En apenas cuatro meses, Ricardo Olivares Sánchez pasó de ser el “tembloroso” secretario que ratificó David Monreal Ávila para manejar sus finanzas, a un elemento “de lo más importante para nuestro gobierno”. Dicho aval lo dio este jueves el fresnillense, en la presentación del convenio de infraestructura social con municipios.

Fue el único integrante de gabinete al que David le dedicó mención aparte “por la relevancia e importancia [del lugar que ocupa], y porque en él recae una parte de responsabilidad que luego no se valora o no se aprecia”. Y pasaba desapercibido porque, entre la marea de crisis simultáneas que desató el cambio de gobierno, había que mantener al menos la gobernabilidad financiera.

Una gobernabilidad en los números muy al estilo de la “nueva gobernanza”, sostenida en alfileres. Sin embargo, acorde a los propósitos de la ruta electoral del 2024. Por ello tampoco resultó menor el saludo que le ofreció Verónica del Carmen Díaz Robles al tlaxcalteca, además de reservarle un asiento entre los seis integrantes del gabinete invitados a la ocasión.

Las prioridades: Educación, Salud, Medio Ambiente, Desarrollo Social, Obras Públicas, y el reconocimiento al titular de Finanzas. Pareciera que David comienza a poner en una balanza el inicio abrupto de su sexenio, en el que su gabinete incluso mereció un regaño por asistir con sus celulares a las reuniones oficiales. Y en lo que se refiere a los dineros, dejó de restar autoridad.

El brazo más fuerte de este “gobierno” (apalancado en la delegada) se articula y da muestras sutiles, aunque definitivas. Quien más ganó con ese saludo público fue, sin duda, “el doctor” Olivares Sánchez (así lo llama ahora David), pues lo mismo puede diseñar un presupuesto para tiempos neoliberales que para los ciclos de austeridad republicana. Qué mejor espaldarazo.

Es la primera vez que la “nueva gobernanza” da trazos consistentes de hacia dónde se dirige. Esto tiene que ver, mayoritariamente, con las esporádicas apariciones públicas en las que hacen mancuerna David y Verónica. Sin saturar los medios de comunicación -desde los cuales quiere hacer un descuidado contrapeso Norma Julieta del Río Venegas– esa dupla camina a su objetivo: las urnas.

Días antes, algunos de sus canales propagandísticos emitieron un informe previo de inversión pública en programas sociales. Recursos que provienen única y exclusivamente del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero que muy poco van a distinguir la línea entre lo local y lo federal en lo que resta de la primera mitad de este sexenio.

De esa forma, el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social Municipal 2022 dispuso una bolsa de mil 105 millones de pesos en Zacatecas, una vez se publicaron sus lineamientos en el Diario Oficial de la Federación, el pasado miércoles 25. “Por jerarquías”, según David, el municipio que logrará mayor captación de obra de infraestructura es Fresnillo con 134 millones.

Del corredor electoral le siguen, en orden presupuestal: Guadalupe con 41 millones 201 mil pesos, la capital zacatecana otros 32 millones 948 mil pesos, y Jerez 32 millones 900 mil pesos. En distintas latitudes se verán gastos superiores como Sombrerete (44 millones), General Francisco Murguía (43 millones), y Villa de Cos (41 millones).

No obstante, el gran error que van a cometer con esos mil 105 millones no tiene que ver con los condicionamientos en los que se encuentran los presidentes municipales que accedan a la bolsa de recursos para dar preferencia a ciertas obras y una lista específica de constructores, sino con la opacidad que provenga de esos cientos de contratos de obra en infraestructura. Su punto débil.

Buena parte de los esfuerzos que se gastan en la “nueva gobernanza” tienen que ver con la pelea por la asignación discrecional de contratos. Tres personajes son identificables: la comisionada del INAI, la delegada de Bienestar, y el titular de Protección Civil, Jeu Márquez Cerezo. Este último ya detonó un conflicto subterráneo con los empresarios por exceso de moches.

El único que no ve un problema en este enfrentamiento por el control presupuestal es David, a tal grado que lo normaliza. Por ende, de ahí saldrá bien librado quien otorgue menos herramientas de golpeo mediático que vendrán con esa ambición desmedida por la repartición del botín. ¿Qué hizo Alejandro Tello Cristerna en su quinquenio? Despresurizar a través del portal Obra Transparente.

Así desalentó la cruzada vengativa del gremio constructor, mismo que no tuvo ánimos de llevar su protesta en contra de Miguel Alejandro Alonso Reyes a los tribunales. No fue la administración que más dinero otorgó a obra pública, como tampoco fue a la que se le acusó del fuerte tropiezo de su antecesor en el mismo tema.

Hoy las condiciones monetarias cambian, y mientras más profundizan en la rebatinga por asignar contratos más se vuelven vulnerables. A tal grado que Julieta del Río, a través de Humbelina Elizabeth López Loera, mejor mandató un acuerdo para suprimir los portales de transparencia y obligó a cargar información estatal sólo en la Plataforma Nacional del INAI que ahora está en sus manos. Y así comienza la pelea.


#Casualidades: Ni siquiera pudo hilar todo un discurso escrito con el que pretendía presumir los primeros 100 días de su gobierno, en el día 132 después de haber rendido protesta como presidente municipal reelecto de Sombrerete.

Se queja de la inseguridad, de que David Monreal no lo invita a sus giras, de que no hay coordinación sanitaria con autoridades estatales y federales; pero esconde la cabeza en el mar de corrupción en el que sigue -y seguirá- sumido su “gobierno”.

No hay calidad moral alguna en que Alan Murillo se asuma como “verdadero opositor” entre los tricolores cuando, aún después del tremendo escándalo mediático, mantiene a su concuño, Jaime Arturo Viedma Ceceñas como director de Desarrollo Social.

El funcionario en comento ya fue observador por la Auditoría Superior del Estado, debido al conflicto de interés resultante en la adquisición de distintos productos por valores superiores al millón de pesos, a la comercializadora “El Trebol S.A. de C.V.”, propiedad de Viedma Ceceñas.

Y para ello, Alan Murillo le pagó gastos de Comisión Oficial por 980 pesos a mediados del 2021 con los que asistiera a la ASE a presentar las pruebas que lo intentaran deslindar. Contrario a su deseo, dejó huellas de corrupción desde mucho antes.

Entre 2015 y 2017, Viedma Ceceñas aparece en el padrón de proveedores del Instituto Tecnológico de Sombrerete como administrador único de “El Trebol”. Debió cambiar el acta constitutiva de la empresa, pues Jaime ingresaría como subdirector administrativo del mismo Instituto un año después, con el mismo propósito: autocompras.

Luego, entre octubre y diciembre del 2018, después de recibir el nombramiento de director de Desarrollo Social, Viedma Ceceñas ocupó dos o más empleos incompatibles con cargo al erario, ya que mantenía su nómina en el Tecnológico.

Lo que lo pone en el supuesto de no haberse conducido con la verdad frente al cabildo al asumir el cargo que hoy mantiene, y en una falta administrativa que la ASE le perdonó. Pero, así juegan en el cártel político de Roberto Luévano Ruiz y Gustavo Uribe Góngora.

Twitter: @GabrielConV

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