No parece “nombramiento”. Tampoco“ratificación”. Al corte de esta columna, en las redes sociales del Gobierno de México no existe ningún boletín o comunicación oficial que presuma la decisión de mantener a Adilene Rosales Romero, y a otros tantos funcionarios, al frente de las delegaciones de Bienestar de los estados.
Ni siquiera las redes sociales de David Monreal Ávila han hecho una sola mención al respecto de lo que Verónica del Carmen Díaz Robles y Lyndiana Bugarín Cortés difundieron como la “ratificación” de quien ‘suplía’ a la senadora guinda. El recibimiento es muy parco y sin mayor trascendencia política en el espectro nacional.
Más allá de una publicación en Facebook del Coordinador General de Programas para el Bienestar, Carlos Rosas Torres, en el que se presentan fotos de la reunión que sostuvieron este jueves las y los responsables de la política social, el núcleo de la información se centra en consolidar y crear nuevos esquemas asistencialistas.
Vaya, ni siquiera en la cuenta oficial de Ariadna Montiel Reyes, secretaria del Bienestar “ratificada” por Sheinbaum Pardo, se dieron la oportunidad de compartir las fotografías de la mesa en la que estuvo Adilene. Nada que permita protocolizar las “modificaciones” o relanzar la política social en este sexenio, lo que dificultó que distintos medios pudieran confirmar la información.
Tanto hermetismo no favorece a quienes quieren hacer pasar una “ratificación” como el banderazo de salida que esperaba La Secta para empujar la candidatura de Verónica Díaz como candidata de Morena en la elección del 2027 en Zacatecas. Esa premisa tampoco fluyó en los pasillos de la nueva gobernanza.
Ahí lo primero que se escuchó es una fecha: 31 de diciembre del 2024. Este sería el plazo para el que -según explican al interior- le fue otorgado el cargo hasta el momento a Adilene Rosales, lo mismo que a la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel. Y no es que en La Secta abunden creadores de narrativa que les ayuden a fijar un mensaje distinto.
Un mensaje que refleje lo que se empeñan en llenar con rumores y percepciones, más allá de contenidos que formalicen su objetivo. Por ello, lo único cierto es que en la nueva gobernanza hay un divorcio. Y el simple hecho de que David Monreal no echara las campanas al vuelo por la “ratificación” de Adilene, dice mucho del momento.
La Secta sufrió otra baja importante en el gabinete esta misma semana. Como ya se sabía, Sergio Casas Valadez esperaba recibir la rectoría de la UTEZ, tal cual se la prometió David y no le cumplió. Hoy, el exsecretario se encuentra en el limbo (y sin interés de reincorporarse), junto con Jorge Miranda Castro.
En el caso del exedil de Zacatecas, por ambicionar la Secretaría de Finanzas (en una nueva traición a Ricardo Olivares Sánchez), creyó que sus créditos eran suficientes para lograr la propuesta que le presentó a David Monreal. Empero, en la nueva gobernanza le explicaron que la vacante disponible era la de Economía.
Mediante sus altavoces mandó mensajes para vender la percepción de que su integración al gabinete de la nueva gobernanza era inminente, y casi casi que le urgía al gobierno que llegara a rescatarlos. Un “héroe” de ocasión que despotricó contra el propio David, el lunes 3 de junio, cuando le confirmaron su derrota en la capital.
Con soberbia de sobra, Jorge le explicó a sus interlocutores que el despacho de Economía le parecía muy pequeño para sus decenas de años en el servicio público, todos envueltos en indudables mecanismos de enriquecimiento ilícito, denuncias por acoso sexual, nepotismo, y decisiones a control remoto desde Guadalajara.
Hoy Jorge comparte suerte con Sergio Casas, y seguirán esperando sentados si no es que Adilene la vuelve a abrir la puerta al otrora subdelegado de programas sociales para rescatarlo del naufragio. De haber hecho eso antes al menos le hubieran dado sentido al parco “empoderamiento” que hoy quieren vender como “ratificación”.
No, a Sergio le notificaron el lunes, mientras asistía a distintas actividades en su agenda todavía como secretario de Desarrollo Social. Aunque sabía que su relevo por el de Bennelly Hernández Ruedas llegaría en cualquier momento, las redes de COEPLA lo retrataron con el rostro descompuesto desde muy temprano ese día, cuando participó en la Guía para la Elaboración de los Planes Municipales de Desarrollo.
Por la noche, David entregó la estafeta a la excandidata guinda a la presidencia de Fresnillo (como le exigió Ricardo Monreal), con lo que consumó otra derrota para los del Bienestar, quienes ahora tienen que convencer -a como dé lugar- que con la “ratificación” de Adilene van a lograr lo que no pudieron en seis años: posicionarse en las encuestas de cara al 2027.
Por cierto, mientras todo aquello ocurría, el secretario General de Gobierno al que los rumores habían echado del gabinete hace una semana, se presentó a comparecer en una glosa con un formato bastante acartonado (y sin novedades), que teóricamente la oposición buscará modificar en la JUCOPO este viernes.
#Casualidades: Acostumbrado a querer meter a la cárcel a todo aquél que vea de mayor altura (fisonómica y cognitiva), Ángel Manuel Muñoz Muro ahora cargó contra el Secretario de Acuerdos del Tribunal de Justicia Laboral Burocrática de Zacatecas.
Glafiro Esparza Rodarte fue denunciado por el diminuto coordinador jurídico (que publicó la Ley Reglamentaria de la Revocación de Mandato hasta el último minuto), porque no le ayudaba a David Monreal con “sus sentencias”. Y nuevamente asistió a la Fiscalía a montar otro gran ridículo.
Que porque un secretario en funciones de magistrado no puede votar para integrar pleno, cuando la ley orgánica del TLJBZ lo permite. Que Glafiro Esparza no puede presentar proyectos de sentencia, que nunca ha presentado.
Ángel Muñoz quiere, a como dé lugar, el control de los miles de laudos que las y los trabajadores de gobierno del estado han ganado en cascada, pues como asesor legal nunca logró convencer a David que esa estrategia era un absoluto sinsentido.
Quiso también “enderezar” el camino del pleno en ese órgano jurídico cuando intentó nombrar, a su forma marrullera, a Norma Esparza Castro en una vacante como magistrada. Un juez federal resolvió entonces que el oficio que le había dado a firmar a su patrón incluso lo podría haber metido en un desafuero y posterior juicio político.
Ahora Muñoz Muro, en acuerdo con el magistrado Juan Carlos Flores Solís, pretenden convertir en un verdadero cuello de botella la ejecución de laudos, para que los pague la siguiente administración. No importa que en los amparos vuelvan a ordenarle a la Secretaría de Finanzas que les enderece el barco, otra vez.