Una veintena de votos llevaron a Enrique Manuel Laviada Cirerol a la presidencia de la Junta de Coordinación Política de la LXIV Legislatura. Numéricamente, el “emecista” de la bancada del Sol Azteca tiene el respaldo de la mayoría calificada que, después de descomponerse y recomponerse, rememora los tiempos del “Bloque Plural Ampliado”.

Aquel experimento tuvo sus episodios de poder antes de disgregarse por interés de la nueva gobernanza. Hoy, tal pareciera que la mayoría plural no renace como tal en esa figura ya conocida, sino en el entendimiento de que el legislativo debe de marcar líneas definitivas de autonomía, consenso e institucionalidad.

Si el “gobierno” (así le dicen) estatal va a la deriva sin contemplación alguna, y si el Poder Judicial ha optado por cargar los costos políticos que traen las revanchas jurídicas de “la secta” y sus diferencias en las Mesas de Construcción de Paz, la Legislatura todavía tiene oportunidad de llenar distintos vacíos de poder que deja ese remolino de vendettas políticas y pleitos internos.

Y el cauce para llegar al puerto en el que se encuentra ahora la Junta de Coordinación Política fue casi natural. Salvo la propuesta de la fracción del “Bienestar” de entregarle la bancada guinda a José Luis Figueroa Rangel, todos los demás partidos mantuvieron el respeto y los acuerdos de prelación que ordenaban cederle el órgano de gobierno al PRD.

La idea de “la secta” era enemistar al “Cepillo” Figueroa con José Juan Mendoza Maldonado y Enrique Laviada, para que cabildeara votos y promoviera una nueva presidencia de la JUCOPO en manos de Morena. Sin embargo, el de Loreto descartó ese ofrecimiento casi de inmediato, pues su prioridad actualmente se encuentra en el nuevo partido político que construye.

La agrupación “Revolución Popular Zacatecas” es un proyecto de tiempo completo que, al igual que Mendoza Maldonado y su aspiración de gobernar el municipio de Río Grande, no compagina con el reloj de la Junta de Coordinación Política, el cual es absorbente. Además, liderar ese órgano como alfil de David Monreal Ávila mucho menos era un escenario al que aspiraba el “Cepillo”.

Si a eso sumamos que Figueroa Rangel es uno de los diputados que más respalda el trabajo y la posición de coordinadora de bancada de la legisladora Maribel Galván Jiménez, el buscapiés de “la secta” siempre caminó por terrenos inhóspitos. No por ello dejan a un lado la idea de quitarle ese poder a la fresnillense para poner en su lugar a Violeta Cerrillo Ortiz.

En esa disyuntiva se encuentran los otros diez votos con los que Enrique Laviada no necesariamente habrá de “chocar”, pues la idea de esta nueva composición en la JUCOPO es en todo momento privilegiar los consensos. Y aún con una línea externa que homologa los intereses de las curules del “Bienestar”, el diálogo no será un bien escaso, según prometen.

En cuanto a las fracciones del PRI, PAN, PVEM, PANAL y PT, habrá que conocer en qué momento de la curva de aprendizaje se encuentran con respecto a sus expectativas hacia la nueva gobernanza, ya que sobran muestras del poco interés que existe en la Secretaría General de Gobierno por buscar puntos en común y transitar en positivo. Para Gabriela Evangelina Pinedo Morales no existe otro bloque político que el de casa.

Si es por convicción personal, o por instrucciones de David Monreal y/o de Verónica del Carmen Díaz Robles, eso es algo que pertenece a su fuero personal. Empero, en su faceta de funcionaria pública, lo que se nota es poca disposición al diálogo plural, así como el interés marcado de atrincherarse únicamente con los que reconoce como suyos y suyas, y nadie más.

Que, por cierto, a la diputada con licencia que también se le relacionó con la “Estafa Legislativa” le queda pendiente aquel reclamo en el pleno legislativo de haber “privilegiado” a su hermano Adrián Bernardo Pinedo Morales como “aviador” en el Congreso del Estado. Con un órgano de control interno en funciones desde hace tres meses, veremos qué tan congruentes son los guindas.

Nada qué reclamar aquí. Gracias a la secta, su patrona, y el “ángel de la muerte” que litiga pleitos personalísimos, la “lucha anticorrupción” en la que colocaron indirectamente a su familia es una deuda que deberá de protestar con las y los de su círculo. Según fuentes internas, a Bernardo Pinedo no se le ve en sus presuntas tareas legislativas que nadie conoce, desde hace tiempo.

Justo ese es otro de los pendientes que habrán de revisarse detenidamente una vez que la nueva JUCOPO asuma funciones el 7 de marzo: las cuentas y la administración interna del Poder Legislativo, lo mismo que las relaciones laborales con las y los trabajadores que se encargó de deteriorar Armando Delgadillo Ruvalcaba por instrucciones “superiores” de un peldaño muy enano.

Finalmente, y con el objetivo de que David Monreal entienda que el nuevo presidente en la JUCOPO no llega “con afán de joderlo”, se le girará un invitación a nombre de Enrique Manuel Laviada Cirerol a una reunión en la que el titular de la nueva gobernanza presente su agenda legislativa y consense los temas que son de su interés. Si sus odios personales (e infantiles) no se lo impiden, asistirá a la cita.

No podrá evadir uno de los temas de mayor importancia para la mayoría calificada de la LXIV Legislatura: la ley reglamentaria de la revocación de mandato. Sin mucho problema David podrá pretextar que aquella normativa no se debe aplicar retroactivamente, a diferencia del ejercicio que promovió Andrés Manuel López Obrador. Ahí conoceremos qué tanto sabe que el estado se le va de las manos.


#Casualidades: Si bien es poco el recurso, la voluntad es bastante, asegura Esther Contreras Sánchez, secretaria ejecutiva de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas, organismo que vive tiempos de reordenamiento interno en estos días.

Las visitadurías comienzan a delimitarse por agendas de trabajo, así como el perfil más adecuado de titulares por especialidades y conocimientos que puedan aportar a cada una de estas áreas. De esa manera dan valor al capital humano, el activo más importante de la Comisión.

Con ello se evitan movimientos costosos de personal, pues dar de baja a las y los trabajadores que acumulan mayor experiencia no es un lujo que se puedan dar con las finanzas en las que se encuentra el órgano local, además de que significaría perder años de esfuerzo.

Por ello la prioridad es colocar a cada cual donde pueda ofrecer una mejor asesoría, así como resultados al corto plazo. Esa es una de las directrices que marcó Maricela Dimas Reveles una vez instalada en la presidencia del organismo.

A diferencia del tono autoritario y prepotente que imprimió la nueva gobernanza sobre miles de trabajadores y jubilados desde sus primeros días, en la CDHEZ se palpa un ambiente de menos tensiones. Lo que preocupa es la agenda de trabajo, que se resume en hacer más con menos.

Y aunque en un estilo discreto, lo que poco a poco van logrando en esa Comisión es romper inercias internas con la finalidad de cambiar la dinámica y la visión de los derechos humanos de adentro hacia afuera. Ya veremos cómo se traduce esa nueva gestión en los proyectos que se coloquen por grupos de la sociedad civil, municipios y comunidades.

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