La nueva gobernanza tenía conocimiento del uso de artefactos explosivos entre las distintas células del crimen organizado que operan en Zacatecas, desde el pasado 18 de febrero del 2022, cuando las corporaciones de seguridad realizaron un operativo en la colonia Valle Verde de la capital del estado.

Ahí localizaron el cuerpo de Valeria Landeros Calderón, la joven proveniente del municipio de Nieves que fue secuestrada junto con cinco de sus compañeros días antes, el 12 de febrero de ese mismo año, al encontrarse dentro de la zona de tolerancia del municipio capitalino.

Junto con el cadáver de un hombre de identidad desconocida, y reportes de que ambos cuerpos fueron cercenados en sus extremidades, las autoridades omitieron el hallazgo más importante que habían tenido a meses del inicio el sexenio de David Monreal Ávila, y semanas del “regalo” en Plaza de Armas, el 6 de enero del 2022.

Los artefactos explosivos decomisados aquella vez por la Fiscalía de Francisco José Murillo Ruiseco (como supimos unos cuantos medios de comunicación), daban una idea del poder de fuego de los cárteles y las estrategias para detonarlo en contra de funcionarios de la actual administración. Esos avisos llegaron con más de dos años de anticipación.

No obstante, posterior a los resultados electorales del pasado 2 de junio, aquel grupo delictivo al que el presidente de la Cuarta Transformación acusó de aterrorizar Zacatecas en una de sus “mañaneras”, reactivó los ultimátum a la nueva gobernanza. En el “gobierno” tenían conocimiento de ello desde hace semanas.

No fue casualidad el despliegue operativo durante el desfile del 16 de septiembre en la principal vialidad del Centro Histórico, donde anteriormente las bandas delincuenciales se habían desplazado en plena libertad. Tampoco lo fue un “Grito de Independencia” abarrotado de puestos y asistentes acarreados del SEDIF.

Y el único evento al que se presentó David Monreal Ávila en la edición 2024 de la FENAZA, fue a la corrida de toros del 8 de septiembre, la que también inundaron de funcionarios del gobierno estatal. No asistió a la coronación de la reina de la feria, ni se le vio en ninguno de los conciertos que le organizó Le Roy Barragán Ocampo.

Recordemos que, horas antes, en el Palacio de Convenciones, nadie esperaba el inmenso operativo de seguridad que dejó fuera a legisladores, directores e incluso subsecretarios, con el pretexto de que había agentes que tenían interés en desestabilizar su tercer informe de gobierno, deslucido y manchado por la paranoia de las corporaciones de seguridad.

Todo apuntaba a que David “evitaba” las rechiflas del público (las cuales le tienen sin cuidado), cuando en realidad se preparaba para lo que sucedió la madrugada de este lunes, después de un concierto sobrevendido en reventa, pues los rumores alejaron a ciertos sectores oficiales.

Las primeras en saberlo fueron las policías que normalmente custodian eventos como la FENAZA, el Teatro de Calle, y la Feria de Fresnillo. El camión de la Estatal que sufrió más daños es el que precisamente se utiliza para trasladar a las policías mujeres a dichos eventos.

Al interior de la Secretaría de Seguridad Pública nunca se habló de explosiones por acumulación de gas, sino hasta este lunes con la “versión oficial”. La versión interna, así como en el hospital San Agustín y la clínica del ISSSTE, es que se contabilizaba más de una veintena de heridos por esquirlas de un artefacto explosivo (granada).

Las “narco-mantas” en las que se adjudicaban el atentado desde el Cártel Jalisco Nueva Generación, únicamente confirmaron lo que Arturo Medina Mayoral tenía de información incluso antes de crear las FRIZ (Fuerza de Reacción Inmediata) con las que persiguió incisivamente a ese grupo delictivo, como se explicó en este espacio el 6 de marzo.

Están también las versiones de las y los asistentes al concierto de este 22 de septiembre que señalan el alto nivel de decibeles en la detonación que obligó a detener el concierto por unos minutos. El olor a pólvora, el calor de la explosión, el desalojo de personas cercanas a esa área, y el hecho de que nadie detectó cualquier fuga de gas.

Mientras sucedían las detonaciones (de las cuales se esperaban tres), las “narco-mantas” eran colgadas (casi al mismo tiempo) en zonas visibles de los municipios de Zacatecas y Guadalupe. Un elemento que derrumbaba cualquier narrativa oficial que pretendiera negar los hechos conocidos por miles de personas este domingo.

Luego vino la puesta en escena de un supuesto tanque de gas en un local de comida, y posterior a ello el silencio estruendoso en la nueva gobernanza donde ahora pretenden entretenernos con los cambios al interior del gabinete que fueron designados desde antes del 15 de septiembre.

David está por repetir la crisis política que le estalló la madrugada del 6 de enero del 2022. Aquella en la que su “asesor de medios”, Gerardo Flores López, tuvo la “inteligencia” de grabar a su jefe en un video en vivo, en el que cantinfleó durante más de 20 minutos, tan sólo para dar otro video mensaje más tarde con el rostro plenamente desencajado cuando entendió la magnitud de los hechos.

Y las horas pasan… mientras siguen jugando al nuevo gabinete.


#Casualidades: Ahora se entiende más nítidamente por qué David envió a Oscar Alberto Aparicio Avendaño a la toma de protesta de Javier Torres Rodríguez en Fresnillo.

¿Lo mismo por lo que Verónica Díaz Robles se aparece cada vez menos por Zacatecas?

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