Más allá de los intereses de grupo, que es a lo que se reduce hoy el Frente Amplio por México, y que afectarán indefectiblemente la construcción de candidaturas en los estados, la oposición en Zacatecas repite uno de los grandes errores con los que asistieron a la elección del 2021: todavía no construyen una oferta política atractiva para la ciudadanía.
Distintos medios de comunicación evidenciamos el desaseo en la operación del censo de Bienestar al inicio de la Cuarta Transformación. Luego el empoderamiento de delegados que se volcaron a subyugar voluntades a través del condicionamiento de programas sociales y el anclaje en la figura que asumiría la Coordinación Nacional de Ganadería.
En particular, Agenda Política investigó los pormenores del Crédito Ganadero a la Palabra, que resultó en un fracaso programático de más de 4 mil millones de pesos, de los cuáles sólo se ejerció un 25% del total de recursos que Andrés Manuel López Obrador brindó a David Monreal Ávila con la finalidad de apuntalar su candidatura a gobernador. Sin embargo, la oposición siempre entró con miedo a los temas.
Esto porque las estructuras partidistas comenzaron a resquebrajarse con la “profecía autorrealizable” de que David sería gobernador a como diera lugar. El pragmatismo inundó a la oferta opositora, y la advertencia desde Palacio Nacional para Alejandro Tello Cristerna que de involucrarse en el proceso electoral habría consecuencias en su futuro, abrieron el camino a la nueva gobernanza.
Aún y con todas estas subordinaciones pre-electorales, el apellido Monreal (que hoy se encuentra dividido) no logró colarse con efectividad en la LXIV Legislatura, y el Va Por Zacatecas retuvo una parte importante de municipios en donde hoy gobierna. No hubo máquina “aplastante” porque la campaña demostró que la marca Morena arrastraba a un pésimo contendiente.
Empero, la oposición únicamente resistió, y ese fue su esfuerzo máximo. En la actualidad, el panorama vuelve en forma de inercia: un Frente Amplio subsumido en sostenerse y al mismo tiempo distanciarse desde dentro, sin un objetivo claro. El mejor ejemplo es el del todavía aspirante Adolfo Bonilla Gómez que, mientras rompía en lo local, luego le inyectaba 2 millones de pesos a la campaña de Tere Jiménez en Aguascalientes, al tiempo que recibía (y recibe) onerosos convenios publicitarios de la nueva gobernanza para B15.
Ese mismo pragmatismo se encuentra todavía muy presente en la mezcla poco sólida del PRI, PAN y PRD en Zacatecas, que incluso se habla de que no abrirán la coalición en los municipios. No obstante, así se intenten las fórmulas que se intenten, la evidencia más clara de que la oposición no está lista para la elección del 2024 se encuentra en la LXIV Legislatura.
Su responsabilidad es acotada y en un periodo de tiempo específico, mientras que las dirigencias hoy se encuentran totalmente ausentes en un tema que poderosamente atrae la atención del votante promedio en la entidad: la revocación de mandato. ¿Qué falta ahí? No sólo una ley reglamentaria que debería aprobarse previo al mes de agosto del 2024.
Hace falta también que la oposición asuma como suya una demanda ciudadana que sin duda estará en la palestra pública en cuanto concluya la primera mitad del gobierno de David Monreal, a partir del 13 de septiembre del próximo año. Porque no hay un centro gravitacional más potente en el clamor de inconformidad, que el deseo de sacar a su nueva gobernanza del poder.
Especialistas consultados por este espacio confirman que, en caso de que la LXIV Legislatura no logre procesar dicha ley reglamentaria hasta antes de agosto del 24, la autoridad electoral, que en este caso es el IEEZ, ya debería de tener en ese momento los lineamientos que regulen la consulta a la que se convocará una semana después del tercer informe de gobierno de David.
Más demandante aún: en la primer semana del mes de septiembre del próximo año, Juan Manuel Frausto Ruedas deberá subsanar la omisión legislativa con la definición del procedimiento, el formato y el medio para recabar cerca de 120 mil firmas en más de la mitad de los municipios del estado, a partir de la solicitud ciudadana de intención de revocación de mandato.
Este manifiesto deberá de presentarse a partir del 13 de septiembre del 24, para abrir un periodo de garantía de tres meses de obtención de ese promedio de firmas. Lo cual obligaría al Instituto Electoral del Estado de Zacatecas y al Instituto Nacional Electoral a ratificar un nuevo convenio de colaboración, ahora en el sentido del ejercicio de revocación.
Uno de los puntos centrales estribaría en el consenso entre autoridades para utilizar los medios electrónicos, como las aplicaciones diseñadas para tal fin, con las cuales la ciudadanía recabe las firmas de quienes se pronuncien por la revocación. Así sucedió recientemente con los colectivos feministas que sumaron apoyos para ingresar la iniciativa de despenalización del aborto.
¿Por qué el tiempo es fundamental para la oposición antes de que el IEEZ emita lineamientos en la ausencia de una ley reglamentaria? Porque la reforma constitucional del 2019 impide el uso de recursos públicos en el proceso de obtención de apoyos ciudadanos para la revocación, que bien pueden librar si llevan esa demanda a la campaña intermedia del 2024.
Ahora bien, al respecto del falso debate sobre si existe “retroactividad” que pudiera aludir David Monreal para evadirse de este ejercicio ciudadano, se debe recordar que el Congreso de la Unión solicitó a los estados “armonizar” el marco legal de la revocación desde 2019. De no haberlo hecho, la ciudadanía no por ello pierde el derecho de revocarle el mandato a Monreal en 2025.
#Casualidades: De acuerdo con los números de Massive Caller al concluir el mes de agosto, cinco son los posibles contrincantes al Senado de la República que deberían de pulir y presentar un discurso estructurado al respecto de la revocación de mandato, en la próxima elección.
Por el lado del Frente Amplio Zacatecas (FAZ), encabezan Claudia Edith Anaya Mota y Miguel Torres Rosales, con apenas 7 puntos de diferencia entre el primero y segundo lugar. Mientras que, por el partido guinda, Saúl Monreal Ávila y Ulises Mejía Haro llevan la misma encomienda.
En el caso de los aspirantes de Morena, la contienda se ha cerrado al margen mínimo pues Saúl y Ulises apenas se distancian por 1.1% de las preferencias. No sólo un empate técnico, según la encuestadora, sino la posibilidad de que cualquiera de los dos encabece la fórmula.
Mientras que en Movimiento Ciudadano, en caso de que Amalia Dolores García Medina se decida finalmente por participar en la contienda al Senado, y con qué condiciones ingrese a la pelea, tendría que ofertar en Zacatecas esa posibilidad de revocación.
Al corte de este sondeo, la diferencia entre Morena y el FAZ ronda el 10% de preferencias para los guindas. Razón suficiente para que la coalición opositora se meta en verdad a la lucha electoral con el discurso que la ciudadanía quiere escuchar: quitar a David del poder.