Confesiones a medias.

Aunque la diputada Priscila Benítez Sánchez confiesa haber conocido “las entrañas y la corrupción” del PRI nunca dijo que las empresas constructoras de su familia crecieron al amparo de Miguel Alonso.

El desaseo en la “oposición”.

La oposición en la Cámara de Diputados está más interesada en compartirnos su vida personal en redes sociales y asumir los costos de la corrupción ajena, que en comportarse como una verdadera oposición política.

La farsa del “gobernador”.

Todo fue una puesta en escena. El dinero del ISSSTEZAC siempre estuvo en las cuentas bancarias, sin embargo, David no tenía prisa por dar nombramientos en su pasmoso “gobierno”.

Se le agota el discurso.

A pasos agigantados se agota el único recurso de gobierno de David: el discurso. El apellido Monreal tendrá toda la presión del centro en su futuro político.