Minutos antes de la medianoche del jueves 18 de agosto, en la sede del Comité Ejecutivo Nacional de Morena inició formalmente el forcejeo del proceso que definirá a la coordinadora o coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, una vez que la insaculación de casas encuestadoras espejo detonó las primeras diferencias internas.

Agenda Política conoció, instantes posteriores a las posturas establecidas en esas mesas, que las representaciones de Ricardo Monreal Ávila y Marcelo Ebrard Casaubón habían declinado a firmar el acta de insaculación, sobre el proceso de elección de las empresas que realizarán las mediciones de contraste a la que presente Mario Delgado Carrillo, el próximo 6 de septiembre.

En efecto, recordemos que la selección de cuatro casas encuestadoras únicamente tiene como fin dar cierto soporte de verificación a los números del partido. Una vez que el equipo del senador con licencia, Monreal Ávila, conoció de los resultados obtenidos en la insaculación, y con el fin de no ahondar en el conflicto, decidió cambiar de opinión.

De acuerdo con Alejandro Rojas Díaz-Durán, aún y con dudas al respecto de los resultados del sorteo, Ricardo accedía a firmar el documento “bajo reserva” de revisar los resultados. Lo mismo hacía Arturo Ávila Anaya, representante de Adán Augusto López Hernández, que incluiría su rubrica con la finalidad de mantener la unidad, aunque con ciertas consideraciones.

Las voces mencionaban que resultaba sospechoso que las encuestadoras que propuso Marcelo Ebrard quedaran en séptimo y octavo lugar, lejos de poder colocarse en el ámbito de mediciones espejo, sin posibilidad de ser tomadas en cuenta a la hora de dar por legítimas las mediciones que el propio partido planea para el primer fin de semana de septiembre.

También trascendió que Manuel Velasco Coello (“corcholata” testimonial pues el Partido Verde Ecologista de México desde hace tiempo presentó a Claudia Sheinbaum Pardo como su aspirante oficial), habría llevado empresas de medición que hasta el momento han arrojado números que “favorecen” a la gobernadora con licencia de la Ciudad de México.

Horas más tardes, durante el transcurso del viernes 19 de agosto, Ricardo Monreal hizo pública su decisión de declinar la participación de su casa encuestadora con tal de incluir a una de las del excanciller Ebrard Casaubón, en un movimiento que refleja la firme decisión del zacatecano de evitar cualquier ruptura en aras de pelear por la candidatura a la capital del país.

Esto sucedía mientras Gerardo Fernández Noroña (quien aparece en las mediciones incluso por encima de Ricardo Monreal), denunciaba en San Juan del Río, Querétaro, que desde siempre se supo que Marcelo por sí mismo tenía la tarea de generar ese ambiente de rispidez, debido a que era cuestión de tiempo conocer su renuncia a Morena para saltar al “Movimiento Desahuciado”.

No sin advertir: “Yo he sostenido durante todo este tiempo que quien rompa por ambición se lo va a chupar la bruja, políticamente hablando. Va a enfrentar al pueblo, al movimiento, a los partidos del movimiento, al compañero Presidente y a mí, en lo personal”; mientras acusaba que Ebrard prefirió las “monerías” y las “carantoñas”, en vez de las asambleas que no realizó.

Ahí, Fernández Noroña presentó un punto irrebatible. El excanciller prefirió una campaña de aire para posicionarse como la alternativa en un atípico proceso interno al que accedió con las reglas que existen en estos momentos. Marcelo no decidió romper con la Cuarta Transformación una vez renunció a la cancillería, ¿por qué entonces jugar al rebelde de una sucesión anticipada, sin distanciarse?

Cuáles son los efectos que pretende mover en el Comité Ejecutivo Nacional de Morena al integrar un expediente con 28 presuntas pruebas, con las que intenta convencer al partido que intenta abanderar, que con o sin la aprobación de Palacio Nacional, la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel Reyes ha incidido facciosamente en una “interna” que legalmente no existe.

Si no es “separarse” del partido y del presidente, es confirmar que él mismo participó en un proceso anticipado sin fundamento jurídico, en el que incluso ya ha sido sancionado económicamente por transgredir el marco electoral. Además de que quien promovió la sanción es el representante del Movimiento Ciudadano ante el INE, Jorge Álvarez Maynez.

Ebrard se acerca a una etapa de definiciones políticas en la que intenta capitalizar como el único de seis participantes que va a contracorriente, sin terminar de renunciar a la pantomima que acusa en medios de comunicación. Y el único lugar en donde cabe ese discurso, en estos momentos, es en la oposición que -teóricamente- le tiene cerradas las puertas.

Sólo falta saber a qué “oposición” acercarse después de que las encuestas de Morena le demuestren el error en el que se encuentra: en la que le ayuda a Palacio Nacional en cada acuerdo que concreta con Dante Delgado Ranauro, o en la que ya tiene candidata, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz. Decidirse por la segunda, como adelantó Noroña, sería una afrenta directa contra Andrés Manuel López Obrador, al “pueblo” y al “movimiento”.


#Casualidades: Existe un falso debate en la opinión pública, el espectro político y los medios de comunicación, al respecto de la posible “renuncia” del fiscal, Francisco José Murillo Ruiseco, debido al recrudecimiento del conflicto laboral en la FGJEZ.

Ya habíamos explicado en este espacio que, dentro de la constitución política local, la única causal de remoción establecida en la ley es una “grave”, como lo explica la Fracción IV del Artículo 87, que no han leído los serviles de la delegación del Bienestar (si es que leen):

“El Fiscal General podrá ser removido por el Ejecutivo por las causas graves que establezca la ley. La remoción podrá ser objetada por el voto de la mayoría de los miembros presentes de la Legislatura dentro de un plazo de diez días hábiles, en cuyo caso el Fiscal General de Justicia será restituido en el ejercicio de sus funciones. Si la Legislatura no se pronuncia al respecto, se entenderá que no existe objeción.”

Como se sabe de antemano, ni la bancada del Bienestar, ni David Monreal Ávila, mantienen control de la LXIV Legislatura, a tal grado que el de la nueva gobernanza ya amenazó a sus “inservibles” aliados, que muy pocos repetirán en sus distritos en la próxima elección.

Y aunque su otro inservible subsecretario de “Concertación Política”, Ángel Manuel Muñoz Muro, mantenga el cabildeo con las y los diputados, con tal de ofrecerles una “amistad” que hoy carece de peso mientras su benefactor político, Julio César Chávez Padilla, se mantenga en calidad de prófugo.

Le guste o no a David y a la “secta”, el paro laboral en la Fiscalía tendrá que ser resuelto con los recursos que hasta ahora le ha negado a las y los trabajadores que perciben salarios pauperizados. Esos que él, en su vida, jamás ha recibido.

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