Si algo debemos agradecerle a José Narro Céspedes, hasta que la corta memoria pública lo permita, es que nos ha mostrado su naturaleza política tal como es. Los intereses personalísimos, acotados al espacio reducido de sus propias ganancias. No es un político que acostumbre a construir. Por el contrario, vive de la oportunidad para arrebatarle al otro.

El conflicto en Peñasquito ha dado las mejores imágenes del senador. Posturas encontradas incluso a contracorriente de lo que dictan los datos verificados, la asociación con “líderes” que emplean a sus gremios en obtener rendimientos financieros, inversión social tirada a la basura en proyectos sociales que asesoró y quebró junto con Felipe Pinedo Hernández; todo aderezado por ideas y discursos de la fructífera “lucha social”.

En cinco meses, Narro Céspedes mostró todas sus armas de guerra. No guardó ninguna para lucir después y, como adversario, se ha vuelto completamente predecible. Incluso anuncia sus estratagemas días o semanas antes de operarlas. El segundo bloqueo a la minera ya lo había anticipado desde el mes de julio.

En la Secretaría de Gobernación escucharon la advertencia como una amenaza, por lo que tuvo que desistirse. Gracias a la intervención del Gobierno Federal, el senador vio reducido su margen de maniobra en una amplia porción. Dejó las conferencias de prensa cotidianas, frecuentó menos las comunidades de Mazapil, pero mantuvo la “asesoría” a los inconformes de Cedros.

La asamblea ejidal del pasado 7 de septiembre, que anticipamos en una nota de Agenda Política, declaraba el reinicio de las hostilidades. Ahora con un grupo menos nutrido de ejidatarios seguidores de Rigoberto López Martínez y transportistas vinculados a José Ascensión Carrillo López, Felipe Pinedo Hernández llevó a la máxima tensión el escenario.

José Narro recorre las instalaciones de Peñasquito.

Antes del bloqueo también dimos a conocer en Agenda Política la transferencia bancaria 787640884, por concepto de “préstamo”, que Construcciones Industriales y Transportistas CAVA S.A. de C.V. giró a Rigoberto López, con un total de 300 mil pesos. Eso fue el 4 de septiembre, tres días antes de la asamblea donde se declararían en contra de las mesas de negociación.

En los entretelones, Narro Céspedes, Pinedo Hernández, Carrillo López y López Martínez decidieron presionar hasta las últimas consecuencias a Newmont-GoldCorp, que comenzaba a negociar contratos individuales para ofrecer empleo y rentabilidad de tierras a transportistas y ejidatarios antes manipulados por el Frente Popular de Lucha de Zacatecas (FPLZ).

A menos fuerza en el apalancamiento contra Peñasquito, los líderes visualizaron su próxima rendición con contratos disminuidos por la pérdida de agremiados. En cuanto a los ejidatarios, de exigir 442 millones de dólares la propuesta se redujo a una décima parte para los de Cedros, además de un nuevo proyecto de inversión social pese al terrible antecedente de CEMAZA, otra empresa transportista que Felipe Pinedo quebró en 2014 a los dos meses de constituida con capital de la minera.

El ambiente era propicio para las tensiones desde el levantamiento del primer bloqueo cuando la federación promueve la firma de un acuerdo que no estaba rubricado por el representante legal del ejido de Cedros, Rigoberto López. Ahí, la minera fue contundente, habría mesas de negociación para “revisar” las peticiones, no para resolverlas en su totalidad.

Sin embargo, una de las condiciones para terminar con el primer bloqueo ayudó a transigir a “ChonCarrillo, pues recibiría el pago pendiente por 57 millones de pesos que le adeudaba Peñasquito, y de los que no vieron un sólo centavo sus agremiados. Si las mesas de negociación daban o no resultados, Carrillo López ya había logrado un primer triunfo monetario.

Alejandro Tello responde a la prensa reunida en las inmediaciones de SEGOB.

Alejandro Tello Cristerna llegó tarde al conflicto; hasta el segundo bloqueo. No obstante, ha retomado el papel de gobierno de consensos que dejó pendiente desde marzo, lo cual le valió el reconocimiento de los locales, incluso de la oposición. Y fue así porque los contras tampoco quisieron llenar el vacío de poder que había dejado el gobernador.

La respuesta de Tello Cristerna fue ágil. Regresó a la agenda pública el Alejandro de la campaña, ese que grababa videos en la camioneta rotulada para marcar el tema del día, mientras su contrincante, ausente, se levantaba unas cuatro o cinco horas más tarde. A la fecha David Monreal Ávila sólo ha visitado Mazapil en una ocasión para llevar vaquillas. A Cedros nunca se paró.

En esta segunda ocasión, Alejandro Tello también sacó partido de la falta de respuesta contundente del Gobierno Federal al conflicto en Peñasquito. Quienes tenían como tarea supervisar las mesas de negociación que Narro y Pinedo rompieron, ofrecieron respuesta hasta tres días transcurridos, invitando nuevamente al diálogo. ¿Cuál diálogo? No quedaba claro.

El gobernador logró reactivar tempranamente los acuerdos y asumió el liderazgo por encima de una Secretaría de Gobernación desidiosa, pues tenía como encomienda cuidar los empleos generados por Newmont-GoldCorp, como lo aseguró Andrés Manuel López Obrador en su mañanera del 21 de agosto. Negligente por calificar el segundo bloqueo como una violación constitucional sin hacer efectivas sus consecuencias legales.

Si ese Tello hubiera tomado en sus manos el proyecto Milpillas desde un inicio, de otra forma le amanecería a la anhelada presa. Pero se le atravesó (porque así lo permitió), Víctor Carlos Armas Zagoya. Aún está a tiempo de darle viabilidad.


#Casualidades: Creíamos haber conocido el nivel de cinismo común en el senador José Narro Céspedes, pero sirva esta anécdota para ilustrar con más nitidez la indiferencia que suele alcanzar el político tamaulipeco.

Sucedió ayer en la Ciudad de México, durante el Taller Sobre Gobernanza Migratoria que ofreció la Organización Internacional de las Migraciones, de la ONU. Ahí, el integrante de la Comisión de Migración y Asuntos Fronterizos pronunció un discurso… ¿antimigrante?

Resulta que para el senador las remesas no son ingresos importantes para el Producto Interno Bruto del país. Primero la maquila (embrionaria en Zacatecas), y luego el campo (sobreviviendo a nivel nacional) son nuestras principales fuentes de financiamiento público.

Qué importa que el senador represente a un estado netamente migrante, y que las remesas hayan derramado 33 mil 500 millones de pesos tan solo en 2019 (en cifras oficiales), según Narro Céspedes no hay sentido en gravarlas.

José Narro durante su discurso atípico con representantes de oficinas de migración.

¿Para qué el gravamen? Para aportar recursos a todos los programas federales de protección a migrantes que se encuentra en ceros en el Paquete Económico 2020, sin afectar la recaudación que concentra el presupuesto federal, prácticamente destinado a PEMEX.

No sólo no le interesa gestionar recursos que permitan amortiguar las políticas migratorias federales, montado en cólera por los cuestionamientos que le lanzaban los asistentes Narro Céspedes replicó barbaridades que ya había recetado a los connacionales.

Al menos la organización Zacatecanos del Sur de California no puede ver ni en pintura al representante popular, pues espetó en sus narices que ellos no aportaban tanto dinero como presumen, y que los programas 3×1 tendrían que ser eliminados porque son una herencia del viejo régimen.

A veces, el senador recuerda que también forma parte de la 4T (no aplica para Peñasquito).

Twitter: @GabrielConV
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