al Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Zacatecas para encausar expedientes a modo que impacten en sus enemigos políticos, y organiza comidas con la burocracia de la Función Pública para que formen filas contra la joven secretaria. Concerta reuniones secretas, condiciona con sus atribuciones, y utiliza la política y los procedimientos administrativos para sus revanchas personales del pasado.

Tal como sucedió en la Fiscalía de José Francisco Murillo Ruiseco cuando intentaron acallar a distintos periodistas críticos a través de medidas cautelares que no tenían otro fin que amedrentar, las instituciones ahora viven la infiltración de los intereses de una aspirante a senadora, empeñada en construir una narrativa “anticorrupción” a modo y con fines netamente electorales.

La estrategia inició apenas algunas semanas de estrenada la nueva gobernanza, en octubre del 2021, cuando surtieron distintas diligencias que “sustentaran” un cúmulo de expedientes de investigación en contra de una lista particular de exfuncionarios. Todos los componentes estaban en la mesa, a excepción de un nombramiento que se cruzó en su camino.

La ratificación de Humbelina López mostró la primera etapa de ese plan, pues, de última hora y con instrucciones giradas desde la Delegación, once meses atrás la bancada de Morena intentaba cabildear votos en contra que permitieran hacer a un lado a la novel titular y promover a Ángel Muñoz al frente de la Función Pública.

Una escena que se repitió este lunes cuando la diputada Violeta Cerrillo Ortiz cabildeó una comparecencia ríspida que se centrara en debilitar la posición y el empoderamiento de una mujer en el gobierno de David Monreal Ávila, pese a que sostiene el banderín de su lucha contra la violencia política con tonos contrastantes y de cuestionable congruencia.

No se trataba de juzgar el pasado con la ley en la mano y el respeto a las instituciones, el objetivo era pintar a Humbelina como la pieza débil que tendría que moverse a otro tablero con tal de que llegaran las codiciadas sanciones contra sus adversarios, a quienes aborrecen. No obstante, imaginaban la diputada y el subsecretario que las bancadas no gubernamentales les ayudarían a enlodar el pleno.

“No la vamos a ensuciar como pretende Verónica, pero tampoco la vamos a defender” aseguraron distintos legisladores a este espacio, que coincidieron en cómo derribarían la operación de Violeta Cerrillo y Ángel Muñoz, y que en un pase de lista para corroborar que el quórum no se reunía echaron abajo la anhelada oportunidad de “la secta” del Bienestar (Soledad Luévano dixit).

Otro episodio reciente de este pleito estuvo relacionado con el video que filtraron hace unas semanas desde las entrañas de la nueva gobernanza, donde se ve a David en un saludo forzado para Humbelina durante el primer informe de gobierno. Todo con la firme convicción de generar una percepción que maquille su pugna por puestos y cargos, esos por los que no van en Morena, según Violeta.

Empero, sin el quórum necesario para sesionar y la moción de procedimiento toda vez que López Loera se encontraba en el recinto legislativo, el diputado Ernesto González Romo les pagó a las y los emisarios del Bienestar con la misma moneda que utilizaron para desactivar la conferencia de prensa de los senadores Ricardo Monreal Ávila y María Soledad Luévano Cantú, así como el informe legislativo de esta.

“Se tiene por desahogada, ya que la funcionaria está aquí para presentar la información que se le solicita, y es responsabilidad de los diputados ausentes el no llevar a cabo esta comparecencia”, explicó el presidente de la Mesa Directiva al tiempo que corría una lluvia de aplausos de los asistentes a la sesión legislativa.

Esos aplausos mostraban la victoria del dique de contención alrededor de las decisiones arbitrarias provenientes de la Delegación del Bienestar que, a pulso, se dedica a romper el consenso político, y en respuesta empuja alianzas antes impensables, pero hoy naturales y hasta obvias. Y como en política los vacíos se llenan, el consenso ausente en la nueva gobernanza ya se forma al exterior.

David Monreal no puede alegar desconocimiento alguno. Su misma administración se carcome por dentro y a él le parece de lo más normal, como si fuera este un simple pleito rutinario entre los integrantes de su gabinete. Absurdo como se oye, las decisiones que mantienen el poco equilibrio que pervive en su gobierno no vienen de su burbuja de cristal, sino de sus adversarios.

Aún no entiende, y ni siquiera lo piensa, que el día de mañana los intereses enquistados en la Delegación de Bienestar buscarán abrirse paso a cualquier costo, y su lugar 32 en las encuestas no augura que la lealtad que hoy le juran sea inquebrantable. Es cuestión de tiempo para que paulatinamente a David lo hagan a un lado, y lo aíslen (más) para que estorbe menos.


#Casualidades: Con algunas imprecisiones, pero frontal. Así fue el mensaje con el que Soledad Luévano acusó de una “secta” que dio la orden para que ningún medio cubriera su conferencia de prensa, que la gente no acudiera a su informe y además le sembraran manifestantes.

Habrá que recordarle a la senadora que algunos medios independientes no recibimos órdenes, ni mucho menos contestamos mensajes de quienes sí dieron línea para que la prensa convenida le hiciera vacío. Y esos mismos somos los que sí asistimos a buscar la nota.

Sin embargo, tiene razón en aquello de que “las sectas se van a destruir con sus propios errores” como ya explicamos más arriba. Han tardado, pero en el Senado de la República comienzan a quitarse la venda de los ojos de lo que ocurre en Zacatecas.

El amplio equipo de la Ciudad de México no daba crédito a lo que sucedía este sábado, con una respuesta raquítica a la convocatoria de Ricardo Monreal y Soledad. Ni qué decir de sus rostros cuando escucharon una pregunta sembrada (que leyeron mal y en un papel impreso) en su conferencia de prensa, con tal de generar discordia.

Claro que existe una instrucción explícita para evitar cualquier evento en el que participe Ricardo, o sus colaboradores, y este fin de semana lo vivieron en carne propia para dar crédito a que las versiones de algunos periodistas no eran rumores sino una realidad.

Aunque, la senadora debería de exigir menos a quien mantiene a un “coordinador” de prensa -a modo- para defenderse a sí mismo y a una funcionaria que no pertenece al gobierno estatal, y no así a su patrón. Como reza la frase: no hubo sorpresas, sólo sorprendidos.

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