¿Qué hacía un militante del PRI, y auxiliar jurídico en la Oficialía de Partes de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, metido en un movimiento laboral y administrativo de más de 600 trabajadores y trabajadoras de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas en pleno horario de actividades burocráticas en el gobierno estatal?

Lo mismo que la impunidad le ha permitido, hasta el momento, a Alejandro Rivera Nieto. Un viejo aspirante a la dirigencia del SUTSEMOP que, no habiendo asimilado la derrota, intentó construir un sindicato alterno para apuntalar un servicio particular de asesorías jurídicas en la rama laboral, de donde obtiene buena parte de sus ingresos personales.

De acuerdo con la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), paradójicamente, Rivera Nieto ocupa una plaza dependiente de la Secretaría General de Gobierno, ahora en manos de Rodrigo Reyes Mugüerza. En esta, sus ingresos mensuales se acercan a los 17 mil 326 pesos, difícilmente justificados frente a la abudante evidencia del abandono de sus labores por atender otros asuntos.

No se conoce ningún oficio que compruebe el manejo arbitrario de su puesto de trabajo, que puede dejar en cualquier momento con tal de atender su lema de “ninguna lucha más aislada” (sic). Empero, las administraciones han tolerado este privilegio de un oportunista -por intereses personalísimos- de las causas sociales.

En los mismos registros de transparencia se asienta que, a la fecha, la militancia tricolor de Alejandro se encuentra intacta pues no ha renunciado a ella. Este elemento por supuesto permite suponer un juego político detrás de las “movilizaciones” que utiliza el del Sindicato Independiente para usufructuar con las demandas que “asesora”.

Así participó activamente en la campaña del hoy titular de la nueva gobernanza, David Monreal Ávila, cuando ondeó la bandera del “D21 Trabajadores Zacatecas”, al igual que en la del prófugo de la justicia Julio César Chávez Padilla (a quien había confrontado por el negocio de TRASH) para la reelección al municipio de Guadalupe, como lo dijo abiertamente en un video difundido en su perfil de Facebook, el 16 de abril del 2021.

Al no encontrar canales de comunicación en el equipo que diseñó el gabinete de la nueva gobernanza, y sin ofertas de integración o de reconocimiento legal al SITTEZ, así como la diputación que abiertamente solicitaba, en el mes de septiembre de ese año cuando David Monreal apenas se alojaba en Palacio de Gobierno, Rivera Nieto abandonó el apoyo al candidato ganador para volcarse nuevamente en su contra.

A partir de ese momento, Alejandro Rivera rompió lanzas con cualquier partido u oferta política a la que se acercaba en cada elección. Sin embargo, y por la información pública de transparencia, se sabe que -ventajosamente- no ha renunciado a la militancia tricolor que mantiene desde julio del 2011 (un año después del triunfo de Miguel Alejandro Alonso Reyes).

Ese es el preámbulo, más allá de las diversas denuncias interpuestas en su contra el día de ayer por Francisco José Murillo Ruiseco, de un agente de polarización que utiliza las demandas laborales de la burocracia zacatecana con tal de mantener sus ingresos por asesorías legales. Un lastre para las y los trabajadores inconformes de la Fiscalía que debieron sacudirse desde hace tiempo.

No sabemos hasta dónde alcancen las acusaciones que presentó personalmente el fiscal del estado en contra de Rivera Nieto y de José Francisco Martínez Gutiérrez. Lo que sí se puede apreciar con claridad es que ninguno de estos dos firmaron los amparos con los que Irma Alvarado Nava, Pavel Ernesto Torres García y otros, obtuvieron la protección federal en el ámbito de la libre manifestación.

Visto desde esta perspectiva, el movimiento de tablero de la Fiscalía es un último llamado a las y los manifestantes para que se reorganicen y vuelvan a priorizar las causas que enarbolan. Ya se abrió un invaluable espacio de oportunidad para que se sacudan de sus espaldas a ciertos “dirigentes” anquilosados que pretendían utilizar su lucha en beneficio particular.

Tal cual lo explican nítidamente en el amparo, el conflicto administrativo laboral nació desde 2018 cuando la Procuraduría del Estado mudó a la figura de Fiscalía. Y como se dijo en este espacio el pasado 15 de agosto: fue Murillo Ruiseco quien confirmó, durante una comparecencia en el pleno legislativo, que ese cambio había generado rezago en las distintas prestaciones laborales.

De ninguna manera se puede minimizar las condiciones en las que se encuentran los ministerios públicos y fiscalías. El problema radicó en que el movimiento detonó hacia la polarización en sus extremos, que no dejó ningún beneficio tangible en la ruta de la negociación. En cambio sí le regalaron cámaras y micrófonos a un agente externo de la lucha, como Alejandro Rivera.

Es cierto que las y los manifestantes cuentan con el apoyo de la sociedad, pero debe entenderse que ese mismo apoyo es el que van a capitalizar todos los movimientos contrarios a la nueva gobernanza, por el pésimo desempeño del candidato que votaron, David Monreal Ávila. No es un mérito del movimiento, es el clima político generalizado que se vive en Zacatecas.

Por ende, este es un buen momento para que las y los paristas de la Fiscalía reordenen prioridades y busquen el camino que permita transitar hacia el objetivo de manera paulatina. De no aprovechar este momento, cargarán con los negativos que los mercenarios de la “lucha sindical” les inyectaron durante el último mes, y ahí sólo habrá pérdidas para todos los bandos en conflicto.


#Casualidades: Este lunes 28 de agosto concluyó el plazo de “promoción interna” que desató la pre pre campaña de “corcholatas” a la sucesión de Palacio Nacional. Las encuestas, como se aprecian desde hace meses, se mantuvieron sin cambios coyunturales.

El grueso de mediciones dan la ventaja a la gobernadora con licencia, Claudia Sheinbaum Pardo, seguida del excanciller, Marcelo Ebrard Casaubón. No por un margen de contienda interna, sino con números que dejan menos dudas de quién encabezará la candidatura presidencial.

Así concluyó en la plancha del Monumento a la Revolución, el ideario de “proceso interno” que intentó privilegiar la idea de “unidad”, que será sometida a prueba a partir del 6 de septiembre cuando Morena de a conocer los resultados de su encuesta definitiva.

Ricardo Monreal Ávila no se encuentra en su mejor momento dentro de las mediciones, sin embargo se disciplinó y colaboró en este inédito ejercicio, como se lo pidió Andrés Manuel López Obrador, lo cual le valdría ciertos réditos políticos. Su cierre en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, dejó otros mensajes.

Tienen que ver con las estructuras formadas en el partido Fuerza Por México, con registros locales únicamente. Por eso se hizo acompañar de Eldaa Catalina Monreal Pérez, quien se encargó, a solicitud del senador con licencia, de la operación y movilización de simpatizantes.

El escenario va perfilando la candidatura de “Caty” Monreal a la alcaldía Cuauhtémoc, que ya gobernó el exmandatario zacatecano. Y en próximos días habrán de presentar a su equipo de trabajo rosa en Zacatecas, con lo que llaman “el verdadero monrealismo”.

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