De poco sirven las quejas de ediles priistas como Alan Murillo, si no hay una oferta real de oposición. Él es una de las voces menos autorizadas en el partido para legitimar al partido.
De poco sirven las quejas de ediles priistas como Alan Murillo, si no hay una oferta real de oposición. Él es una de las voces menos autorizadas en el partido para legitimar al partido.