El pronunciamiento público del diputado federal Marco Antonio Flores Sánchez, no llegó de forma inesperada, al menos para una parte del nuevo cabildo guinda y albiazul que hace como que encabeza José Humberto Salazar Contreras. El galeno sabía de la inconformidad del cantautor cuando rechazó su invitación a participar en sus festejos del Sábado de Gloria hace algunas semanas.

Este miércoles, durante la sesión ordinaria de cabildo, por fin se redireccionaron cerca de 2 millones de pesos para esta fiesta a la que ahora se le conoce como el Festival “Jerez Cultura y Tradición”. Es la primera vez que un evento que se caracteriza por promover el consumo de bebidas embriagantes en el jardín central, acompasado de música doméstica, se incluye en un “festival cultural”.

Cualquier cosa que les permita a Humberto Salazar y su selecto grupo de panistas encaramados en el municipio a manera de “asesores”, con tal de “reactivar” la economía, según su conocido eufemismo. Sin embargo, el problema progresa y ahonda de manera grave en el municipio, y el alcalde simplemente se lava las manos cual si fuera a una cirugía mayor.

Es así como, el pasado miércoles, un contingente de comerciantes que realizan sus actividades en el centro histórico se dieron cita en el recinto del ayuntamiento para sostener una nueva reunión con el galeno jerezano. Y, por segunda ocasión, Salazar Contreras se deslindó de los problemas de inseguridad que aquejan a esa “economía” que, dice, quiere reactivar.

Humberto les recetó aquello de que el presidente municipal no es responsable del cobro de piso por parte de las bandas delictivas, que además obligan a los expendedores de cerveza y cigarros a vender los productos que ellos les imponen, bajo caución que de adquirirlos con otros proveedores deberán atenerse a las consecuencias que esto traiga para sus familias y sus negocios.

El documento membretado que difundió Marco Flores en sus redes sociales todavía no cumplía ni las primeras 24 horas, cuando Salazar ya vendía las bondades de su festival “Jerez Cultura y Tradición” al colectivo de comerciantes, a manera de remedio frente a un municipio secuestrado por el crimen organizado desde sus entrañas.

Nunca hubo un pronunciamiento de cualquier autoridad municipal al respecto de lo que había declarado uno de sus cantautores predilectos, pues prefirieron mantener en firme los festejos del Sábado de Gloria aún y cuando el cobro de piso y la extorsión habían impactado gravemente la marca local y la del estado con la misiva del de la “Banda Jerez”.

Lo que llama la atención, sin duda, es que Marco Flores identificara a los jóvenes involucrados en las amenazas al personal de su hotel “La Cabrona”, que vinieron justo después de que el cantante declinara su participación en estos festejos. Por obvias razones, los vacíos informativos del galeno Salazar generaron distintas especulaciones dentro del ayuntamiento.

Lo cierto es que el cantautor no quiso involucrarse en ese “festival cultural” que Salazar Contreras quiere realizar en medio de un ambiente de tensión, por razones relacionadas intrínsecamente con temas de seguridad a nivel municipio, y por ello trasladó la tradicional caballeriza a su lienzo charro “MF”, ubicado en la comunidad de San Nicolás de Arriba, en la cabecera de Aguascalientes.

Al conocer de su decisión, el equipo de Salazar Contreras entonces buscaron como bateadores emergentes a ciertos artistas como Pancho Barraza y Chuy Lizárraga, que presuntamente serían quienes animen un “baile” en pleno festival de “cultura y tradición”. Como si adjetivar una fiesta con el mote “cultural” ayudara a disuadir al crimen organizado de intervenir en la misma.

Tal como se explicó en una entrega anterior, ambos intérpretes serían la develación “sorpresa” y atractivo de dicho festival, con tal de que la población en Jerez olvide por un momento que el narcotráfico ha infiltrado su día a día. Empero, no existe relación lógica alguna entre los festejos y la verdad amarga expuesta a los comerciantes locales hace unos días.

Pero, son tantos y tales los nuevos compromisos del “Dr. Salazar”, que sin estos incentivos pierde a los pocos aliados con los que cuenta ahora, entre quienes se reconocen algunos expresidentes municipales, exdiputados y exfuncionarios estatales, todos del PRI y del PAN. Los grandes ganadores, junto con el crimen organizado, de la “economía” del Sábado de Gloria.

A propósito de sus nuevos asesores, primero en un tono muy poco profesional, luego con palabras de conciliación, Jacquelina Martínez Juárez solicitó una aclaración al respecto de su ausencia a la reunión en el Senado de la República, dentro de la comitiva que acompañó a Humberto Salazar a escuchar el deslinde que le tenía preparado Ricardo Monreal Ávila.

Fue la única de los involucrados que argumentó que ese día se encontraba en Jerez realizando algunas actividades, contrario a lo que aquí se expuso. De Miguel Ángel Varela Pinedo y de José Manuel Viramontes Rodarte, sólo hubo un silencio que terminó por confirmar los datos vertidos y corroborados por las fuentes en el Senado y en el ayuntamiento.

Evidentemente, las y los testigos de la visita de la comitiva mantienen su versión de los hechos, junto con quienes en el municipio conocían de la travesía al Senado. Más allá de que Ricardo Heredia Duarte retrate este episodio como una “novela truculenta” (con un lenguaje parecido al que utilizó en su aclaración “Jackie” Martínez), a muy pocos engañan con su presunta exculpación.


#Casualidades: Ya lo dijo el diputado José Juan Mendoza Maldonado, en este país no existe norma disuasiva que limite y detenga el ejercicio de ciertas prácticas. Se refería a la del aborto, que en la humanidad existe desde las primeras civilizaciones.  

El problema es que en Zacatecas se intenta valorar un problema de salud pública del siglo 21, con criterios político-teológicos del siglo 19 (nacidos en la edad media). Por eso, a petición del obispo Sigifredo Noriega, ahora pretenden llevar la discusión del tema hasta concluida la Pascua.

Me refiero a las y los diputados de la LXIV Legislatura que obedecen las “sugerencias” de la autoridad religiosa, con el pretexto de que la feligresía “representa votos”. Como si en sus municipios y comunidades no conocieran del desplazamiento de la fe católica por otros credos heterodoxos. Baste ver cómo brotan figuras de “santos” que hacen apología al narcotráfico; porque, aunque lenta, la religión también cambia.

Sin embargo, las mentes conservadoras de la Legislatura pretenden cerrar los ojos a a realidad, otra vez. No me refiero únicamente al Partido Acción Nacional, sino al pensamiento conservador instaurado en una buena parte de las y los integrantes de las distintas bancadas representadas en el pleno, y que hoy tienen congelado el dictamen de la DESPENALIZACIÓN (que no legalización) del aborto.

Para ellos y ellas tampoco bastó la presencia de 16 mil mujeres en las calles el pasado 8 de marzo, aunque en sus redes sociales presumieran los colores del feminismo. Por eso, reunidos en otra sesión de comisiones Enrique Laviada, Imelda Mauricio, Priscila Benítez, Xerardo Ramírez, Ana Luisa del Muro y José Juan Mendoza solicitaron se regrese el tema el pleno.

La idea es quitarle el turno a la Comisión de Salud (que más bien parece de Asuntos Religiosos) que utiliza Karla Dejanira Valdéz Espinoza con tal de congelar permanentemente ese dictamen. La del PAN pretende hacerle el favor a los de Morena, que en su mayoría va en contra de la despenalización. Sin embargo, preferirían archivar el tema porque algunos ingenuos todavía creen que esta legislatura les da para “reelegirse” o “gobernar” ciertos municipios.

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