Si las condiciones aun no son las suficientes, al menos están en camino de construir el desenlace de una importante coyuntura dentro del Senado de la República. La senadora Minerva Citlalli Hernández Mora lo puso en otras palabras, durante la conferencia que una veintena de legisladores guindas ofrecieron el pasado martes: “para muchos de nosotros es tiempo de definiciones”.

Los acompañaba el senador Héctor Enrique Vasconcelos y Cruz, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, que horas antes había declinado su participación en la Reunión Interparlamentaria México-España, a realizarse en la ciudad de Madrid, los días 27 y 28 de noviembre.

De aquella delegación de legisladores mexicanos que viajarían al viejo continente, también renunciaron Manuel Velasco Coello y Geovanna del Carmen Bañuelos de la Torre, esta última como coordinadora de la bancada del Partido del Trabajo en el Senado, que fijó una postura de apoyo al presidente López Obrador con sus colegas en esa conferencia.

La bancada de Morena apenas concluía un confrontamiento interno debido a que el decreto para la cancelación del uso del glifosato en actividades agropecuarias, vio la inclusión furtiva de una iniciativa que, a decir del grupo duro de Morena, cabildea los intereses de grupos transnacionales a los cuales les ha dado cabida Ricardo Monreal Ávila en esa cámara.

Dos fuentes al interior del grupo parlamentario de Morena confirmaron a este espacio que la información que fue difundida en el diario La Jornada, en su edición de este jueves, con el título “Senadores: Monreal ya no nos representa” es tan sólo el reflejo de esas condiciones políticas que se acumulan alrededor del desgaste político del todavía coordinador de bancada.

Poco tiene que ver un evento esperado con el que Ricardo propuso su campaña de “reconciliación nacional”, el pasado sábado. Fue, más bien, la marcha del 27 de noviembre para rememorar los inicios de la Cuarta Transformación, la que desató el reclamo de los senadores hacia Monreal por las constantes desavenencias con el proyecto de López Obrador y su juego con las transnacionales, en el tema del glifosato.

Aunque, en la entrevista que Agenda Política realizó al legislador César Cravito Romero el pasado sábado 19 de noviembre, el de la Ciudad de México quiso conducir un tono conciliador en torno a los cuestionamientos que señalaban la inminente división de su bloque parlamentario -a los que respondió otorgando un voto de confianza para Monreal– la realidad se impuso muy pronto.

Son tiempos de definición, como ha advertido Citlalli Hernández, y no parece que la advertencia provenga del interior de su bancada, sino desde Palacio Nacional. Así jugaron con las “prioridades” de la agenda de cada legislador, en franca alusión a un líder de fracción que, por el peso político que aún mantiene, enviar´´a un poderoso mensaje al ausentarse en la marcha de este fin de semana.

Ese es el nivel de sofisticación (con un lenguaje pobre y propagandístico, ciertamente) que utilizará López Obrador cuando se trate de neutralizar la presunta efervescencia de Ricardo en algunas mediciones, razón por la cual busca cobijo abiertamente en la oposición, como lo declaró a El País, este mismo jueves. “A mí no me da vergüenza, ni me apena reunirme con opositores” afirmó a ese diario.

Si la estrategia del senador Monreal es tolerar y capitalizar con los golpes provenientes desde el gobierno de Campeche, Andrés Manuel ha modificado súbitamente su posición en el tablero del adversario y en unos cuantos movimientos lo obliga a dejar el partido antes de lo que el zacatecano presume. Así, cada vez más sus espacios y sus votos se irán reduciendo.

Ahora bien, de la nota que El País difundió ayer por la tarde a los partidos en Zacatecas debe de interesarles no sólo el contexto, sino la confirmación pública de lo que se sabe desde hace tiempo: Ricardo jugará en las boletas de la oposición. Y para ello busca fortalecer el control y el consenso interno con el PRI, PRD y MC desde las cúpulas.

Aquí entra la aspiración de Roberto Luévano Ruiz como tránsfuga priista de clóset, con la encomienda de dinamitar a los tricolores y abrir las puertas del partido a las expresiones monrealistas que no tuvieron (2021) ni tendrán (2024) cabida alguna en el instituto político local del que ahora son dueños Verónica del Carmen Díaz Robles y David Monreal Ávila.

La apuesta es adueñarse de todas las canastas políticas posibles para que ahí caigan las manzanas de los Monreal en la próxima elección de candidatos, una vez que dichas posiciones, en el PRI, las define Alejandro “Amlito” Moreno Cárdenas como presidente del partido, después de una reforma estatutaria que fue posible gracias al cabildeo del coordinador de senadores de Morena.

Veremos si lo que pretenden Miguel Alejandro Alonso Reyes y Carlos Aurelio Peña Badillo es en realidad una reconstitución y fortalecimiento de la militancia frente a la amenaza voraz de acaparamiento, o están más cómodos en mantener algunos cargos que les otorga el propio “Amlito” Moreno con tal de mantener la disciplina y la unidad ficticia del partido. Un escenario plausible.

Empero, de la coyuntura no se salva Movimiento Ciudadano. Mucho deberán de reclamar Cuauhtémoc Calderón Galván y Enrique Manuel Laviada Cirerol a su dirigente Dante Delgado Ranauro, por maniobrarse como ariete en las negociaciones de Monreal con la oposición. Un vínculo que sólo ellos están empecinados en negar, con todo y las muchas evidencias a escoger.


#Casualidades: A la abulia de la nueva gobernanza, en la que David Monreal Ávila sale a cuadro la menor cantidad de veces posibles porque el desgaste es enorme, ahora se suma un suceso que rompe cualquier nivel de fiabilidad (mínimo) en torno a las Mesas de Construcción de Paz.

En el municipio de Pinos, presuntamente emboscado por un conocido grupo del crimen organizado durante el cumplimiento de distintas órdenes de aprensión, fue abatido el Coordinador Estatal de la Guardia Nacional, Gral. José Silvestre Urzúa Padilla.

Es tal la capacidad de fuego y operatividad de las células delictivas, que ni siquiera un convoy de policías ministeriales y de las fuerzas armadas en actividades de seguridad pública, pudieron repeler un ataque que trae como resultado la deslegitimación de la estrategia de “contención”.

Una noticia que ha corrido a nivel nacional e internacional, y que nuevamente expone a la entidad como una en la que el enfoque particular de la Cuarta Transformación, a través del “Plan Zacatecas II”, sólo sirve para presumir algunos números oficiales a la baja.

Pero, la nueva gobernanza se contenta con señalar al pasado como “herencia maldita”, echar en cara que la responsabilidad es conjunta y no del gobierno (evidentemente rebasado), y que la recomposición del tejido social (mediante transferencias monetarias) pacificará el país.

Tampoco es que la “oposición” tenga las respuestas, ya que en vez de poner la mira en David Monreal como corresponsable de la anarquía de las bandas delictivas en Zacatecas, se conforman con vapulear a Adolfo Marín Marín, que nunca se interesó por sus peticiones de renuncia.  

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