No importan los cientos de boletines oficiales que retratan la trayectoria legislativa de la senadora Geovanna del Carmen Bañuelos de la Torre (de los cuales apenas el diez por ciento versan sobre las problemáticas de su estado), poco comunican todos estos si los comparamos con una noticia que ha dado a conocer recientemente en sus recorridos por los distritos de Zacatecas.

Con firme convicción, ha dicho a las y los seguidores del Partido del Trabajo que ella, junto con Ricardo Monreal Ávila (así como lo lee), encabezarán la fórmula de mayoría relativa en Zacatecas del partido Morena (probablemente en coalición con el PT) al Senado de la República. De esa posibilidad, otro senador ha confirmado a este espacio una candidatura que nadie espera.

No la de Geovanna Bañuelos, sino la insólita y novedosa incursión electoral en las boletas a la Cámara Alta, del exgobernador en el sexenio 1998 a 2004. Fue José Narro Céspedes quien respondió a este columnista, en sentido positivo, a la pregunta sobre las aspiraciones locales de Ricardo. No olvidemos que conoce muy bien el entramado interno en tres instancias: la dirigencia nacional guinda, el Senado de la República, y los movimientos al interior de Palacio Nacional.

Lo que dicen ambos (Geovanna y José), con pleno conocimiento de causa, encuentra poco margen de error. Ricardo Monreal, en silencio, ya se mueve en su tierra natal. El último evento de temprano proselitismo lo tuvo hace algunos días en el rancho Puebla del Palmar, cuando se reunió con el concilio de empresarios que en tiempos recientes le reclamaron a David Monreal Ávila mejorar la percepción de inseguridad. Las estructuras, sin embargo, llevan más de un mes en movimiento.

Podrá haber analistas que compren las percepciones cotidianas y que creerán que Ricardo ha perdido tanto, que viene a refugiarse a Zacatecas. Ese punto de vista es totalmente relativo. Cierto es que el senador descompuso su relación con los núcleos opositores (con los que buscaba la presidencial) después de que regresó al redil de Palacio Nacional, donde lo esperaban en plazo perentorio.

Ahora, sin las esperanzas puestas en las pocas concesiones que le llegaría a ofrecer la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum Pardo, el todavía coordinador de la bancada de Morena en el Senado no se confía en su partido, pero tampoco rompe con este. No espera un lugar en las listas de representación proporcional, como en el 2018, ni vive de las encuestas que le muestran.

Poner los esfuerzos en la candidatura al gobierno de la Ciudad de México es lanzarse a la contienda sin una sola garantía, a diferencia de ganar un escaño con los votos de Zacatecas. Tampoco espera un espacio en la sucesión guinda, pues al ocupar un puesto por uno o dos años en el próximo gabinete, luego sería desechado. Esa es una estrategia equivocada.

En cambio, privilegiar una candidatura de mayoría relativa le quitaría cualquier presión interna en su partido y mejoraría sustancialmente su relación con la sucesora, ahora que se especula que la Ciudad de México estaría reservada para el coordinador de asesores de Palacio Nacional, Lázaro Cárdenas Batel. Repetir la incertidumbre del 2017 por ese puesto, no es una opción viable.

Jugar en su tierra, y con sus seguidores de toda la vida, sí es una red de seguridad sólida. Y tal vez lo sepa o no Ricardo Monreal, probablemente lo recuerde o no. Pero, justo esa ecuación ya la habían previsto en uno de los nichos de inteligencia electoral del PRI de Zacatecas, al inicio del sexenio de David Monreal Ávila, una vez conocidos los números definitivos de los votos que cosecharon en 2021. Nunca cerraron la posibilidad de invitarlo con las siglas de su expartido, y hoy podrían ser ellos los que lo acompañen.

Empero, en todo este escenario, dos certezas caben: es falso que Geovanna Bañuelos sea la candidata en esa fórmula al Senado, y José Narro no se quedará cruzado de brazos pues ya una vez cedió a la petición de Andrés Manuel López Obrador, cuando uno de los incondicionales del presidente le confirmó que él había ganado en las encuestas de la candidatura a gobernador en 2021.

Ahora bien, si se trata de lo local, las cosas cambian drásticamente. Se sabe que David Monreal pone sus objetivos en una hazaña electoral, en la que él es el mayor obstáculo. Resulta que ha dado la orden a sus cercanos que, sí o sí, por encima de todos, él se encargará de ganar los 18 distritos electorales, al “elegir los mejores cuadros” para ganar una mayoría legislativa que ya tuvo al inicio de su “gobierno” y nunca supo conducir. Vaya paradoja.

La lista, no es muy esperanzadora si comenzamos por Jaime Manuel Esquivel Hurtado, subdelegado en la región de Río Grande, y prospecto para ese mismo distrito (a pesar de que su interés está puesto en la presidencia municipal), recientemente fue denunciado por el derrumbe de un centro de estudios asentado en el municipio de Chalchihuites, dentro del programa “La Escuela es Nuestra”. En esa ruta podría cruzarse José Luis “El Bicha” Salas como contendiente.

En el Distrito II federal, el espacio está reservado para Maribel Villalpando Haro. En cuanto sea destituida por causa de juicio político será enviada a robustecer sus aspiraciones en la región de Cuauhtémoc, Loreto, Luis Moya, Ojocaliente, Genaro Codina y Villanueva, donde actualmente reúne a una mínima de maestros de la SEDUZAC para que “operen” su proyecto.

La sorpresa viene en el Distrito III federal, con cabecera en la capital. Ahí la lista indica el nombre de Gabriela Evangelina Pinedo Morales, pese a no contar con los votos que construyó Alfredo Femat Bañuelos para ganar dos veces la circunscripción, y pese a que la relación del actual diputado con David Monreal se enfrió porque simple y sencillamente no se cumplieron compromisos.

En el Distrito I federal existiría la posibilidad de reelección para Bennelly Jocabeth Hernández Ruedas, aunque no es algo seguro. Mientras que en el Distrito IV, y como comentamos aquí en una entrega anterior, las estructuras de Julio César Chávez Padilla comienzan a retornar a su dueño original: Roberto Luévano Ruiz, hecho que fue confirmado por el núcleo cercano de Padilla.

Otros de los contendientes que se apuntan oficialmente son: Ruth Calderón Babún en el Distrito local 1, Santos Antonio González Huerta para el Distrito 2 local, Martín Álvarez Casio al Distrito local V o VI, Maribel Galván Jiménez a la presidencia municipal de Fresnillo, Saúl Monreal Ávila a la coordinación de bancada de Morena, Jorge Miranda Castro por la reelección en la capital.

En el PRI igual se frotan las manos cuando miran toda esa repartición. Por eso Omar Téllez Aguayo ya solicitó al equipo de David el distrito que actualmente ocupa Herminio Briones Oliva, mientras que este le pediría el federal de Guadalupe, para juntos dejar a Gustavo Uribe Góngora como encargado de la presidencia municipal de Pinos. Todos con la casaca guinda. Demuestran así que la campaña de Roberto Luévano contra el PRI no es otra cosa que simulación.

Estos son los primeros nombres de una cuenta de aspirantes prácticamente palomeada. En otras entregas adelantaremos a los prospectos faltantes. El Plan B está en marcha.


#Casualidades: En sigilo, y con prudencia de sobra, José Saldívar Alcalde ha iniciado una auditoría especial a la administración de su antecesor. Tiene la vista puesta en la tesorera María de Lourdes Martínez Pérez, y al grupo compacto que giraba alrededor del exedil.

Entiende muy bien que, una cosa es asumir compromisos, y otra muy distinta asumir responsabilidades ajenas. Entonces ¿sabía o no “Chepe” Saldívar que las cosas andaban (muy) mal en Guadalupe, pero la impunidad con la que operaba el hoy prófugo de justicia era un aliciente para guardar la basura debajo del tapete?

Esta otra historia también continuará…

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