“Un tema tan sensible no puede politizarse ni se debe sacar raja política, mucho menos tomarlo como bandera de un partido para atacar a otro”. Con estas palabras, Geovanna Bañuelos de la Torre se disculpó por el exabrupto en el pleno del Senado de la República, cuando solicitó a la Mesa Directiva impedir el acceso al recinto legislativo a padres de niños con cáncer.
Esa misma tarde del 14 de noviembre, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados presentó su opinión técnica sobre el proyecto de presupuesto de egresos de la federación con el que el presidente Andrés Manuel López Obrador proyectaba una reducción en 4 mil 766 millones de pesos dentro del rubro de salubridad. Un golpe que afectaría a cinco hospitales de alta especialidad y los apoyos para menores de edad con enfermedades graves.
La propuesta oficial era mantener la cobertura de salud para 5.8 millones de niños y afiliar 200 mil más en este 2020, pero las y los diputados informaron que se tenía “… programado gastar $1 mil 984 millones 403 mil 598 pesos en el proyecto del Ejecutivo Federal, cifra totalmente insuficiente, sobre todo si consideramos que su propósito es la atención a la infancia, los más vulnerables.”
Mientras la coordinadora del Grupo Parlamentario del PT en el Senado celebraba la bienvenida a México del expresidente boliviano en asilo, Evo Morales Ayma, en San Lázaro comenzaba una batalla silenciosa por el presupuesto de salud. La oriunda de Monte Escobedo no participó en el debate sobre el recorte de recursos, que más adelante subsanarían las presiones en la Cámara Baja.
Hoy, en medio de la crisis sanitaria en México y Zacatecas, la senadora que antes mostró una faceta de conciliación, regresa a “politizar” y a “sacar raja política” del momento. Eso que antes le solicitó al PAN que no hiciera con las familias de niños con cáncer, lo vierte en una justa lucha salarial del personal médico y de enfermería en los nosocomios del estado, sin haber peleado con el mismo interés el presupuesto local en salud.
Pero, sirvan a Geovanna Bañuelos dos encuestas para entender el momento país en que vive. Las mediciones más recientes de Enkoll y Parametría son muy puntuales al respecto, y es que el pulso social late principalmente en dos grandes temas: economía/desempleo (50-56), y el miedo a contraer la enfermedad del COVID-19 (35-37).
En un muy lejano tercer lugar aparece la inseguridad, entre 5 y 6 puntos porcentuales de apreciación pública. No digamos la corrupción, que ni siquiera es materia de sondeo en los muestreos más recientes para conocer las emociones colectivas. Y si lo fuera, es muy probable que tuviera menos suerte que el tópico referente a inseguridad como una amenaza inmediata.
Ahora bien, si la senadora hace un balance de las manifestaciones del personal de salud en el estado, ¿por qué no procura la autocrítica para el Gobierno de México que busca recortar en un 25% los salarios de la administración pública federal, entre ellos los de la plantilla de salubridad? Del tema ya se han desmarcado Ricardo Monreal Ávila y Porfirio Muñoz Ledo.
Ese doble rasero abre un nicho de oportunismo, lo mismo que politiza aquello que, según la legisladora, no debiera politizarse. Pero algo sucede entre el monrealismo que no encuentran la forma de cruzar la pandemia sin envolverse en un protagonismo que más bien muestra las incongruencias de su discurso.
Lo hicieron Omar Carrera Pérez, Héctor Adrián Menchaca Medrano y María Soledad Luévano Cantú hace algunos días, sobre las declaraciones del secretario de Economía, Carlos Fernando Bárcenas Pous. Rasgaron sus ropas antes que procurar el debate de fondo (pocos apoyos de la federación a Zacatecas), al tiempo que podían condenar las formas irresponsables del funcionario.
Agenda Política registró el pasado miércoles que ninguno de los municipios del estado fue contemplado en el Programa de Mejoramiento Urbano 2020, como tampoco lo hizo SEDATU en 2019 según las cifras del consolidado en estos dos años. Esa política además de inyectar recursos en infraestructura social promovería la creación temporal de empleos.
A través de Facebook, Carrera Pérez fue el único en pronunciarse: “Es muy injusto [de parte de la federación]. Un trato desigual. Aquí existen necesidades apremiantes y urgentes también. Y por supuesto que hago el llamado a que exista correspondencia”. Su supuesto llamado no llegó a la sesión de este jueves en la LXIII Legislatura.
El fresnillense estaba más ocupado en confundir el inicio del proceso electoral 2021 (en los meses de septiembre previos al año de la elección), con el día exacto de los comicios, en junio. Con ese error a cuestas, después señaló de “hacerle al vivo” y de “politiquerías”, a una propuesta que lo único que pretende es aplazar el inicio del proceso electoral al mes de noviembre.
Al menos 6 entidades de la república inician sus procesos en los meses de octubre, 3 en noviembre y 2 en diciembre. Más recientemente el Estado de México aprobó su prórroga hasta enero, con los votos de la bancada de Morena. Y con el calendario 2020 hecho trizas por la pandemia del coronavirus, tendremos suerte de llegar a esos meses en condiciones de normalidad.
De no caer tan rápido en la necesidad de dar un tema de qué hablar, constantemente, Omar pudiera entender como ahorro al presupuesto local el llevar las actividades de la organización electoral unos meses más tarde. No obstante, la necesidad de construir percepciones es una loza pesada en el monrealismo, aún y cuando estas vayan en contra de sus propios cuadros.
#Casualidades: Para que nos demos una idea de la magnitud del problema, en el cuarto trimestre del 2019 la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de INEGI, registró en Zacatecas a un total de 685 mil 491 personas pertenecientes a la población económicamente activa.
De ese total, el 63% se encuentra en la informalidad, mientras que el 37% tiene registro fiscal vigente y paga impuestos. Para los formales el Gobierno de México sólo otorgará mil 80 créditos solidarios en el IMSS, mientras que a la informalidad le dará 7 mil 900 créditos de bienestar (o préstamos), que hasta el día de ayer sólo 5 mil 650 habían sido aceptados.
Sí, su base electoral dista mucho de ser lo que pretenden que sea, y sus medidas de mitigación económica son una suerte de burla.
Twitter: @GabrielConV