Editar y manipular la poca evidencia que existe sobre la licitación pública nacional con número LO-932060991-E2-2023, resultó inverosímil. Sin embargo, José Luis de la Peña Alonso y Luz Eugenia Pérez Haro hicieron todo lo que estuvo a su alcance para ocultar el fallo que asignaba dicha obra a otro constructor “del pasado” y las “herencias malditas”.
Se trata de la “Construcción de Macrotecho y Obras Complementarias en la Terminal 1 Zacatecas, del Sistema Integrado de Transporte Zacatecas – Guadalupe, Platabus (SIT Zacatecas)”, cuyo acto protocolario se realizó el 28 de julio del 2023 y se encuentra documentado en video, dentro de los archivos de la SEDUVOT.
Los nombres de Raúl Armando Salinas Salinas (presentado como ingeniero supervisor de obra), y el del arquitecto Jesús Arellano son rescatables. Al primero, la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Ordenamiento Territorial, le favoreció con la licitación LO-932060991-E1-2023, firmada el 5 de julio del 2023.
Tiene que ver con un contrato de prestación de servicios para la “Supervisión de obra para la Construcción de Macrotechos y obra complementaria en la terminal 1 Zacatecas y terminal 2 Guadalupe del Sistema Integrado de Transporte Zacatecas – Guadalupe Platabus (SIT Zacatecas)” con valor cercano a los 3 millones de pesos.
Una de estas dos, como presentamos en la investigación anterior realizada por este portal electrónico en conjunto con Verónica Trujillo Noticias, fue construida a su vez por Jesús Carlos Bañuelos mediante la licitación LO-932060991-E3-2023, a través del Grupo COBAYCO S.A. de C.V. (empresa de reciente creación).
Jesús Bañuelos recibió para ello 26 millones 713 mil 610 pesos. Las tres licitaciones se encuentran emparentadas en el mismo proyecto, lo que nos da una idea de que en la terna de fallos participaron los constructores (o sus representantes) que sabían de antemano serían elegidos para dichas obras.
El punto clave del acto protocolario que se puede atestiguar en el video del 28 de julio, es el segundo nombre: Jesús Arellano. Sus apellidos fueron cortados súbitamente de ese video manipulado para omitir el fallo. Aunque, muy probablemente emparentado con el arquitecto José Octavio Arellano Cervantes, titular de la empresa Taller Habitat S.A. de C.V., ganadora de la licitación LO-932060991-E2-2023, que referimos al principio.
Previo a este contrato, los Arellano Cervantes colaboraron con el expresidente del TSJEZ, Arturo Nahle García, en la edificación de la “Central de Peritos, Actuarios, Notificadores y una Sala de Oralidad para los Tribunales Laborales de Zacatecas” desde septiembre del 2023. Una obra por la que el Poder Judicial desembolsó 9 millones 990 mil 488 pesos.
Y aquí es donde los nombres y las “herencias malditas” comienzan a entrelazarse. El Acta de Sesión 2016 del Subcomité Técnico de Evaluación de Proyectos, lleva como membretes los logotipos del sexenio de Miguel Alejandro Alonso Reyes. En su página segunda aparece el dato que revela la simulación política en la que viven las y los zacatecanos.
Dentro del décimo renglón del informe trimestral que presenta el Subcomité Técnico se presenta la siguiente información. Descripción de obra: Regeneración Plaza de Armas. Constructor/Contratista: Taller Habitat S.A. de C.V. Monto Asignado: $21,019,702.31. Monto Contratado: $21,019,702.31
Al final del documento aparecen las rúbricas de tres arquitectos bien conocidos: José Francisco Ibargüengoytia Borrego (Secretario Técnico del Consejo), María Guadalupe López Marchán (Prosecretaria del Comité Técnico) y Luis Mario Báez Vázquez (representante de la Secretaría de Infraestructura en 2016, y Secretario de Obras Públicas del municipio de Zacatecas, durante el trienio de Jorge Miranda Castro).
Pues bien, la obra que registra el informe del Subcomité Técnico del 2016 es aquella que niveló la Plaza de Armas con una plancha de concreto, removió su fuente frontal, estructuró escalinatas y eliminó algunas guarniciones laterales. La misma obra que le fue reprochada a Miguel Alonso por modificar la identidad del conocido Centro Histórico de la ciudad capital.
Y la misma empresa a la que la nueva gobernanza recurrió, después de rescindir los cinco contratos que Alejandro Tello Cristerna había extendido a Jonathan Bañuelos Martínez, Raúl Gerardo Ávalos Villareal, Antonio Huerta Garza, J. Refugio Dávila Mejía y Francisco Shaid Ramírez Toribio, en la primera etapa del “PLATABUS”.
De acuerdo con el portal electrónico “Líder Empresarial”, el arquitecto José Octavio Arellano Cervantes estudió en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente, de la ciudad de Guadalajara, en donde más adelante abriría su propio despacho. El profesionista es conocido igualmente conocido por diseñar y construir el “Parque Tierra Adentro” (sic).
Arellano Cervantes es la última pieza del rompecabezas que armó David Monreal Ávila al inicio de su gobierno, cuando reviró la asignación de contratos y recurrió a los constructores del sexenio de Miguel Alonso involucrados en el Ecoparque Centenario, el Centro Cultural Bicentenario, y la remodelación de Plaza de Armas, para revivir el proyecto del “Platabus”, ahora en manos de Luz Eugenia Pérez Haro.
No obstante, el fragmento que aglutina y da forma a toda la imagen se encuentra en el empresario César Deras Solano, identificado en la vida partidista de Morena por el acuerdo del Instituto Nacional Electoral INE/P-COF-UTF/180/2017, sobre la fiscalización de aportaciones individuales a dicho movimiento.
En este acuerdo, el Consejo General del INE encuentra infundado el procedimiento administrativo sancionador de su Unidad Técnica de Fiscalización, debido a que “la autoridad fiscalizadora no acreditó la existencia de contrato de mutuo alguno celebrados entre Morena y los CC. César Augusto Deras y César Augusto Deras Almodova”.
Ello en referencia a las aportaciones por 502 mil pesos que entonces depositaron ambos personajes a Morena en preparación a la elección presidencial del 2018, de la que resultó triunfante Andrés Manuel López Obrador.
Para concluir la imagen panorámica del “nuevo” Platabus, una fotografía que explica muy bien este entramado de intereses fue publicada en la red de Instagram, el pasado 13 de octubre. El lugar: la Antigua Fábrica de Harinas, en la ciudad de Madrid. El evento: la boda de la zacatecana Fernanda Madero, que convocó en el viejo continente a familias reconocidas del estado.
En el mismo cuadro aparecen Fernanda, César Deras y José Octavio Arellano, junto con otro grupo de amigos (algunos de los cuales se insertan en el ramo de la construcción) que comparten afinidades con Eldaa Catalina Monreal Pérez y Sergio Alejandro Garfias Delgado (también asistente a la celebración).
Quienes conocen bien el intríngulis de ese nicho compacto confirmaron a Agenda Política que, actualmente, César Deras Solano lleva las encomiendas de Ricardo Monreal Ávila en la asignación de obra pública y las comisiones (popularmente conocidas como “moches”), tanto para David como para el presidente de la JUCOPO en San Lázaro.
Metido más tiempo en los despachos de la Secretaría de Administración que en las agencias del grupo automotriz Deral (Deras-Monreal), un “discreto” intermediario entre las sombras elige constructores, asigna contratos y lleva y trae “comisiones” por licitación. Cierta especie de “Juan Alonso” de este sexenio, con eso de que comparten tantos rasgos del pasado.
Mientras otros pierden el tiempo mirando el desastre que ha generado en el gabinete Carlos Alberto Zúñiga Rivera, la mano derecha de los Monreal opera las instrucciones tras bambalinas de los negocios pertenecientes a Puebla del Palmar. Ahora se entiende por qué el nombramiento de César Deras Solano como Secretario de Economía, al inicio del sexenio, nunca se concretó. Sus funciones debían realizarse en sigilo y sin dejar huella. O al menos eso imaginaban… porque huellas hay por todos lados.▗