La estrategia se develó el pasado sábado, con una misiva firmada por Mario Delgado Carrillo como dirigente nacional de Morena. La solicitud de “piso parejo” para promover a los aspirantes de su partido llegó a las y los 22 gobernadores de Morena a manera de sugerencia para mantener la armonía interna y así evitar fracturas anticipadas.
Aunque la opinión pública recibió esa carta con críticas dirigidas a que el partido oficial reeditaba las viejas prácticas políticas de la que dice haberse separado, la invitación que difundió Delgado Carrillo recaía más bien en la configuración interna del Consejo Nacional de Morena, presidido por Alfonso Durazo Montaño, proclive a Claudia Sheinbaum Pardo.
Buena parte de las y los delegados del partido guinda simpatizan con la aspiración de la gobernadora de la Ciudad de México, a quien corearon “presidenta, presidenta” en la asamblea del 18 de septiembre del 2022. Otro tanto mostró su solidaridad con Adán Augusto López Hernández, en un segundo lugar distante en representación y control de ese Consejo Político.
Seguido por Ariadna Montiel Reyes, secretaria de Bienestar, y Mario Delgado. Ellos dos juegan, en teoría, como actores neutrales dentro de la contienda interna, además de que hacen las veces de representantes “informales” de Palacio Nacional. Uno controla el Comité Ejecutivo Nacional de Morena (y sus candidaturas), la otra toda la política social de la Cuarta Transformación.
En último lugar, ordenados por nivel de relevancia en cuanto al número de votos que aportarán al proceso electoral del 2024, el Consejo Político se recarga en las y los gobernadores guindas como factores de decisión dentro del partido. Y a ellos y ellas fue a quienes se invocó cierta “equidad” en sus estados, con la finalidad de recibir a la y los cuatro aspirantes presidenciales.
Aquí, el caso de David Monreal Ávila es peculiar. Un “gobernador” que aporta pocos sufragios, y que estará más enfocado en evitar su revocación de mandato en 2024. Hoy entre la espada y la pared del monrealismo y el obradorismo, ausente en la reunión de sus pares para firmar el “piso parejo”, y que carga a cuestas uno de los estados más inseguros del país, ¿qué peso político representa realmente para Morena, si es que tiene alguno?
Así vista, la carta de Mario Delgado más que una petición de “condiciones de equidad” cumplió como notificación del inicio informal del último tramo de posicionamiento político de sus aspirantes (con las baterías del Consejo enfocadas en Claudia Sheinbaum), pues dentro de cinco meses la primera encuesta oficial del partido marcará la ruta de la próxima candidatura presidencial.
Esta etapa consiste en llevar “el proyecto” a todos los estados del país, procurando que en las entidades guindas se ofrezca trato a los otros tres aspirantes, parecido al que da el Consejo Nacional a Sheinbaum Pardo. El último ejemplo de cómo se ejercita esta premisa surgió este jueves en la capital de Chihuahua.
Ahí estuvo Ariadna Montiel Reyes para excusar al delegado de Bienestar, Juan Carlos Loera de la Rosa, de haber participado en el segundo evento de promoción política en Ciudad Juárez dirigido a la gobernadora de la Ciudad de México. El primero tuvo verificativo en el mes de noviembre del 2022, organizado por el presidente municipal de Juárez, Cruz Pérez Cuellar. Del ala monrealista.
El factor primordial de esa visita en Chihuahua fue el reconocimiento abierto de que las y los delegados del Bienestar pueden (y deben) mostrar su apoyo por alguno de la y los aspirantes presidenciales de su partido. Es tiempo de definiciones y, a mitad de año cuando Mario Delgado dé a conocer quién encabeza sus encuestas, ellos y ellas ya deben haber tomado una decisión.
Lo que nos trae al escenario local en Zacatecas. Fuentes al interior de la delegación del Bienestar mencionaron a este espacio que los servidores de la nación fueron convocados a una asamblea en el hotel Don Miguel, a realizarse este sábado 21 de enero (día no laboral, día de proselitismo). Dos versiones corrieron al respecto de la reunión, una menos descabellada que la otra.
Sería la secretaria del Bienestar, Montiel Reyes, quien encabezaría un acto con fines proselitistas escondidos en la revisión rutinaria de los padrones de beneficiarios, y no el propio Andrés Manuel López Obrador como comentaron algunos de los convocados. Se entiende esto último porque es conocido el pésimo manejo logístico y de comunicación al interior de la delegación en Zacatecas.
En paralelo a esa convocatoria, Diego Alberto Hernández Gutiérrez, mano derecha de Jesús Ramírez Cuevas, estuvo en Zacatecas arropado por el equipo de Ulises Mejía Haro y el grupo de históricos expulsados del Comité Estatal de Morena, con el objetivo de realizar un primer acercamiento con partidos políticos, empresarios, núcleos eclesiásticos, académicos y la rectoría de la UAZ. Preparan la pista de aterrizaje de Claudia en la entidad.
Es cierto que Diego no entabló comunicación con cualquier representante de la nueva gobernanza, lo mismo que los serviles de David Monreal tampoco abrieron canales de comunicación con el operador de Sheinbaum Pardo. Han tratado de evitar el contacto con todo lo que lleve la marca Monreal, incluida la delegada Verónica del Carmen Díaz Robles.
Sin embargo, el tiempo comienza a correr a contrarreloj para la que insiste -en un sinsentido absoluto- utilizar al peor gobernador del país como plataforma de promoción electoral. Por ello, su punto de contacto con Sheinbaum Pardo podría llegar a través de Ariadna Montiel, sin que la gobernadora de la Ciudad de México pase por alto toda la información que conoce de la delegada y de las irregularidades en las entregas de apoyos. David lo necesita.
#Casualidades: Una conferencia de prensa para presentar un plan colaborativo que dé forma a la estrategia de prevención social del delito, sin la presencia del subsecretario de Prevención Social del Delito, Manuel Ibarra Santos, y semanas después del cabildeo legislativo para incluir presupuesto en dicha estrategia.
Ni ellos se entienden. En palabras de Verónica Díaz y del que se dice “gobernador”, la prevención social venía de la mano de los apoyos del Bienestar y la retribución de justicia social para los más pobres. Ese es su lema en cada gira por municipios.
Pues bien, Gabriela Evangelina Pinedo Morales, en una misma conferencia aceptó que las transferencias monetarias no forman parte de su estrategia, y que esta no va aparejada a la ausente estrategia estatal de seguridad, porque dependen del Plan Zacatecas II, en el que el gobierno estatal no participa.
Al menos la secretaria General de Gobierno se sinceró y dijo lo que se entiende, aunque no se sabía de cierto. La nueva gobernanza no sólo carece de pies y cabeza en el tema de seguridad pública, además depende de lo que diga el gobierno federal, que en cualquier momento retira a la Guardia Nacional según sean sus necesidades.
Pero, seamos optimistas. La encargada de la política interna está segura que el “gobierno” de David Monreal tiene la gran “distinción” de reconocer y no negar el flagelo de inseguridad. Por eso se ha escondido en los constantes momentos de crisis. Eso su manera de “enfrentar” el “tema de temas”. Ya pueden aplaudir.