Y vaya que lo necesita. En cuanto presente su licencia (con espíritu de renuncia) a la curul plurinominal en el Senado de la República y, por ende, a la presidencia de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila visitará cuatro centros religiosos este fin de semana: la Basílica de Guadalupe, y los santuarios de San Juan de los Lagos, Temastián, y Plateros del Santo Niño de Atocha.

Será una agenda privada, con las y los integrantes de su familia, así que en Zacatecas conoceremos de su recorrido únicamente vía redes sociales. Más que un periodo de reflexión, se trata de un fin de semana de recogimiento personal en sus creencias, para dar paso a la primera asamblea informativa no en el lugar en donde nació, sino en el estado en el que actualmente reside.

El lunes 19 de junio cerca de las 5 de la tarde, en la delegación Cuauhtémoc (a la que ya ha solicitado permiso de utilizar la plancha del Monumento a la Madre), Monreal dará inicio formal a su recorrido por el país en el que repetirá el discurso que construyó desde su periodo de rebeldía contra Palacio Nacional, cuando todavía ubicaba a las encuestas de Morena como ejercicios “poco confiables”.

Se trata de la “reconciliación”, con tufo de “unidad”, a la que está obligado por sus propias condiciones. O sea que, aquello de reconciliar a “fifís” y “chairos” no tendrá preponderancia en un discurso que funcionaba siempre y cuando rompiera las filas guindas como aspirante “desobediente” del poder presidencial.

Para Ricardo, más que este proceso de promoción anticipada e ilegal en el que caen seis aspirantes a la presidencia de la república, la de las “asambleas informativas” y la “encuesta” (con su reciente voto de confianza) envuelve el juego político de la sucesión en el que, según las mediciones conocidas, él se encuentra hoy en el quinto o sexto lugar de preferencias.

Si entendemos que esa convocatoria resumida en el “Pacto por la Unidad” mantiene reglas que tienen el objetivo de formar filtros para proteger los números de las mediciones como se conocen en estos momentos, lo que tenemos en frente es un tablero en donde se moverán piezas políticas previo a ungir a la favorita de Palacio Nacional como todo parece indicar.

Esto es, a la cargada que dicen que “no es cargada”, que al menos ya le ha otorgado el Partido Verde Ecologista de México a Claudia Sheinbaum Pardo, aún y con un “aspirante” testimonial como Manuel Velasco Coello, y a las posturas públicas que se han mostrado abiertamente de parte de distintos gobernadores y gobernadoras de Morena, se les impone ahora candados para que nada cambie.

Sin debates, sin contrastes y sin entrevistas en medios “reaccionarios” y “conservadores”, el gran elector sigue siendo Andrés Manuel López Obrador. De ninguna manera esta lectura es una que no sepa o no entienda Ricardo Monreal Ávila que, a diferencia de Marcelo Ebrard Casaubón en su visita a Palacio Nacional este lunes, por fin pudo presumir una fotografía con el “líder nacional”.

El monopolio del “destape” de la corcholata heredera del tabasqueño se mantendrá en las conferencias matutinas, desde las cuales tratará de moldear lo que, a su criterio, es un asunto en el que “no meterá las manos”. Por eso impuso esas condiciones en la cena en el restaurante El Mayor, la noche posterior al triunfo en el Estado de México.

Condiciones y premios de consolación que el propio Ricardo Monreal confirmó al diario El País en una nota difundida el pasado 11 de junio en la que se especifica, como ya se había explicado aquí el viernes 9 de junio, que el de la Ciudad de México no será una ficha de cambio para aquellos que “pierdan” la encuesta del gran elector.

Este tipo de señales, debido al peso que mantienen en un contexto acelerado por la decisión del excanciller de renunciar a su puesto para irse (ilegalmente) de campaña, permite ver que el de la “encuesta” de Morena y sus presuntas mediciones “espejo” simplemente se convertirá en una serie de sucesos para acomodar “la unidad” a los deseos de la sucesión.

Entonces, si nos apoyamos en las mediciones conocidas y en la información que otorgó el todavía coordinador de senadores de Morena al diario español, su destino es el quinto o sexto lugar en el que lo mantienen las encuestas de Massive Caller, Campaign and Electiones, Polls.Mx, Arias Consultores y México Elige (muchas de las cuales dieron el triunfo a David Monreal Ávila en 2021).

Lo que desconocíamos, y ayudó a dilucidar Ricardo en esa misma entrevista a El País, es que una vez incluidos Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco en el Pacto por la Unidad, los premios de consolación se extendieron para los quinto y sexto lugar a dos posiciones plurinominales en el Congreso de la Unión, sin especificar a qué cámara se refería, o si se refería a ambas.

Con todo ello en mente, ¿convendría o no a Ricardo Monreal declinar por la “corcholata” que se encuentre en el primero o segundo lugar de las preferencias electorales días antes de la “encuesta”, como una posibilidad de acuerdo que consensuó con López Obrador en su reunión del pasado 7 de junio? Después de todo la pretendida “unidad” es una buena palanca de negociación.


#Casualidades: Que “lo mejor de Julio, está (todavía) en Guadalupe”. Así concluyó la presentación del Festival de “de Julio” 2023, un año fatídico que en el ayuntamiento no se vive con tal sensatez, pues decidieron mantener el nombre de un calendario de actividades culturales y artísticas muy ad hoc con la crisis que atraviesan.

En el evento de este lunes por la noche no estuvo David Monreal Ávila. En su lugar tampoco envió a Rodrigo Reyes Mugüerza como acompañamiento político e institucional de aquella decisión del cabildo, sino a Le Roy Barragán Ocampo, cuasi coordinador general de ferias, charreadas, conciertos y festivales.

La convocatoria no pasó de las mismas fuerzas que integran el ayuntamiento, trabajadoras y trabajadores, sin clase empresarial (aún y cuando el objetivo del festival es “detonar el desarrollo económico”), y escasa clase política focalizada en el municipio.

En donde Julio “N” sí se ha convertido en una leyenda -pero urbana-, es en el imaginario público. Que si en la región de Tacoaleche o en Canadá, que si en Fresnillo o en Estados Unidos, la atención se centra en especular en qué lugar terminará por encontrarlo José Francisco Murillo Ruiseco.

Hay incluso quienes se aventuran a presumir un presunto acuerdo para mantenerlo en resguardo dentro de una de las propiedades de cierta funcionaria del Bienestar. Lo único cierto es que, todavía hoy, Julio “N” no encuentra el momento para dar la cara al público y probar su inocencia.

En lo que eso sucede, Guadalupe se mueve casi en automático, aunque sin mayor trascendencia. No porque le falte el “líder” (ahora mejor conocido como “prófugo”), sino porque la política que ahí se hacía tenía el único fin de promover a una persona, más que a una institución. Y cuando la desgracia llegó, también se instaló en la institución.

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