Nada le impide a Jorge Miranda Castro realizar campaña desde el escritorio, y no desde el territorio. En unos cuantos días, a su regreso a la presidencia municipal, lo único que necesita es comenzar a transparentar sus programas públicos, como la millonaria inversión en alumbrado urbano.
Si lo que busca es “refrendar” la confianza del votante de la capital, y separarse del voto de castigo que cargan en la nueva gobernanza, se encuentra a tiempo de explicar por qué, el último contrato del ayuntamiento en compra de luminarias lo otorgó a un proveedor de Zapopan, Jalisco (su segunda tierra).
Se trata de la empresa Industrias CEAD S. de R.L. de C.V., cuyo domicilio fiscal, para esta compra, se encuentra en la Avenida Lázaro Cárdenas #3670, interior 103, de la colonia Jardines de San Ignacio, de aquel municipio, y cuyo apoderado legal es César Ignacio Rodríguez Díaz.
El mismo proveedor que dice tener otro domicilio fiscal en la Calle #4, interior 1, de la colonia Independencia, en la delegación Naucalpan de Juárez, del Estado de México, como lo explica en el contrato No. 05-FORTAMUNDF-2022 que firmó con el ayuntamiento de Calera de Víctor Rosales, en Zacatecas.
Dos domicilios para una misma empresa, que sólo muestra dos evidencias de compraventa con instituciones públicas en la Plataforma Nacional de Transparencia, y una sola acta constitutiva del 17 de febrero del 2011, en la ciudad de Torreón, Coahuila.
En el rubro de venta de luminarias LED a municipios, César Rodríguez Díaz en realidad es un contratista nuevo que en los últimos dos años ha adquirido cerca de 2 millones de pesos de recurso público, a razón de vender lámparas a un precio unitario de 2 mil 800 pesos, muy distante a las erogaciones del proyecto “Capital Iluminada”.
La primera etapa de ese programa constó en la renovación de 14 mil dispositivos de alumbrado público, con una inversión cercana a los 60 millones de pesos. Divididas en distintas facturas, el negocio recayó, primordialmente, en las empresas fachada de los hermanos Julio César y Patricia González Hernández.
El esquema fue el mismo: un local de venta de celulares domiciliado en el municipio de Jerez alojó la simulación de compraventa de luminarias a sobreprecio. En eso consistió, medularmente, la propuesta “generosa” de renovar todo el alumbrado público de la capital, con el visto bueno de David Monreal Ávila.
Los “socios”, luego entonces, no distan mucho del mismo grupo en el poder. Como lo representa fielmente el contrato PMZ-SAD/ADQ-042-2023, con el que el ayuntamiento capitalino adquiere 190 metros cúbicos de suministro de mezcla asfáltica y 6 mil litros de emulsión catiónica de rompimiento rápido.
Una adjudicación directa por 600 mil pesos, que el 28 de abril del 2023 le otorgó Jorge Miranda Castro al arquitecto José Guadalupe Bañuelos Robles, “Administrador Único y Apoderado Legal de la empresa Grupo Constructor Plata S.A. de C.V.” como aparece su nombre y rúbrica en el documento.
Materia prima que serviría, entre otras obras, para la rehabilitación de la vialidad principal de la colonia Colinas del Padre. Según fuentes internas, la factura por las obras iría a solventar los trabajos de Octavio Romero Sánchez que, como aquí se explicó, es uno de los contratistas más socorridos por Jorge desde hace años.
El mismo que vendió al entonces subsecretario de Obra Pública en 2019, Luis Mario Báez Vásquez, un proyecto por 1 millón de pesos para el diseño del “Paso Superior Vehícular Boulevard López Portillo – Avenida México en la Zona Metropolitana Zacatecas – Guadalupe, para Mejorar la Movilidad Urbana de la Entidad”.
Mismo funcionario que de la Secretaría de Obras Públicas saltó, con invitación de Jorge de por medio, a la Secretaría de Obras Públicas Municipales en la actual administración del muy verde ecologista. Y el mismo proveedor que remodeló las instalaciones del ayuntamiento, en los últimos dos años.
Así que, en este tramo de su gobierno, Miranda Castro bien podría reinaugurar el “más escritorio, menos territorio”. Hay muchas preguntas que resolver en el gobierno municipal, como la que intenta averiguar por qué, en la remodelación del despacho presidencial, incluyeron una ducha con regadera en el baño… ¡cosas veredes!
#Casualidades: Las negociaciones han iniciado en torno a los primeros debates del proceso electoral local. “Javo” Torres Rodríguez inició las solicitudes en el caso de Fresnillo, y el IEEZ convocó a los representantes de partido hace unos días.
Lo mismo en la elección en Guadalupe, que madrugó con propuesta de debate Hector Manuel “Tito” Méndez Rodríguez. Seguido de él, ingresó la solicitud de Roberto Luévano Ruiz.
De quien no se tenían noticias, hasta este fin de semana, era de José “Títere” Saldívar. A él le urge, más bien, retomar su silla en la presidencia de Guadalupe, pues la campaña comienza a mostrar luces rojas en los sondeos internos de Morena.
Pendientes también están los debates que organizará la Junta Local del INE, comandada por Matías Chiquito Díaz de León, de aspirantes al Senado de la República y diputados federales.
Ahí nos podrá explicar Saúl Monreal Ávila, por qué sus mítines no pasan de una veintena de personas. Como le sucedió recientemente en la comunidad de Santa Mónica, que terminaron por rellenar las brigadas del Cachorro.
Aunque lo niegue, el peso del apellido Monreal lo ancla en vez de impulsarlo a avanzar. Empero, y aunque lo vuelva a negar, es gracias a los Monreal que Saúl hoy está donde se encuentra, para bien y para mal.