Rechifla por doble turno. Primero cuando arribaron al salón principal del Palacio de Convenciones, y luego cuando abandonaron el recinto. Así es como recibieron y despidieron a David Monreal Ávila y a Verónica del Carmen Díaz Robles este domingo, durante la entrega de tarjetas del banco del “Bienestar”. Un evento organizado, ni más ni menos, que por la delegación local del mismo nombre.

Por si el titular de la nueva gobernanza no había llenado de consignas universitarias a mitad de semana, dentro de la megamarcha que promovieron desde la “rectoría”, las y los jóvenes junto con sus padres de familia les guardaron un recordatorio de lo que opina de ellos la comunidad de la UAZ. Ese que no pudieron escuchar el pasado miércoles pues desviaron su agenda al municipio de Villanueva.

No son los primeros abucheos públicos que registra en su joven sexenio, pero sí, probablemente, los que más tiempo duraron entre las y los asistentes. Y aunque los encargados de la logística intentaron acallar la mofa plural con la “Marcha Zacatecas” entonada por una banda de guerra, no hubo descanso para la alegre pareja de la “neogobernanza” en su paso rápido de entrada por salida.

Si el desánimo y la poca aprobación pisan los talones del servidor público y la funcionaria federal, fue Verónica Díaz la que provocó la chispa del más reciente episodio de sentido enojo. Tal vez en otros municipios los adultos mayores, así como las y los estudiantes de educación básica junto con sus tutores, reaccionen en menor medida a su impertinente convocatoria. Aún y con ello las quejas trascienden.

Sin embargo, repetir la misma fórmula en una comunidad que tenía días de asistir a una manifestación multitudinaria, puso el caldo de cultivo a tan sonora rechifla. Sólo al equipo de Sergio Casas Valadez se le podría ocurrir que, citar dos horas antes a las y los becarios junto con sus familias les acarrearía aplausos a los anfitriones que por primera (y última) vez se presentaban con las y los de las preparatorias de la UAZ.

Si bien la extensa fila de becarios -en un día soleado- se movía con cierta agilidad, esta apenas componía el primer filtro para ingresar al Palacio de Convenciones y tomar asiento. Peor fue la sorpresa para quienes se presentaron de las nueve y media de la mañana, una hora antes de la cita que conocieron la tarde anterior cuando fueron contactados por servidores de la nación.

Supuestamente, la dispersión de tarjetas de Bienestar iniciaría a las diez con treinta minutos, tal como les advirtieron por teléfono. Una hora después, los siervos no daban referencia alguna de a qué modulo dirigirse hasta que “iniciara” el protocolo oficial. O sea, hasta que arribaran David y Verónica a retratarse, dieran su somnoliento discurso, y luego salieran a paso apresurado.

Eso sucedió hasta las doce horas con treinta minutos, cuando las familias que previeron sus traslados y tomaron los primeros turnos pasadas las nueva y media, ya acumulaban tres horas en el tedio de esa absurda y burocrática espera. Una vez que concluyeron su ceremonia y escucharon los abucheos desde el presídium hasta el acceso del palacio, por fin disgregaron las tarjetas.

Aquello tampoco ocurrió con agilidad. Inicialmente había que presentarse a las mesas ordenadas de manera alfabética a llenar el papeleo bancario, y luego formarse en otra fila donde recibían ahora sí el plástico en el que les depositarían las becas (en tres semanas pues ni siquiera estaban activadas). Sin un orden lógico, la gente que no había llenado sus papeles y no tenía turno, igual hizo fila en donde entregaban las tarjetas.

No transcurrían ni treinta minutos cuando el caos se hizo presente. Quienes ya tenían sus papeles debían esperar a los que no llevaban documentos bancarios para que finalizaran de rellenar sus solicitudes, pues ya estaban en la línea de entrega de plásticos y no pensaban moverse de ahí para perder su lugar. Lo que provocaba molestia y quejas entre las familias ahí reunidas.

Lo que significa que las dos horas ocupadas en “hacer tiempo” para que los dos políticos peor evaluados en Zacatecas arribaran al recinto, literalmente terminaron en una total pérdida logística que la delegación del “Malestar” malgastó en no explicar el proceso de entrega de becas, así como el llenado de documentos. Evidentemente, ahí los caprichos pueden más que la razón una y otra vez.

Y este modelo se repite en cada una de las entregas de programas sociales en municipios, en las que no discriminan las necesidades de la población con algún tipo de discapacidad (o capacidad diferente, sea el gusto del lector) o personas adultas mayores. Al menos dos horas deben de esperar a que David y Verónica arriben y luego realicen una “entrega simbólica”.

Por qué esto es importante, preguntaron los bots y trolls de la delegada en Facebook, o cuál era la nota en aquel suceso, ya que los videos no les resultaron lo suficientemente ilustrativos. La respuesta es muy simple: las muy legítimas aspiraciones políticas de Verónica Díaz (por aquello de su presunta “violencia política de género”) se zanjan en la dispersión de programas sociales.

La última medición que se conoce le otorga apenas un 2.6% de preferencias para alcanzar la candidatura por Morena al Senado de la República. Números que se relacionan directamente con la realidad de la “representante personal” de la Cuarta Transformación en Zacatecas, un estado donde la figura de Andrés Manuel López Obrador desciende en términos de aceptación pública.

Si a eso agregamos que su campaña anticipada no la realiza sin la presencia de David Monreal, las constantes decisiones arbitrarias de “la secta” al mismo tiempo refuerzan y consolidan el lugar 32 de aprobación nacional que mantiene el fresnillense. Un excelente círculo vicioso que -en verdad- creen que se resolverá con el monopolio de padrones sociales y las candidaturas del partido guinda.


#Casualidades: Horas antes de que José Humberto Salazar Contreras cancelara “oficialmente” la Feria de Primavera en Jerez, una parte del cabildo identificada con el equipo político de la Delegación de Bienestar le cerró el paso en el órgano deliberador.

No fue gracias a la reflexión que puso al tema el “Dr. Salazar” durante el fin de semana en su estancia por Zacatecas, pues huyó del municipio en cuanto supo que habían atentado contra su director de seguridad pública (del que a la fecha se desconoce su estado de salud).

Tampoco fue gracias a la honestidad y solidaridad del cabildo que consulta parte de sus decisiones con Verónica Díaz Robles, que el Comité Organizador fundó su decisión. Todo tiene que ver con la condición de ostracismo político en el que se encuentra Humberto.

Este es consecuencia de que Salazar Contreras prefiriera sostener el nombramiento de Ricardo Heredia Duarte como asesor externo, aún y cuando fue desconocido como uno de los operadores de la Ciudad de México, en el mes de diciembre. Pese a la “alta solicitud”, Humberto lo mantiene en el cargo.

En enero existió una segunda llamada de atención, sin que esta lograra modificar el criterio de Salazar, situación que hoy lo lleva al “abandono” del que se quejó (en su nombre, pues ya había salido a Zacatecas ese día) el exsecretario de gobierno, Marco Vargas Duarte.

Quienes conocen de señales y símbolos políticos no encuentran coincidencia alguna, sino un factor probable, en el incremento de notas negativas de Jerez en medios de circulación nacional. De ser así, y de permanecer en el error, lo mejor que podría hacer Humberto es dejar el cargo de una buena vez.

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