Encapsulado y evadido.

No sólo lo encapsularon. A David Monreal lo protegen de la realidad que debe de enfrentar. Es el estilo, y por más que Ricardo Monreal intente modificarlo, su hermano no maduró como él lo aseguraba.

“Que coman pasteles”.

Un magisterio en crisis, funcionarios de Finanzas atendiendo invitaciones, y David en una fiesta que bien rememora la frase de María Antonieta de Austria: “si el pueblo no tiene pan, que coman pasteles”.

El desprecio de la federación.

Las banalidades de los primeros días de gobierno tan sólo encubren una realidad: el desprecio de la federación hacia David Monreal en la crisis de recursos.

La “nueva gobernanza”, en los hechos.

La “nueva gobernanza” la inauguró Soledad Luévano el pasado 9 de septiembre. Todavía no rendía protesta David Monreal como gobernador, y la senadora ya había desmitificado el poder del apellido Monreal en Palacio Nacional.

Tiempos de canallas.

Soledad Luévano y David Monreal guardaron sus reclamos para el nuevo presidente del TEPJF. El magistrado que les “robó” la elección en la capital, en 2016. ¿Silencio cómplice?