Voces al interior del equipo de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, anticiparon la decisión que tomaría la Sala Superior sobre los resultados electorales en el municipio de Zacatecas. Las mismas que confirmaron a este espacio que la anulación en la delegación Cuauhtémoc viviría la misma suerte.

El pasado miércoles, la Sala Regional de la Ciudad de México trajo a la realidad el pronóstico que se fijó desde las oficinas de transición. Aquel que también dejó ver Andrés Manuel López Obrador en una de sus conferencias matutinas semanas atrás, cuando pidió que se tuviera cuidado al revisar las sentencias de los tribunales.

Hacía referencia a la impugnación que realizó Eldaa Catalina Monreal Pérez por posibles hechos de violencia política en el transcurso de la campaña, y que fueron rechazados por la magistrada María Guadalupe Silva Rojas, pues no constituían actos de agresión en razón de género ni determinaban la nulidad de la elección.

Tampoco lo fue el estudio de la nulidad en algunas casillas individuales de la alcaldía Cuauhtémoc, que no llevó a la modificación de las cifras con las que Alessandra Rojo de la Vega Piccolo y su planilla de la coalición PRI-PAN-PRD obtuvieron el triunfo por una diferencia final cercana a los 11 mil sufragios, después de los recuentos.

La cadena impugnativa hacia la Sala Superior, que ya anticipó buscará Catalina Monreal, apunta a la confirmación de la sentencia en la Sala Regional de la Ciudad de México. Es cuestión de días para que el proyecto se resuelva de forma definitiva, convalidando los elementos que presentó la magistrada María Silva.

Lo saben en el grupo cercano del diputado Ricardo Monreal Ávila, pues recibieron el aviso de la Sala Superior cuando dieron a conocer el proyecto que revocaba la anulación de los resultados electorales en la capital zacatecana. Si es que no lograron mover el ánimo de la presidenta electa, no habrá cambio alguno en la Cuauhtémoc.

Lo que nos lleva al peor escenario posible para el apellido Monreal en la política partidista e institucional. Lo anticipamos en este espacio los días en que se definía la fórmula al Senado por Morena en Zacatecas (octubre y noviembre del 2023), y que concluyó con una escenificación vergonzosa para imponer a quien permanecía en último lugar de las encuestas.

Fue el último favor que pudo realizar Mario Delgado Carrillo a los de Puebla del Palmar, previo a la elección del 2 de junio. La última grieta de poder en la que podrían jalar algunos hilos desde el Comité Directivo Nacional que entonces encabezaba quien ahora se perfila como próximo secretario de Educación.

Saúl Monreal y Verónica Díaz Robles hoy son senadores (factura pagada). Ricardo Monreal es coordinador de los diputados guindas en San Lázaro (factura pagada). Y David Monreal aun es gobernador (factura pagada), antes de la revocación de mandato (factura pendiente).

Además, Ricardo logró colar al hoy gobernador en el estado de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar (otra más de las facturas pagadas), a quien placeó en Zacatecas los días previos al inicio de las precampañas de este año. Aquellos en que la nueva gobernanza encapsulaba a Claudia Sheinbaum durante sus giras electorales.

Sin embargo, los escenarios han cambiado de manera radical después de la elección de junio. Algo que no esperaban en el clan fresnillense, pues todavía operaban con plena tranquilidad el nombramiento de Ricardo Hernández de León como presidente del Concejo Municipal, en el inter a la elección extraordinaria capitalina.

Lo anterior debiera darnos seguridad en un punto fundamental: las tarjetas informativas de cómo se mueven los intereses de los Monreal en el escenario local y nacional le llegan con puntualidad a Claudia Sheinbaum Pardo, y no precisamente desde el equipo del diputado Ulises Mejía Haro.

Claudia tiene los pormenores de la sucesión en la delegación de Bienestar, que de ninguna manera pretende ratificarla entre los cercanos a Verónica Díaz. Sabe también quién opera desde las sombras para Saúl Monreal, y por qué debería descartarse del nombramiento en esa posición a cualquiera de sus cercanos (aunque no lo parezcan).

La incógnita permanece en si cederá tempranamente esa cartera a Ulises Mejía, o la acompañará en una auditoría profunda a dicha delegación un perfil más neutro, alejado de los intereses locales. Eso lo sabremos en los primeros días de su gobierno, cuando sea más notorio el poder en su investidura presidencial.

Empero, no sólo en los ojos de Claudia Sheinbaum se lee el futuro de los programas sociales en Zacatecas. Si en la nueva gobernanza creen que la presidenta electa no conoce algunos documentos del proyecto del “viaducto elevado” de David Monreal, caminarán hacia la trampa cada que confirmen que esa vialidad verá la luz del sol.


#Casualidades: La sucesión administrativa en los municipios de Fresnillo y Zacatecas ha sido, por decir lo menos, absolutamente desastrosa. Prueba de que las encuestas de la nueva gobernanza no eran más que simples cuentas alegres, pues estaban muy seguros de ambos triunfos.

Nóminas infladas en los dos municipios, equipo de oficina presuntamente enlistado en el proceso de entrega, pero que se encuentra extraviado. Funcionarios que cobraban en el ayuntamiento capitalino y en el gobierno estatal.

Decenas de “funcionarios” desconocidos que regresaron a sus quehaceres públicos al día siguiente de que Bennelly Jocabeth Hernández Ruedas perdió la elección por más de 15 mil 500 votos en la tierra que gobernó durante seis años Saúl Monreal (aunque ahora haga como que lo olvida).

Camiones de basura en la capital que fueron requisitados por el acreedor que los tenía en arrendamiento al gobierno de Jorge Miranda Castro. Contratos rescindidos al personal de limpia del gobierno “Verde”, que dejaron sin recolección de basura a los habitantes del municipio.

Operadores políticos de Saúl Monreal en nómina que acaban de pedir siete licencias con goce de sueldo para incrustarse en las filas del SUTSEMOP de Fresnillo, y desentenderse de la administración de Javier Torres Rodríguez.

Y ni qué decir de las cuentas comprometidas que recibió Miguel Ángel Varela Pinedo, por alrededor de 81 millones de pesos que no pueden destinarse ya a gasto corriente. Por ende, el ayuntamiento carece de fondos para pagarle la próxima quincena a más de 500 trabajadores heredados por Jorge Miranda. ¡Ni a los “suyos” cuidaron!

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