Poco faltó para que, en una mano, David sostuviera un vaso de unicel relleno de café y, en la otra, un pedazo de rosca recién rebanado, durante su prédica matutina en Facebook este jueves. Le han permitido tanto ser él mismo, hasta en su versión más silvestre del pellizco/nalgada (que según él no era pellizco/nalgada), que su mensaje institucional, horas más tarde, no tuvo resonancia.

La credibilidad se le fue de las manos hace tiempo, y no le interesa en lo más mínimo recuperarla ahora que puso de moda eso de que “no hay” dinero para pagar salarios, bonos, compensaciones, jubilaciones, pensiones y aguinaldos; excepto para sus incondicionales. Sin embargo, ayer, a las primeras horas, lo que vimos fue a un David en la epítome de su alejamiento e indolencia.

Es difícil retratar la escena, también, como la epítome de todo un sexenio porque, desgraciadamente, esperamos más capítulos de la misma insensibilidad en formas semejantes o inferiores. Empero, lo acontecido en Plaza de Armas es, en definitiva, una fecha que quedará grabada en los registros históricos de la displicencia política en Zacatecas.

“Realmente yo no tengo ningún problema porque yo no maté a Cinthia” dijo Alejandro Tello Cristerna un 15 de octubre, a la mitad de su quinquenio. La respuesta fue una comunidad universitaria furibunda que comenzaba a tomar el bando de los partidos que hoy gobiernan, y que los tienen en la misma parálisis presupuestal en la que estaban.

Pues bien, no lleva ni seis meses en eso que los davidistas llaman “gobierno”, y David ya aseguró que el fracaso (presente y futuro) de su administración se debe las “herencias malditas” que deberán de resolver alguna de las muchas entidades divinas a las que hay que encomendarse: dios, el Santo Niño de Atocha, el niño gigante de Zóquite, el de las Palomitas en Tacoaleche, la virgen de Patrocinio, etcétera, etcétera.

No, no entrega la responsabilidad al pasado, en un periodo de tiempo de 30 o 40 años en el que incluye a su hermano Ricardo Monreal Ávila. Entrega, de manera muy temprana, la solicitud de dispensa para que se entienda que él no puede construir lo que en medio siglo destruyeron los otros gobiernos en los que él hizo (y cobró muy bien) las veces de “opositor”.

Y así, en cuestión de minutos, a bordo de una camioneta modelo Mazda CX-3, color gris plata, con placas de circulación ZFS-980-C las bandas criminales se llevaron “los buenos resultados” del “plan de apoyo Zacatecas” que trajo Andrés Manuel López Obrador el 25 de noviembre, en un foro que duró más de horas para lanzar cifras sin pies ni cabeza.

Difiero de quienes opinan que el mensaje de los grupos delictivos tiene que ver más con una provocación o una declaración de guerra. Si algo han mostrado los cárteles del narcotráfico en esta larga lucha latente por el monopolio del mercado de estupefacientes, es que conocen muy bien y ejercen de forma eficiente y sofisticada su propio estilo de propaganda.

No como la perorata que lanza David en sus redes sociales en cada video en el que aparece y que reproduce SIZART y otros medios oficiosos, que igual cuenta como propaganda, pero en términos muy elementales y sin imaginación alguna. No, esta es la propaganda del poder a través de la violencia que existe allá afuera. Esa que retrató al fresnillense muy pequeño y sin sentido alguno de lo que ocurre a su alrededor.

Que quede claro: no fue un parte de guerra. Fue la capitulación del “gobierno” (lo que sea que ellos entiendan por eso), en manos de un poder alterno que se toma el tiempo para planear y ejecutar un mensaje que les permita demostrar el nivel de control que sostienen. ¿Y qué hace David? Insistir en que “no se va a mover” del guion federal: la estrategia nacional de pacificación “abrazos, no balazos”.

En pocas palabras: no es mi problema, yo lo heredé y no pienso hacer absolutamente nada al respecto más allá de dispersar dinero a través de programas sociales, a ver si alguno de estos, por azares del destino, logra recomponer el tejido social. No importa que esto cueste daños colaterales y empodere el discurso del terror a través de las imágenes de intimidación.

¿Qué hacen sus fervientes simpatizantes? Repetir machaconamente que David no es responsable del encargo que le fue conferido con el voto popular, porque hay influencias externas del pasado tan potentes (sinónimo de poderosas) que lo tienen atado de manos. Y reducen su administración a una simple oficina de moches, cargos públicos y presupuesto electorero.

Eso es David hoy. El títere de dos funcionarias federales que mantienen una guerra (ahí sí) subrepticia para saber cuál de las dos llega a las boletas del Senado, y luego a la candidatura al gobierno estatal. Claro, en esa gresca disimulada y entretelones, hay una clara ganadora -que lo es desde hace algún tiempo-, la delegada Verónica del Carmen Díaz Robles.

El I-Pad nuevo, las presentaciones de Power-Point que lee al momento, la dos Ford Explorer 2019 en las que se traslada todos los días (blindadas, seguramente). La frivolidad y el sinsentido en que dejó a su Palacio de Gobierno después de ese mensaje… así concluirá la carrera política de un Monreal que se extingue pronto y sólo sirve como trampolín electoral de otros intereses personales. Vaya final.


#Casualidades: Que sí quiere ser candidata, pero plurinominal. Habrá que explicarle con peras y manzanas que sólo en los sistemas electorales de voto indirecto, donde se elige a delegados o comisarios, se dan eso de las gubernaturas ganadoras por el partido con la mayoría absoluta. Algo así como gubernaturas plurinominales, que aquí no existen.

Probablemente tampoco leyó bien lo que escribí en la última entrega del 2021, porque la vícera le opaca el juicio: “Puede o no tomarse como cierta esa posibilidad [que Julieta del Río busque la silla de la SEFIN], o cualquier otra, mientras el fondo sea el mismo el beneficio de la duda permanece”.

Abrió su agenda, ahora muy acotada pues ha dejado de cumplir buena cantidad de compromisos desde que alguien la limita, y buscó canales que le ayudaran a responder que, en primer lugar y según ella, no lleva pleito con Verónica Díaz, aunque la delegada piense, opine y actué lo contrario.

En segundo, que sí, efectivamente quiere aparecer en las boletas, pero preferentemente en los espacios plurinominales porque, no sólo la extensa lista de enemigos que ella misma actualiza constantemente, sino su nulo carisma (ella es la antítesis del carisma), le garantizarían un triunfo de mayoría relativa. Y para ello necesita mejorar su influencia y presencia en el gabinete.

Tercero, aunque “ya no toca base” en el Senado de la República (eso es muy cierto), dice tener acercamientos con el senador Ricardo Monreal Ávila, lo cual es completamente falso. Y así, en su preocupación porque se filtró algo que no quería que se supiera, terminó por darnos la razón.

Bien lo explica un personaje que la conoce de largo trayecto: la Norma Julieta del Río Venegas que hoy vemos es como una brújula a la cual le acercas un imán, pierde todo sentido de ubicación y se vuelve volátil apuntando a todos lados. Y cuando se vuelve volátil toma las peores decisiones y se mete en más problemas. Predecible y permanentemente inestable.

Twitter: @GabrielConV

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