La logística del primer informe de gobierno de David Monreal Ávila cambió de manos el pasado lunes, cuando la Delegación de Bienestar de Zacatecas acaparó más de mil invitaciones que serían enviadas a funcionarios federales y locales, senadores, gobernadores, diputados federales, diputados locales, presidentes municipales y otros representantes políticos.
El operador del desastre se llama Carlos Alberto Zúñiga Rivera, organizador de eventos y en sus ratos libres secretario de Desarrollo Social, pese al llamado de atención que recibió del senador Ricardo Monreal Ávila a principios de julio debido a ese descuido. Bajo las órdenes provenientes de las oficinas en la calzada Héroes de Chapultepec, el evento fue saboteado.
Un fin de semana antes, en las inmediaciones del Centro Platero se instaló una suerte de “call-center” con el objetivo ocioso de que aquellos pocos que ya habían recibido una invitación llamaran a los teléfonos ahí dispuestos con la finalidad de “confirmar” su asistencia. La idea era llenar los lugares vacíos con servidores de la nación y personal del gobierno estatal afín a Verónica del Carmen Díaz Robles.
Probablemente por esa misma razón en la Ciudad de México comenzaron a recibir listas de convocados a los que, por ignorancia o malsana intención, les cambiaron las adscripciones o los cargos. Como fue corroborado por distintas fuentes, hasta este miércoles la nueva gobernanza había repartido el grueso de invitaciones (con o sin errores) enfocadas a la clase política nacional. Por obvias razones de agenda, nadie confirmó.
Resulta difícil pensar que ese error naciera de un simple descuido. Carlos Zúñiga se ha especializado en la agenda de giras de David, con el control total del orden en que deben ocupar sus asientos los integrantes del gabinete, y el orden en que deben tomar la palabra. Ese ejemplo ayuda a entender que la intencionalidad política lleva más peso en la hipótesis del sabotaje.
Lo más grave es que David Monreal lo sabía y no pudo más que molestarse e inconformarse, fiel al estilo de la nueva gobernanza en el que, debido a su indiferencia, el “gobierno” funciona gracias a la presión de los compromisos y los intereses ajenos. El resultado fue evidente y dejó registro como el peor informe de actividades de un ejecutivo estatal.
Y no sólo ello. Es la primera ocasión que un evento simbólico de este tipo transcurre sin la presencia de algún representante del gobierno federal, o la visita de otros gobernadores. Vaya, ni siquiera les concedieron unas horas de su agenda en el partido que les dio el triunfo, señal de que la nueva presidenta guinda, Roxana del Refugio Muñoz González, abre poca comunicación hacia afuera.
El sabotaje político coincide con otra de las artimañas del Bienestar con la que decidieron disgregar los grupos políticos que conforman al gabinete. Incluso la burocracia vivió en carne propia la estrategia de la división interna, al dispersar aleatoriamente a los trabajadores, por lo que el evento resultó en un caos y en un grupo infiltrado de aplaudidores (servidores de la facción) dispuestos al gusto de Verónica Díaz.
Muy poco se puede decir del discurso de David más allá de que destapó las aspiraciones de su hermano Ricardo en Zacatecas, y reeditó su palabrería con la que rindió protesta como -según él- ejecutivo del estado. Una ambición de tres lustros que ha llevado al precipicio, con plena convicción, en apenas un año. Secuestrado por voluntad propia, así le abre la puerta al autosabotaje.
Desplazar acarreados es sencillo. Especialmente cuando los servidores de la nación también son víctima de acoso y terrorismo laboral, condicionamiento de recursos y cómplices de corrupción. Sin embargo, llenar el evento de estos tan sólo ratifica el raquítico 7.4% de positivos que acumula hoy Díaz Robles en los primeros sondeos de preferencias a la elección de senadores.
No hay manera de que minimicen las cifras de Massive Caller pues fueron los más fervientes promotores de la misma casa encuestadora cuando posicionaba a David como el favorito a gobernador desde 2019. Y presentar hoy una medición contrastante y tardía solo coloca en desventaja a la que se asume tempranamente como primer lugar de la fórmula de Morena a la Cámara Alta.
Lo que nos lleva al siguiente punto: poner las esperanzas electorales en un producto que desde hace meses permanece en el sótano de la aprobación nacional no sólo es irracional, es suicida. Caminar todos los días junto al gobernador peor evaluador del país no es suma, es resta. Claro que ese 7.4% de aprobación se ha labrado afanosamente al encapsular a un político en desgracia. No es casualidad.
Es a tal grado la desdicha de la nueva gobernanza que ellos mismos convirtieron a David en el Monreal más “alonsista” de todos. Hace una década era impensable para la oposición que un gobernador se negara a acudir a la sede del Legislativo a presentar su discurso anual y a escuchar la postura de las distintas fuerzas políticas, como ocurrió en el sexenio de Miguel Alejandro Alonso Reyes.
Este jueves, el de Fresnillo pasó a la historia como el segundo “gobernador” (así le dicen) en Zacatecas que se niega a mantener el orden democrático de rendición de cuentas, al evadir el diálogo entre poderes constitucionales. Justo detrás de su némesis que al menos mostraba una convocatoria política congruente con el poder que ejerció. No hay camparación, acá David ni siquiera pudo entregar, en tiempo y sin errores, cerca de mil invitaciones.
#Casualidades: En las últimas dos semanas, la LXIV Legislatura ha recibido cerca de 9 millones de pesos de su propio presupuesto. Van a cuenta de las gestiones del diputado Ernesto González Romo, y como garantía para acopiar los 27 votos que lo llevaron a la presidencia de la Mesa Directiva. El presidente más caro, hasta ahora.
Cada peso proveniente de ese pacto compromete a la complicidad en el nuevo Bloque por las Finanzas Legislativas (y las propias), aunque cada vez son más quienes se piensan eso de poner las manos en la bolsa que ofreció el porro guinda, en su faceta de “conciliador”.
Las dudas de algunos legisladores permanece en congruencia con la dificultad que sostuvo Ernesto para lograr que David Monreal se presentara a tomarse la foto con sus diputados. Lo cual resultó en una triple confirmación: el repudio al Legislativo, y el miedo a las opiniones diversas y a la realidad imperante.
Aunque la diputada María del Refugio Ávalos Márquez quiso asumir el papel de oposición que pide “hacer equipo” con la nueva gobernanza (muy similar al caso de Alejandro “Amlito” Moreno Cárdenas y la Cuarta Transformación), encorvado, David sólo se sujetaba el reloj en la mano izquierda mientras sonreía nerviosamente.
Los posicionamientos de los partidos no variaron mucho de cualquier apartado de Asuntos Generales en otras sesiones. Las mismas palabras, los mismos reclamos, la misma indiferencia y simulación, que sólo fueron aderezados con la novedad de un David de papel en una curul vacía.
Molesto, el presidente que antes calificaba de botargas, traidores y cómplices de la corrupción a sus compañeros, que llevaba lonas a las sesiones, que aumentaba el histrionismo por una uña enterrada, pidió “respeto” para el Pleno. En la burla, la LXIV demostró que por sí misma es una broma de muy mal gusto.