Más vale que la infraestructura hospitalaria regional en Zacatecas esté lista para enfrentar la Fase 2 de la contingencia sanitaria por la dispersión del COVID-19 de forma comunitaria. La reunión masiva de beneficiarios de programas sociales en Río Grande no fue ni será la única en producir hacinamientos en espacios cerrados.
Al inicio de semana, la instrucción a los delegados regionales en Zacatecas, Guadalupe, Fresnillo, Jalpa, Río Grande y Jerez, desde la cómoda y aislada oficina de Verónica del Carmen Díaz Robles, consistió en movilizar a los enlaces municipales para congregar a sus padrones de beneficiarios, con la finalidad de que escucharan un par de exhortos del presidente de la república. Así sucedió en las seis regiones.
El contexto: la curva de infecciones a nivel nacional evolucionará de forma intensiva en los próximos días. Su incremento será tal que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, en menos de 24 horas modificó el tono de la crisis sanitaria en México. “No hay duda de que México entrará en la Fase 3 de emergencia” sentenció este jueves.
Seguido del llamado a reforzar la Jornada Nacional de Sana Distancia, y de cumplir con el confinamiento presente (el cual será obligatorio al entrar en la tercera etapa de infecciones donde se esperan alrededor de 1.2 millones de casos), desde el púlpito presidencial la expectativa es poder administrar el flujo de pacientes antes de que colapsen los sistemas de salud.
Un poco tarde si no descartamos la posibilidad de que la instrucción a los 32 delegados para aglutinar a beneficiarios (sin procurar ningún filtro sanitario), bajó a sus coordinadores regionales y luego a sus enlaces municipales en todos los estados del país. Así, la Cuarta Transformación contradice la naturaleza no electoral de sus programas -con todo y reforma constitucional-, cuando buena parte de los beneficiarios asisten de manera presencial a escuchar mensajes políticos.
¿Qué tienen que decir al respecto los legisladores de Morena, como Omar Carrera Pérez, que ha insistido en mantener el periodo legislativo abierto, a contrasentido de las decisiones tomadas en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República? ¿Cabe la prudencia en cuestionar los métodos de las delegaciones, o sus posicionamientos no pasan de ser meros distractores?
¿Por qué el Sistema Zacatecano de Radio y Televisión en esta ocasión no ha abierto el micrófono a la delegada Verónica Díaz para que intente explicar la logística federal contraria a las medidas sanitarias establecidas oficialmente en Zacatecas desde el pasado sábado 21 de marzo? ¿La comunicación sigue en sentido publicitario para cuidar la imagen de la funcionaria?
De forma individual, como responsable de los programas sociales en el estado, Díaz Robles prefirió resguardarse una vez conocida la pifia de los servidores de la nación en el evento regional de Río Grande, al que convocó Jaime Manuel Esquivel Hurtado. Ahí se congregaron beneficiarios de Miguel Auza, Sombrerete, Juan Aldama, Nieves, Cañitas de Felipe Pescador, del municipio sede, entre otros.
Ya dentro del salón ejidal, el hacinamiento fue el menor de los problemas. Algunos jóvenes con cubrebocas, sentados unos junto de otros (en contraposición a la Jornada Nacional de Sana Distancia), escucharon dos mensajes en el mayor de los absurdos. En primera instancia se les capacitó en el lavado de manos, el estornudo de etiqueta y la prevención de no saludar de mano.
Posteriormente, se les explicó que a partir de la siguiente semana se reunirían en grupos de hasta cien personas, municipio por municipio, para recibir, de forma física, el adelanto de becas y apoyos que propuso Andrés Manuel López Obrador como paliativo a las consecuencias económicas que vendrán con las medidas de aislamiento en cuarentena.
Es decir, estas no fueron las primeras reuniones donde se concentrarán más de un centenar de beneficiarios, sino que apenas sirvió para marcar la ruta en los próximos días en los que los servidores de la nación se mantendrán en activo -amenazados de perder el empleo constantemente-, a continuar las visitas en campo. Un foco de propagación comunitaria a punto de detonar.
Con un poco de sentido común, Marco Antonio Reza del Toro, hasta hace unos días enlace federal con el municipio de Juan Aldama, mostró resistencia a la indicación del coordinador Jaime Manuel Esquivel Hurtado. El “Profe Reza” como se le conoce comúnmente, apeló a su condición de persona mayor de edad y población vulnerable a desarrollar síntomas de gravedad en caso de infección por coronavirus.
La negativa le costó el puesto, tal como se lucra en la Delegación de Bienestar de Zacatecas para alcanzar “lealtad” entre sus filas. Reza del Toro es la primera víctima de la ineptitud de funcionarios federales comandados por Verónica Díaz, y a él se le responsabilizó por “filtrar” (palabra favorita de la delegada) las imágenes de la reunión de beneficiarios en Río Grande, y que difundió más tarde Julio César Ramírez “El Campe“.
Otro virus que se ha propagado de forma efectiva entre quienes rodean a la delegada, es el de la prepotencia. Esquivel Hurtado, sin notificar directamente a Marco Antonio Reza, hizo saberle, con particular altanería, que por instrucciones de la delegada quedaba fuera de la Cuarta Transformación y del movimiento político que empuja anticipadamente a David Monreal Ávila a una supuesta candidatura.
No obstante, gracias al otrora enlace federal, las autoridades estatales y municipales fueron advertidas a tiempo. Su tarea será la de disuadir las próximas reuniones que vayan a contrasentido de una emergencia sanitaria en proceso de convertirse en epidemia. Avisados están.
#Casualidades: Queda la convocatoria en firme para la renovación de dirigencias estatales y nacional en Morena. Su recalendarización, en medio de la contingencia sanitaria, sería prácticamente un hecho. Las y los aspirantes deberán estar afiliados al padrón de Protagonistas del Cambio Verdadero, con corte al 18 de octubre de 2019.
Los registros se realizarán del 8 al 10 de abril, y el tope de gastos por aspirante, a nivel estatal, será de apenas 20 mil pesos, o 30 mil por fórmula. Los nacionales realizarán tres debates, mientras que los estatales deberán de confiar únicamente en su popularidad. Y sí, serán las encuestas (de Palacio Nacional) las que definan nuevamente a las y los presidentes de partido.