Y de nueva cuenta, el diputado pirómano Ernesto González Romo prende fuego al nulo consenso político en esa cosa llamada “gobierno estatal”. Aunque, en esta ocasión, su verborrea pone ciertos elementos en una perspectiva más nítida. Dos nombres aquí no pueden pasar por alto: Fabiola Gilda Torres Rodríguez y Samuel Montoya Álvarez.

A propósito de la comparecencia de la que tuvo que salir huyendo el “tembloroso” secretario de Finanzas con tal de no encarar al magisterio disidente que encabeza con éxito Marcelino Rodarte Hernández, el diputado de Morena que echó de cabeza a sus colegas por el blanqueado de dinero en la LXIII Legislatura, intenta otra vez redirigir la mirada.

Sólo con su soledad (minúscula inicial), frente a un escaso grupo de medios de comunicación, abrió más campos de batalla de los que ya tiene David. El centro de su argumentación: la cúpula política de Zacatecas que no quiere perder sus privilegios. Entre ellos, enumeró a los comisionados estatales del IZAI que justo navegaron en el proyecto electoral de Morena.

Tenían como puerta de entrada a la entonces comisionada local Norma Julieta del Río Venegas, que incluso intentó acomodar a Oscar Samuel Montoya Leija (hijo del comisionado) en una plaza de las delegaciones federales en las que ella entonces hacía las veces de asistente y supervisora para ayudar a David en los temas locales. A falta de éxito, luego tuvo que llevarlo al INAI.

En esos años, su grupo lo nutría Humbelina Elizabeth López Loera y Silvia Saavedra Juárez, ya recompensadas por las extenuantes horas de trabajo en el domicilio de Norma Julieta. Esa locación que también visitó el docto Sergio Octavio Contreras Padilla, Director del Centro de Investigaciones del IZAI.

Reconocido por sus estudios sobre tecnologías de la información, Sergio se ocupó tempranamente de un tramo de la estrategia electoral en redes sociales para Morena. Junto con él, parte del personal del IZAI estuvo completamente comprometida con la campaña de David de la que, paradójicamente, ahora les toca ser presa de críticas y señalamientos.

¿De qué le sirve a Ernesto González dar un dictamen positivo para la ratificación de Humbelina López, si acto seguido vuelve a poner en la mira a los aliados de Julieta del Río como responsables del “quebranto financiero” en Zacatecas, porque pertenecen a esa “casta dorada” de políticos que “no quieren perder sus privilegios”? Es un pirómano nato.

Nadie olvide que los primeros videos que grababa David en su campaña fueron tomados desde la terraza del hotel Grand Casa Torres, propiedad de la ex secretaria General de Gobierno, actual presidenta del IZAI. El apoyo era tan evidente, que los comisionados no necesitaban externarlo más que en eventos privados. En ello mostraron más prudencia que Norma Julieta.

Pues bien, pese a que Ernesto recibe una jugosa dieta de 102 mil pesos mensuales, está decidido a señalar sin pudor los ingresos y prestaciones de “la casta dorada” de la que cínicamente se excluye. Y pone en un desfile de cifras que obtuvo del Presupuesto de Egresos del Estado, a los nuevos “enemigos” (otrora aliados) de la “verdadera austeridad”.

En el caso del IZAI, dijo, los comisionados reciben: un sueldo de 93 mil 370 pesos, más un fondo de ahorro de 1 mil 950 pesos, más una gratificación anual de 124 mil 494 pesos, más un bono anual de 62 mil 247 pesos, otro bono para útiles escolares por mil pesos, y el último estímulo por 3 mil pesos como recompensa a su servicio público.

Luego dirigió la mira contra el auditor Raúl Brito Berúmen cuyo salario se taza en 18 mil 795 pesos, que resarce una compensación por 80 mil 74 pesos, a los que se adhieren 23 días de bono especial, y otros 46 días de aguinaldo agregados a los 12 de prima vacacional.

A los órganos electorales también los desnuda públicamente. La magistrada presidenta, Rocío Posadas Ramírez, acumula un salario de 120 mil 970 pesos, que ensanchan otros 117 mil 770 pesos como bono por año electoral. Ahí hay que agregar un aguinaldo de 143 mil 283 pesos, dos primas vacacionales que alcanzan los 50 mil pesos y otro bono navideño por 20 mil.

El pretexto de la conferencia también revivió la reyerta en redes con Arturo Nahle García, quien con su particular humor, ironizó cuánta gente acompañaba a Ernesto en su exposición, o sea, nadie. A él sólo pudo arrancarle, a comparación de los pasados, percepciones mensuales por 140 mil 981 pesos, y los ingresos del presidente de sala y otros magistrados.

Finalmente repartió, como se lee en su boletín, el anual del presidente del Tribunal de Justicia Administrativa (851 mil 97 pesos), más los mensuales del consejero presidente del IEEZ (150 mil), y del magistrado presidente del Tribunal de Justicia Laboral (120 mil más adicionales de 293 mil).

No es que Ernesto tenga en mente deteriorar aún más la relación de David Monreal con el bloque en merma que encabeza Julieta del Río, gracias al empoderamiento de Verónica Díaz. Empero, su discurso anti-corrupción (a imagen y semejanza del que le creó a Soledad Luévano Cantú en la LXI Legislatura) pone en el paredón a quienes, dentro de los aludidos, sí se veían en el lado triunfante en la pasada elección. Imposible no divertirse al imaginar los rostros de algunos “acusados”.


#Casualidades: Quedó completamente rebasada la investidura de Susana Andrea Barragán Espinosa, en la sesión legislativa de este jueves. Esperemos y esta experiencia le ayude a comprender que la presidencia de la mesa directiva se ejerce con imparcialidad.

Tal como lo hacía Le Roy Barragán Ocampo durante la LXII Legislatura. Un político de cepa que entendía los pesos y contrapesos internos cuando dirigía las sesiones, y no por ello recargaba su balanza, en todo momento, hacia las bancadas con las que integraba mayoría Nueva Alianza.

Además de que la prensa no termina de entender las indicaciones de la joven diputada, pues en plena comparecencia cierra el acceso a las galerías del congreso, y luego en el pleno le pide a los de la fuente que hagan su trabajo en la sección a la que no se puede ingresar, cuando minutos antes había solicitado retirar de ahí a la colega Verónica Trujillo Jiménez.

Una de las grandes lecciones que le dio Arturo Nahle a Le Roy fue precisamente esa: “Nunca te pelees con la prensa. Tú te vas y ellos siguen”. Pues bien, es momento de que Susana retome parte de ese bagaje familiar para establecer un criterio menos lesivo a quienes ahí hacen su trabajo.

Ahora bien, su facultad es la de “resguardar” el recinto legislativo. La libre manifestación de las ideas, como ha ocurrido en otras legislaturas, de ninguna manera Susana debería de clasificarla como “amenaza”. Ejemplos de manifestantes en las galerías del Congreso, sobran.

Y precisamente porque no se ha conducido con imparcialidad en la Mesa Directiva es porque ayer no supo cómo enfrentar con institucionalidad un hecho que podría haberse evitado si desde un inicio hubiera dejado a los manifestantes ver la sesión en la parte alta del pleno.

Twitter: @GabrielConV

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