Andrés Manuel López Obrador es un político de símbolos. Sus mensajes son sencillos. No le gusta cifrar, esconder, disimular o ser sofisticado. A David Monreal Ávila siempre lo protegió frente a los medios de comunicación del desastre que provocó en el Crédito Ganadero a la Palabra. Sólo él podía reprender a su funcionario al quitarle recursos y luego cancelarle el programa.

Sus preferencias son visibles. En su segunda gira (en este año) por el municipio de Jerez, se dejó acompañar por Marcelo Ebrard Casaubón. El canciller no tuvo un papel preponderante durante el evento. Estuvieron ahí también los ministros de Defensa y Marina, Luis Cresencio Sandoval y Rafael Ojeda Durán. Una señal de estado frente a los cárteles que lo recibieron en Rancho Grande.

Tampoco disimula sus cariños. En la primera lista de presidenciables al 2024 anotó a Claudia Sheinbaum Pardo, Tatiana Clouthier Carrillo, Esteban Moctezuma Barragán, Juan Ramón de la Fuente Ramírez, y al secretario de Relaciones Exteriores que estuvo por Zacatecas este fin de semana. Luego vino un “etcétera, etcétera” donde bien cabría cualquier nombre que uno especule.

El más evidente: Ricardo Monreal Ávila. El coordinador de senadores de Morena formó parte de la comitiva presidencial del pasado 27 de febrero, que compartió destino en Jerez. El fresnillense hizo acto de presencia durante la inauguración de las instalaciones de la Guardia Nacional en ese municipio, antes de que los resultados electorales enfriaran la relación con López Obrador.

Es el juego preferido del presidente: que entre sus equipos compitan hasta que el más fuerte prevalezca. Claro, con marcado favoritismo para unos y otros. Sin embargo, su estrategia es flexible. Algunos adquieren relevancia con el contexto y la correlación de fuerzas. Algunos más pierden la prioridad que les brinda según caigan de su ánimo.

Sin duda, la conformación del presídium en Jerez es una llamada de atención para Ricardo Monreal. Ese presídium que no ha vuelto a compartir Verónica del Carmen Díaz Robles después de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en las instalaciones de la Feria de Fresnillo, donde el apapacho evidente lo recibió Saúl Monreal Ávila.

No por ello debe leerse como un mensaje ominoso, ni marca la exclusión definitiva del monrealismo en Morena. Es cierto que los tiempos no son sencillos para Ricardo, e invariablemente repercutirán en la relación que establezca David con el presidente de la república -razón última para ser favorecido con el voto que piensa que eso traerá más recursos al estado-.

Sin el registro de Fuerza Por México y con una mínima presencia en la Cámara de Diputados, municipios y distritos, a Ricardo Monreal sólo le resta ingresar a la batalla definitiva por el partido guinda. No habrá ganadores ni perdedores en un terreno de lucha que llevará a la desaparición temprana de ese instituto político y su fortaleza electoral.

Morena nace con Andrés Manuel López Obrador y morirá en el ocaso de su administración. No hay otra razón por la cual el votante le otorgue confianza a ese partido, pues una vez que su fundador abandone el ejecutivo federal el vehículo habrá cumplido su ciclo. El último intento por entregar la estafeta a su ungido o ungida, tendrá la participación de las y los nuevos gobernadores guindas.

Luego viene la ruptura para elegir filas detrás de cada aspirante. Serán tres años en que López Obrador mantendrá el control a través de los recursos federales, así como la intervención en las administraciones locales (siempre y cuando no se relacionen con temas de seguridad pública). A David ya le ha restringido los dineros al punto de dejarlo sin su encomienda federal.

Si bien no condena públicamente a sus aliados, en las sombras y los mensajes entrelineados asoma nítidamente su humor. Con Alejandro Tello Cristerna ha mantenido relación institucional después de aquellas giras que se convirtieron en torneos de abucheos. El gabinete le ha dado acompañamiento al zacatecano en temas como Peñasquito, nómina magisterial y seguridad pública.

En “veremos” quedaron los mil millones de pesos para infraestructura carretera estatal, un movimiento que David Monreal tampoco ha propiciado pues está entretenido en lápices, escritorios, computadoras, y visitas al Senado de la República de la mano de su asistente y maestresala Norma Julieta del Río Venegas.

Ahí el monrealismo realizó su propia conmemoración al poeta Ramón López Velarde, después de que fueron excluidos (todos) de la agenda presidencial. Un evento de corte poco pluralista pues únicamente alcanzan categoría de “zacatecanos” quienes participen del proyecto político que se cuece en la Cámara Alta. Y las imágenes dejaron constancia de ello.

¿Qué trato le dará López Obrador a esa expresión que comienza a caminar rumbo al 2024? Hasta el momento el escenario parece acercarse un poco a lo sucedido en 2017 cuando el gran perdedor de la elección de candidatura a gobernador de la Ciudad de México se llamó Ricardo Monreal. El gobierno de David será una dura prueba para el senador, y no se ven señales de control.


#Casualidades: Antes de que el proceso de entrega-recepción se contamine de tensiones internas en el Gobierno del Estado, Alejandro Tello Cristerna presentó los particulares que enmarcan el periodo de transición administrativa.

Encabezarán la Comisión de Entrega el gobernador, las secretarías de la Función Pública, General de Gobierno, de Finanzas, de Administración y la Coordinación General Jurídica. Y tendrán como marco legal la Ley de Disciplina Financiera, la Ley de Archivos y la de Responsabilidades Administrativas.

Gabriela Rodriguez Rodríguez finalmente aclaró que, en la administración saliente, no se otorgarán concesiones, notarías, ni nuevas bases laborales, toda vez que los procesos para ello están cerrados. No hay ni habrá convocatorias para este tipo de otorgamientos.

Y a diferencia del fuerte tufo de corrupción que deja David Monreal en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el mandatario electo se ha dado el lujo de pedir la ampliación del periodo (de 30 a 45 días) para revisar los documentos entregados por Tello Cristerna.

“No se puede tener un tipo de acuerdo extraoficial si el ciudadano no lo denuncia; el tema ha sido más mediático y mucho tiene que ver el aniquilamiento político” explicó Alejandro Tello al respecto de las acusaciones por encubrimiento a otras administraciones.

Y atajó que más allá de declaraciones perniciosas, si hay elementos de denuncia la ciudadanía debe manifestarlo, por aquello de que David Monreal invitó a la plantilla laboral a convertirse en “contralores sociales” con la finalidad de enturbiar la entrega-recepción.

Twitter: @GabrielConV

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