Saúl Monreal Ávila no ha entendido, en lo más mínimo, de qué trata la elección del 2027. Sus conferencias de prensa muestran una narrativa negligente y de muy corta memoria, que en verdad cree que la gente le compra sin chistar. Seguro de que la elección la definirá la marca guinda, se muestra despreocupado de hablar por hablar.
La gente en Fresnillo recuerda muy bien cómo fue la pasada elección de junio, municipio que visitó en muy pocas ocasiones como candidato al Senado de la República. Sin embargo, sus redes lo retrataban por sí mismas, y demostraban la cantidad de “incongruencias” de las que hoy se queja impunemente.
Saúl fue ese candidato que, con una instrucción, movilizaba al ayuntamiento para su campaña (no para la de Bennelly Hernández Ruedas). En público se deslindaba de Rita Quiñones de Luna, al tiempo que vía mensajería electrónica y llamadas telefónicas, mantenía los hilos de la presidencia municipal.
También utilizó a su “secretario técnico” como presentador, matraquero y amenizador de mítines que no rebasaban la treintena de convocados. Andrés Vázquez Ortega apareció en todas las fotografías de la campaña sin mostrar la solicitud de comisión sin goce de sueldo para realizar actividades proselitistas.
A su “leal” bufón particular luego lo llevó al Senado en retribución de las tareas que más le interesan al “Cachorro”: ser adulado constantemente y escuchar los parabienes de las decisiones que toma, aunque estas sean erróneas. Junto con decenas de funcionarios municipales, Saúl vació al ayuntamiento en temporada electoral.
No obstante el uso arbitrario de toda una estructura de gobierno, el de Puebla del Palmar intenta convencer de lo “inmoral” e “incongruente” que resulta que el nuevo cabildo (donde tiene a sus infiltrados), haya aprobado un incremento salarial de los recién ingresados a los pasillos del ayuntamiento. Cuestionable, sí. “Incongruente”, sólo él.
No sólo algunos medios reportamos el uso faccioso de los recursos humanos y financieros del ayuntamiento de Fresnillo, destinados a la campaña electoral cuando acataba órdenes Rita Quiñones. La misma población del municipio entendía el juego predecible del “Cachorro” y se encargaba de filtrar la información.
Fueron los tiempos del asesinato de Juan Pérez Guardado y Jorge Antonio Monreal Martínez, que parece que las autoridades han decidido archivar en el silencio y olvido de la memoria colectiva. Como si se tratara de cualquier par de homicidios y no ocultaran una trama mucho más funesta de fondo.
¿Congruencia? Esa la vendría muy bien al “Cachorro” para subirse a tribuna y presumir uno de sus exhortos que invitara a la Mesa de Construcción de Paz a presentar los elementos que tiene hoy sobre las líneas de investigación surgidas a partir de ambos homicidios. ¿O acaso le apuesta a ese “olvido colectivo”?
¿Congruencia? Como el haber lucrado con un atractivo turístico religioso, al que dijo “rescatar” para luego inyectar millones de pesos en la obra pública del nuevo santuario del Santo Niño de Atocha. O llenar de “calles pavimentadas” mediante concreto hidráulico para favorecer las economías de sus constructoras (favoritas).
Información que en Agenda Política conocimos gracias a los registros de la Plataforma Nacional de Transparencia que, resentido, hace unos días votó por la destrucción un organismo autónomo que llevaba las cuentas (a medias, pero las llevaba) sobre la información pública a nivel federal.
En espera de que suceda lo mismo a nivel local, Saúl votó por ocultar la transparencia. Empero, antes de que eso ocurra Fabiola Torres Rodríguez, Samuel Montoya Álvarez y Nubia Barrios Escamilla ayer le recordaron que -convenientemente- su sucesora no cargó los registros de información previo a abandonar el barco.
Rita Quiñones no cargó los datos del cierre del gobierno municipal, tarea que ahora tendrá que presentar convincentemente Javier Torres Rodríguez. Según sus propias declaraciones, esta misma semana daría a conocer públicamente los resultados de la entrega-recepción en el ayuntamiento.
Veremos qué tanto el incentivo económico en los salarios de su gabinete sirve de aliciente para dar resultados en el corto plazo, pues los primeros 60 días de gobierno se han cumplido y la percepción pública en Fresnillo la define una sola palabra incrustada en el debate público: “ponchallantas”.
Una palabra que incluso entre los comentarios de redes sociales ya se liga directamente con Saúl Monreal Ávila, y no por el voto de confianza a Javier Torres, pues se ha visto rebasado con su “garantía de reparación de llantas”. No, la percepción persiste así porque el hartazgo es mayúsculo. Así que, no, el “Cachorro” no ha terminado de entender la elección del 2027, y probablemente ni la llegue a entender.
#Casualidades: ¿Por qué el gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar oculta el historial reciente de Oscar Alberto Aparicio Avendaño como subsecretario de Operación Policial en la Secretaría de Seguridad Pública de Zacatecas?
En el resumen curricular del funcionario, que ya habían filtrado desde el nuevo gobierno chiapaneco, no aparece la figura de las Fuerzas de Reacción Inmediata, de las que Oscar Alberto estaba a cargo.
Y no sólo eso, sino que Eduardo Ramírez (pupilo de Ricardo Monreal Ávila) se saltó olímpicamente cualquier referencia de su trabajo en Zacatecas, como si hubiera algo que ocultar más allá del uso excesivo de la fuerza en que incurrió varias veces esa corporación nacida de un grupo antisecuestros.
Tal como lo anticipamos en una entrega anterior, Aparicio Avendaño fue presentado como nuevo titular de la Secretaría de Seguridad en el “hermano” estado de Chiapas durante el fin de semana.
Se fue de Zacatecas furtivamente y por la puerta de atrás, pues las autoridades que lo respaldaron en los últimos años tuvieron que confirmar lo que en este medio dimos a conocer días antes como una información que había trascendido desde el sur del país.
En medio de la denuncia pública por la intimidación a la periodista Norma Galarza Flores, después de darle voz a los pobladores del municipio de Tabasco por la muerte de Omar Alejandro Dávalos Ledesma, resulta que el subsecretario fue relevado en cuestión de horas.