La parte más álgida del debate entre aspirantes a la presidencia municipal de Guadalupe, surgió al concluir este ejercicio político. Apostados en el estacionamiento del Sistema Zacatecano de Radio y Televisión, las porras de José “Títere” Saldívar crisparon los ánimos de sus rivales.

Aferrados a quitar una de las lonas publicitarias de Roberto Luévano Ruiz, los guindas comenzaron las amenazas y luego pasaron a los golpes contra los del PRI-PAN-PRD. Las brigadas de “Tito” Méndez se unieron entonces para aminorar las agresiones de los de Saldívar, y le coreaban al presidente sustituto: “asesino, asesino”.

Quienes atestiguaron la gresca aseguran que entre los guindas asistía una persona con una navaja que utilizó para amedrentar a los contras. No obstante, al saberse rebasados (pues las brigadas de Roberto y “Tito” finalmente hicieron equipo), obligaron a Saldívar a salir en medio del tumulto frenético.

Antes de huir, el de Morena escuchó cómo quebraban algunas banderas en su camioneta en señal de rechazo a un cómplice de cierto homicida, de nombre Julio “N”. Como saldo, en Guadalupe finalmente ocurrió un movimiento natural e inevitable: el reconocimiento entre los rivales de Saldívar.

Tanto las porras de “Tito” Méndez como las de Roberto Luévano se aliaron y vitorearon los nombres de ambos candidatos. Una señal de cómo transcurre realmente la elección en ese municipio, al abrirse un espacio entre contrincantes para reconocer el punto en común entre ambos: quitar a Morena del poder.

El momento en el que se encuentra ese elección también permitiría otro espacio de oportunidad: el despliegue de una estrategia y/o protocolo de seguridad entre ambos equipos, con el objetivo de resguardarse de una operación oficial en la que harán uso de cualquier artimaña.

Desde el uso de la fuerza oficial, hasta el amedrentamiento a través de algunos “grupos de choque”, que incluso pueden hacerse pasar por bandas del crimen organizado. Todo dependerá de cómo “Tito” y Roberto aprovechen esta sinergia previo al día de mayor intensidad en territorio, el 2 de junio.

En cuanto a los contenidos del debate, llamó la atención la denuncia pública que presentó el candidato de PT-PANAL-PES en cuanto a la asignación de obra pública a la familia del presidente suplente y candidato títere, en confabulación con los hermanos Zapata (Gilberto y Alejandro).

Mientras que en la narrativa de Roberto Luévano por fin apareció la figura de Julio César “N” como un presunto homicida prófugo de la justicia, que dicta órdenes a control remoto a su suplente. El incremento en los cobros de predial, y el millonario negocio de recolección de basura en manos de TRASH, aderezaron su postura.

Y aunque los operadores de “Títere” Saldívar intentaron tapar el sol con un dedo, lo cierto es que la moneda estaba en el aire, y un día antes aún no se conocía con certeza si el candidato iba a asistir, o no, al debate. En la secta opinaban que había que protegerlo, mientras que los súbditos de Julio “N” sugerían lo contrario.

La conclusión política de este debate, según la encuesta Massive Caller, es un incremento en casi diez puntos de la campaña de Roberto Luévano sobre José Saldívar. Lo que coloca a “Tito” Méndez en el lugar privilegiado que siempre tuvo al acceder a su candidatura, y que sólo debía enfocarse en explotar durante la campaña en tierra y en aire.

El del PT-PANAL-PES, aún fuera de esa gráfica, permanece hoy como la bisagra de la elección en Guadalupe. “Tito” podría inclinar la balanza hacia un lado o hacia el otro, por lo que se encuentra en un punto decisivo. Los viejos agravios de los Zapata en su camino, no parecen ayudarles a abrir puentes con el que podría definir la elección.

Por el contrario, la gresca en las instalaciones de SIZART posterior al debate del sábado deja en claro hacia dónde podría correrse el péndulo electoral. Ahí reside la importancia de los puntos en común que encuentran las coaliciones PRI-PAN-PRD y la del PT-PANAL-PES, mientras que los Morena-PVEM se preparan para la guerra en campo.

Estas dos semanas serán decisivas en ambos equipos. La próxima visita de Ricardo Monreal Ávila a Zacatecas tendría como prioridad comenzar a acomodar los triunfos en municipios y distritos a través de distintas declinaciones públicas o informales (de brazos caídos). A menos que algunas alianzas se forjen previo a esa etapa.


#Casualidades: De acuerdo con la misma empresa encuestadora, en diciembre del 2023, Miguel Ángel Varela Pinedo se encontraba lejos de permanecer como favorito entre aspirantes a la capital del estado, en la coalición PRI-PAN-PRD.

Hoy, el político “sin arraigo”, el que “nadie conoce”, se encuentra en empate técnico con su rival del Morena-PVEM, y aspirante a la reelección, Jorge Miranda Castro. Apenas 1.4% de preferencias electorales los separan.

A diferencia de la elección en Guadalupe, dentro de la capital zacatecana aún subsiste una bolsa de votos indecisos a conquistar, de casi 17% de encuestados. Es un campo fértil que deberán aprovechar en el equipo de Varela Pinedo estas dos semanas.

Con todo y partidos satélites tirando votos a la basura, como Movimiento Ciudadano y Fuerza Por México, en Zacatecas tendría que ganar la movilización ciudadana al voto de castigo, primordialmente por concentrarse estos en la zona urbana.

Ese voto de castigo no lo captarán las “alternativas” naranja y rosa por el hecho de encontrarse emparentados (a nivel nacional) con Morena y (a nivel local) con el apellido Monreal. Por ende, su margen de crecimiento se ha agotado.

Dependerá entonces de la estrategia de salida que preparen en el bunker azul, con la asesoría electoral del partido hermano en Aguascalientes. Aquí es donde se verá de qué madera está hecho Varela Pinedo, y cuántos habrán de apoyarlo o dejarlo -convenientemente- en el camino.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *