El triunfo, sin duda alguna, es para Alejandro Tello Cristerna. La nueva gobernanza ni siquiera quiso esperar a lucir su insulsa idea y su estéril discurso de las “herencias malditas”, durante el primer informe de gobierno. Seis días antes de que David Monreal Ávila arengue su monólogo autocomplaciente, culpar al pasado ha dejado de tener todo sentido.
No es cualquier victoria la del exgobernador, pues sus vítores hablarán de cómo, uno de los que se consideraron sus acérrimos enemigos fue el encargado de facilitarle tal acuerdo, al costo de hacer trizas lo que queda del Poder Legislativo del Estado de Zacatecas. Y quién pensaría que Ernesto González Romo sería el artífice de conformar un orden del día como el que hoy votarán los integrantes de la LXIV Legislatura, que contiene la Cuenta Pública 2020. Sólo ellos.
Todo inició cuando el Bloque Plural Ampliado derrotó en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a las bancadas oficialistas, a las que les arrancaron toda expectativa de gobierno interno y en el pleno. El panista José Guadalupe Correa Valdez fue el primero en vivir a tope la voracidad del poder, como presidente de la JUCOPO.
Estaban listos los facsímiles de “oposición” para dictarle la agenda a David desde el Congreso y comenzarían con una reasignación presupuestal y sanciones a las y los secretarios asusentes en las comparecencias. Empero, una comida a la que fueron convocados en cierta finca del municipio de Guadalupe, fue el momento oportuno para bajar la guardia, soltar las armas y olvidar el pasado. Todo en pos de buscar la mejor forma de convivir y tolerarse como comparsas legislativos.
Claro que los pesos y centavos que faltaban en las bolsas de las y los diputados eran el único pegamento que podría unir intereses tan diversos. Por eso, en este mismo espacio se vio con amplia reserva aquel discurso contra los subejercicios que ondeó Gabriela Montserrat Basurto Ávila, hace unas semanas. Era un mero cliché y una crítica políticamente correcta.
A esa comida asistieron el grueso de las y los legisladores, a excepción del grupo que encabeza Verónica del Carmen Díaz Robles desde la delegación de Bienestar. Más allá de alcanzar un acuerdo de paz y consensos, la verdadera preocupación era abrir la llave de sus propios recursos que, con experiencia, mantienen en reserva desde la Secretaría de Finanzas.
Absurda y cómica como es la política, el encargado de desangrar la corrupción de la LXIII Legislatura ahora fue el responsable de ofrecer, por curul, 750 mil pesos como aliciente de los convenios que se votarían en el pleno, tal cual sucederá este viernes. Para rematar la broma, hay que entender que lo único que Ernesto les concedía provenía de su propio presupuesto.
No existe certeza alguna de que ese recurso llegue a manos de los interesados. La única confirmación que se tiene, hasta el momento, es que a la LXIV le depositaron cerca de 4 millones de pesos, esta semana. Las dudas permanecen en sobre si ese dinero representa una ampliación, o más bien un préstamo a futuro, lo cual terminaría por envolver la burla al Bloque Plural Ampliado.
Otro que repite su historia como promotor de esas transacciones monetarias es, ni más ni menos, que José Xerardo Ramírez Muñoz, mejor conocido como el diputado de los 100 mil pesos, que ahora se le llamará, junto con sus cómplices “los de los 750 mil pesos”. Vaya, ni de cerca los millones que lavaron sus antecesores en la Estafa Legislativa. Así de chamaqueados.
Hasta este miércoles, Xerardo Ramírez amenazaba en los pasillos legislativos que si no veía los votos a favor en este periodo extraordinario no habría dinero para quienes lo solicitaron. Y es que, este viernes no sólo se aprobarán algunas cuentas públicas (incluida la del expresidente municipal Herminio Briones Oliva, en obsceno conflicto de interés).
La manzana de la discordia se llama “Mesa Directiva del Poder Legislativo”. La primera opción lleva por nombre Ernesto. La segunda, González. Y la tercera, Romo. Los diputados tienen amplio menú para tomar la decisión de darle su sufragio al gestor de sus propios recursos, como premio de esta faceta de “conciliador” en que se ha convertido el porro de porros de las legislaturas conocidas.
Curioso que Ernesto -el justiciero venido a corrputor-, con todo el dinero que dice mover (según él), no haya logrado mantenerse en la Mesa Directiva por seis meses como se estila todavía al momento de redactar esta columna. Para ello modificarán el Reglamento del Poder Legislativo, con la finalidad de rotar ese puesto de manera bimestral.
La idea de Ernesto era que Priscila Benítez Sánchez le sucediera en esa presidencia. No obstante, según negó a este espacio el pasado miércoles, la de Nueva Alianza de ninguna manera se prestaría a la aberración de lo que vendría en próximos días. De hecho, la diputada turquesa fue de las primeras en mostrar descontento en la comida de Guadalupe.
Este miércoles Ernesto todavía intentó por última vez convencer a Priscila en su cubículo legislativo. Quienes conocen el episodio mencionan que la charla no terminó de la mejor forma, y el diputado pirómano tuvo que santiguarse cada que traían al pensamiento a su progenitora. La de Nueva Alianza, junto con otros dos legisladores, estarían por romper filas.
Viernes 2 de septiembre, el día en que la oposición legislativa se abre de capa y deja atrás aquello de los antagonismos. Por unos cuantos pesos igualmente deberán comportarse en las glosas y, como se advirtió aquí, dejar de molestar a la dupla David y Verónica. Aquél que rompa el acuerdo, Gerardo Flores López será el artífice de difundir el dinero que hubo de por medio en este episodio. Ahora son el Hazmerreír, Plural y Ampliado.
#Casualidades: Desde la oficina del subsecretario de responsabilidades (así, con minúsculas) de la Función Pública, Ángel Manuel Muñoz Muro, saturaron de llamadas telefónicas las líneas de la Fiscalía General de Justicia, de José Francisco Murillo Ruiseco, en las últimas semanas.
La invitación (que vino en forma de constantes presiones) era vincular a proceso a cuantos exfuncionarios fuera posible, con tal de adornar la piltrafa de informe con la que pretende engalanar a su patrón, David Monreal Ávila.
La instrucción no precisamente vino del piso de arriba en el Edificio D, donde dice que despacha Humbelina Elizabeth López Loera. Tampoco de uno de los salones del Poder Judicial, donde hace como que imparte justicia su mentor Edgar López Pérez.
Ese magistrado que, por cierto, suelta a los cuatro vientos que alguien tiene que ponerle un alto a quien redacta estas líneas, en franca actitud de intimidación proveniente de un vil cobarde. Empero, no fue él quien azuzó al pequeño (en sentido figurado) subsecretario.
Las indicaciones vinieron de las oficinas en la delegación de Bienestar, mismas que sigue Ángel Muñoz al pie de la letra con tal de construir la narrativa de “lucha anticorrupción”, que no es otra cosa que una guerra declarada contra quienes consideran enemigos políticos. Sí, el mismo funcionario que hace algunos años pedía “legalizar a las de 16”.
De esa forma, y con el patrón aprendido de su mentor magistrado, en la Función Pública también crecen las amenazas con tal de alinearse con quien ya se asume como próximo titular de esa secretaría, pues atrás quedaron sus sueños de ocupar una silla en el pleno del Tribunal de Justicia Administrativa. ¿Será que Norma Julieta del Río Venegas se quedará cruzada de brazos? Veremos.