No menos de ocho policías estatales, custodiados por dos patrullas, resguardaron la “villa navideña” en el primer cuadro del Centro Histórico de la capital zacatecana durante los festejos decembrinos, donde un año antes el crimen organizado presentó un mensaje (con amenazas incluidas para él y su familia) a quien hoy se dice “gobernador”.
Aquel episodio del 6 de enero del 2022, recorrió como fantasma las calles ahora saturadas de luces y adornos conmemorativos. Una escenificación que pretendía estimular la idea de que la incertidumbre que se respira en todo el estado es solo una “percepción”, y que cualquier desafío de los grupos delictivos esta vez se “contendría” en el momento.
Esa idea parecía no alejarse de la lógica simple “ahogado el niño, tapado el pozo”. Sin embargo, el crimen organizado “inteligente” (según David Monreal Ávila) había de modificar aquel planteamiento para demostrar de nueva cuenta su dominio, sin desafiar abiertamente a un gobierno reducido a su mínima expresión por la indiferencia de quien asegura encabezarlo.
No necesitaron de una camioneta en la que apilaran una docena de cuerpos y escondieran algunas cartulinas con un par de advertencias al de Fresnillo y su prole (de ahí el acompañamiento constante de policías ministeriales). Tampoco pidieron a las y los funcionarios de la nueva gobernanza sacaran las manos de la guerra entre bandas delictivas, como lo manifestaron en un video difundido el 30 de agosto del 2022.
Ni ultimaron a un general de la Guardia Nacional, o a cualquiera de sus integrantes, a cambio de tres órdenes de aprensión contra un pequeño grupo de policías municipales acusados de participar en distintos secuestros, después de que la Mesa Estatal de Construcción de Paz fracasara por enésima vez en organizar operativos conjuntos.
No. En esta ocasión la “espectacularidad” de la huella delictiva fue tan sutil, y a la vez tan impactante, cuando el crimen organizado provocó una cifra récord cercana a una veintena de personas desaparecidas en menos de quince días, tan sólo en el polígono Villanueva-Jerez-Tepetongo. Sus brazos hoy son tan extensos, como ausente es la autoridad.
Tres semanas antes, en medio de la movilización para liberar ilegalmente a distintos reos del penal de Cieneguillas, las bandas delictivas ya se habían burlado de la nueva gobernanza en sus narices. Más de quince automóviles particulares secuestrados y siniestrados, una caseta incendiada, y el terrorismo absoluto de los cárteles -sin mella ni obstáculo-, contra la sociedad.
Ni duda queda de que ninguno de los golpes efectivos del narcotráfico contra Zacatecas le quitan el sueño a David Monreal, ni a sus serviles, ensimismados en criminalizar a las y los desaparecidos en cuanto escuchan un chasquido de dedos proveniente de la Delegación de “Bienestar”. Y aquí comienza lo más interesante: la “gobernanza” del anonimato.
A decir de Gerardo Flores López, todavía coordinador de Comunicación Social del desastre, páginas como Zacatecas al Minuto o Zacatecas Zona de Peligro, en las que intentaron vender la idea de que el abogado Raúl Calderón Samaniego había muerto por una “congestión alcohólica”, sí pertenecen a un grupo de políticos relacionados con David Monreal Ávila.
Este obedecería a la comisionada del INAI, Norma Julieta del Río Venegas, que, según el funcionario de la nueva gobernanza, utiliza una granja de “bots” domiciliada en el municipio de Morelos. Así lo dijo a este columnista el pasado miércoles 4 de enero, cuando solicitó una reunión para aclarar su molestia por algunas opiniones vertidas. Veremos qué dice al respecto la funcionaria federal.
Una de las publicaciones reclamadas hacía referencia a un par de testimonios de comensales en las taquerías “El Apache”, que han avistado gente armada a la hora de la cena, hechos que fueron confirmados por Gerardo en esa plática pues, dijo, “no ha sucedido una sola vez”. Luego aceptó su malentendido, sin demeritar los hechos de inseguridad que han vivido de cerca en su familia.
Empero, sólo al “coordinador” se le podría ocurrir que los medios que no estamos a sus órdenes y caprichos, diéramos total crédito a sus entresijos. Aún y con ello, él se comprometió a indagar información de los perfiles apócrifos en Facebook que teóricamente manejan en el equipo contrario, del que se desmarcó durante esa charla, al achacarle distintas responsabilidades.
La realidad que evadió Flores López es la que se conoce bien en el gremio periodístico: Mariano Alberto Casas Valadez coordina, con recurso público, la auténtica granja de “bots” y “trolls” que manipulan en sus variados bunkers (Palacio de Gobierno y los servidores de la nación en Trancoso, incluidos). Se auxilia de medios como Testigo Ocular, de Eduardo Pesci. Desde candidatos, hasta coordinadores de campaña y logística, han confirmado esa versión hace más de un año.
El segundo gran error de Gerardo: nunca deslindó a David Monreal de conocer y/o dar indicaciones a quienes manipulan los contenidos en Facebook desde el anonimato. Cualquier funcionario con un mínimo enfoque institucional evitaría repartir culpas dentro de los pasillos de su propio gobierno, porque de hacerlo afirmaría que las fabricaciones vienen de la oficialidad. Pero, por lo visto, aquel día el coordinador “no se limpió la boca” (como diría él mismo).
Y justo eso fue lo que logró Flores López al poner la mirada en sus adversarios internos. El gran problema: nadie en su sano juicio y legítima rabia, se atrevió a pensar que los impactos de bala en Raúl Calderón la causaron algo de picazón, mientras moría por una supuesta “congestión alcohólica” después de pasar años sin ingerir bebidas alcohólicas. Lo importante era “lavarle la cara” a un David desaparecido en sus vacaciones (permanentes), al costo de arruinar (más) la reputación de sus “canales de comunicación”.
#Casualidades: El manto protector de la nueva gobernanza es de tal impunidad, que la directora de la Escuela Estatal de Conservación y Restauración “Refugio Reyes” ha comenzado una cacería de brujas contra alumnos y personal administrativo, al interior de dicho instituto.
Su cónyuge, el subsecretario de responsabilidades administrativas (con minúsculas como su interés real por los asuntos público) Ángel Manuel Muñoz Muro, no sólo consiente que Diana Monserrat Castillo García acepte un nombramiento sin cumplir los requisitos de ley. Ahí no existe responsabilidad penal ni falta administrativa alguna.
Mediante una denuncia anónima dirigida a la subsecretaria de Educación Media y Superior, Gizel Liliana Llamas Ibarra, las y los de la Escuela de Restauración, al que se adhirieron un grupo de padres de familia, han señalado intimidación, amenazas e intentos de intromisión en la vida privada.
Según la denuncia, no sólo existen problemas con los programas académicos y las plantillas docentes que cumplen a medias las horas laborales, o lo hacen en cuestionables condiciones. Además, los han amagado con revisar sus teléfonos y computadoras.
El objetivo de dicha cacería iniciada por Castillo García es ubicar al personal y alumnado que se haya atrevido a pasar información a medios independientes como Agenda Política y Verónica Trujillo Noticias, con la cual se puso al descubierto uno de muchos conflictos de interés entre la alegre pareja.
De lo anterior no se puede deslindar Gizel Llamas, una vez que ha tenido conocimiento de estas arbitrariedades. A menos que… Ángel utilice una de sus tantas “denuncias anónimas” con tal de atraer el caso desde la Función Pública y llevar a su séquito de inquisidores a “defender” a su cónyuge de sus “enemigos”.