El municipio capitalino se ha convertido en un reino que sostiene su corona con alfileres. Frágil ante cualquier vaivén, el motor del gobierno camina en la vía del condicionamiento. No hay otra forma de explicar la laxitud con la que la regidora Nancy Flores Sánchez promovió una convocatoria que puso en jaque la salud pública a cambio de unas cuantas despensas.

Tampoco es el primer episodio que ofrece la pequeña monarquía de Ulises Mejía Haro. El pasado mes de diciembre, a contracorriente de las políticas de género difundidas por el Instituto Municipal de las Mujeres, el cantante Marco Flores Sánchez, hermano de aquella regidora, fue premiado como “compositor orgullosamente zacatecano” con todo y canciones sexistas.

En ese entonces, la directora del INMUZAI, Ana Emilia Pesci Martínez, aquilató las convicciones de funcionaria por encima de su criterio como feminista. Había que mostrar congruencia con la monarquía municipal (y con el presupuesto), no con el movimiento de mujeres en Zacatecas, pues los votos de Nancy Flores en el cabildo pesan más que la ideología.

Más de un funcionario y funcionaria asistieron a la plazuela Miguel Auza por “invitación” (coerción) de la presidencia municipal, para legitimar un evento del que muchos tenían dudas. Así coronaron al cantante de música vernácula, e igual lo vieron desfilar este fin de semana en completa impunidad, arropado por la regidora que -supuestamente- no avisó de la cabalgata.

Esta vez la indignación alcanzó a Emilia Pesci y decidió superar la auto-censura. Públicamente afirmó que la entrega de apoyos “pudo haberse hecho sin comprometer la salud de nadie”, como plasmó en uno de sus textos en Facebook. Para Alberto Alonso Leyva Barragán, titular del área de Permisos y Licencias, el descontento también fue manifiesto.

Que Marco Flores sea juzgado. Me sumo a esa moción. La ley no se negocia” afirmó el joven comprometido con el proyecto institucional. Sus criterios contrastan con el “noble propósito” que vio Mejía Haro en un acto evidentemente proselitista, donde la disciplina se relajó por completo para dar gusto al cantante. Algo completamente normal, según su hermana funcionaria.

La monarquía al servicio de un cantante.

No hubo sanción para la regidora por haber omitido un aviso al presidente municipal, a la dirección de seguridad pública, a la Secretaría de Salud de Zacatecas, y a la dirección municipal de Protección Civil, de la concentración pública que realizaría en las inmediaciones de su feudo zacatecano. Un video de disculpa fue suficiente para mantener el débil balance de la corona.

Que al cabo su “noble propósito” ya había sido perdonado por el pequeño monarca. No había otra opción, los votos son más importantes que el interés público, y así quedó demostrado al no proceder contra la regidora. Una laxitud que también compartió el gobierno estatal sin amonestación al cantante y sin un pronunciamiento firme.

Pero no es culpa del guardián del feudo, sino de quien le otorgó la deslucida corona con joyas de fantasía. No importa qué tantos grados de separación existan hoy entre Ulises Mejía y David Monreal Ávila, el Coordinador de Ganadería puso en esa candidatura al hijo de Antonio Mejía Haro por las súplicas del experredista.

Un claro ejemplo de lo que ofrece el fresnillense con tal de aferrarse a “gobernar”. Empujan la candidatura de Ulises con “menos negativos” y le cierran la puerta a Cuauhtémoc Calderón Galván. Luego, empoderan a dos familiares de este (Ruth Calderón Babún y Manolo Solís Caldera) en el cabildo para generar contrapesos, mientras reciben de brazos abiertos al restaurantero en el negocio del Crédito Ganadero a la Palabra.

No confían ni en unos ni en otros, pues sólo sirven a propósitos coyunturales. Mientras, el cabildo erosiona su gobierno interno en menos de un año con apoyo del propio David Monreal. El perredismo que intenta recomponerse en el ayuntamiento resulta intrascendente para el propósito y las condiciones que exige la política actual.

Los muchachos de David.

El pequeño monarca se consuela con saturar sus redes sociales de fotonotas, aunque ninguna marque agenda pública ni a nivel municipal. En el desorden administrativo y político toman fuerza los votos de los Flores Sánchez, y se ostentan como lo nuevos dueños del feudo, por encima (y con el permiso) de Ulises.

Mes con mes, David y el que fuera su candidato se disputan las encuestas publicitarias. Sus mediciones se han convertido en la razón de ser y hacer política. Descartan las que no les favorecen y presumen otras donde dicen encabezar las preferencias. Las metodologías de sus sondeos no hacen lógica ni coherencia.

Imaginemos este escenario en 2021. Si la desgracia se aleja de David en los próximos meses (un pronóstico difícil) ¿cuántas “joyas de la corona” llevará a las boletas? Bien valga una breve anécdota como respuesta. Quienes lo han visto no dan crédito a la escena: en su oficina, Carlos Zuñiga Rivera ensaya el “Sí, Protesto” para cuando, dice, tome su curul en la próxima legislatura.

Muy excéntricos que resultaron los muchachos de David.


#Casualidades: Tres millones de pesos para un “Museo de las Momias” en plena pandemia. Porque de las excentricidades vienen los gustos estrambóticos. Nuevamente, el interés social en segundo lugar, tal como ocurrió con Marco Flores.

Ulises Mejía insiste en inyectar ese dinero en una “inversión” cultural fuera de toda lógica y en crisis sanitaria. En cambio, la renovación de la calle Allende (casualmente) parece nunca terminar. Afortunadamente no hubo Festival Cultural este año, de lo contrario bonito rostro daría el peculiar reino a sus visitantes -otra vez-.

Para rematar, el municipio de Zacatecas sigue siendo el primer lugar en infecciones por COVID hasta el momento. Aunque gasten litros de “solución sanitizante” en las calles.

Twitter: @GabrielConV

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