Nunca tuvimos dudas. Nos faltaban algunas cuantas pruebas. El núcleo de la nueva gobernanza es uno excluyente, discriminatorio, y que repudia aquello que no pertenece a su identidad o su filiación. Verónica del Carmen Díaz Robles no pudo ser más enfática en el pensamiento y las actitudes que rigen entre los davidistas.

En tan sólo cuatro párrafos, la delegada de Bienestar nos demuestra quiénes, según su criterio, tienen derecho a voz, a pertenecer y a un cargo público en esa nueva gobernanza: aquellos y aquellas que salgan a la calle, platiquen con la ciudadanía, y “sean pueblo”. Un cúmulo de conceptos abstractos más bien relacionados con su cargo público.

Pero, llama la atención aquello de “ser pueblo”. Ahí las subjetividades dan lugar a cualquier tipo de interpretación. ¿En una misma categoría “son pueblo” los servidores de la nación, coordinadores, subdelegados y la delegada, aunque los ingresos de cada uno varíe substancialmente? ¿Por el simple hecho de acudir a comunidades a entregar programas sociales?

¿Aunque algunos de ellos se manifiesten en las instalaciones de Bienestar porque no se cumplen las condiciones de trabajo en un contrato colectivo? ¿O quienes se manifiestan por los tratos indebidos y el acoso laboral en esa delegación dejan de “ser pueblo”? De ser así, ¿no es arbitraria la postura y la restricción de la delegada sobre quién sí debe y quién no integra ese ente abstracto?

Porque, de acuerdo con su mensaje, el “ser pueblo” (conforme a sus requisitos) dota o restringe de ciertos derechos. El primero de ellos, el derecho a expresar una opinión en sentido crítico al respecto de los esquemas de trabajo de la Cuarta Transformación que, francamente, no han modificado en lo mínimo la crisis de inseguridad que persiste en Zacatecas.

Es la misma esencia de los mensajes que replicaron (con parecidos identificables) Héctor Adrián Menchaca Medrano, Gerardo Flores López, Javier Reyes Romo, Lyndiana Elizabeth Bugarín Cortés, Roxana Muñoz González (ella incluso habló de “cenadora”) entre otros. Sólo quienes ellos entienden como “pueblo” pueden opinar al respecto de lo que sucede en las Mesas de Construcción de Paz.

Como si los integrantes de esas mesas tuvieran por obligación en el mandato “ser pueblo”, “visitar comunidades”, “recorrer calles, colonias o municipios” y “platicar con la ciudadanía”. Desde ese simple elemento la retórica de la nueva gobernanza que impulsa Verónica Díaz no tiene sostén o fundamento alguno, más allá de un juego subjetivo y maniqueo para desacreditar y callar voces.

En el reproche desde su cuenta en Facebook, que luego eliminó (pero reprodujeron otros), Verónica Díaz lo mismo habría mostrado un sesgo ideológico cuando se trata de “violencia política de género” a la que ha aludido en otros casos, supuestamente en contra de su persona. Con ello elimina cualquier posibilidad de legitimar su cruzada personalísima contra ciertos periodistas.

Al dirigirse a María Soledad Luévano Cantú como una legisladora a la que se le dio un escaño “de regalo” en la Cámara Alta, no se deberían descartar patrones de discriminación hacia su propio género. Como lo asentaron las y los magistrados del Tribunal de Justicia Electoral del Estado en el procedimiento especial sancionador TRIJEZ-PES-003/2020.

En sesión virtual del 31 de marzo del 2021, Rocío Posadas Ramírez, José Ángel Yuen Reyes, Gloria Esparza Rodarte, Teresa Rodríguez Torres y Esaúl Castro Hernández determinaron que al asignar “calificativos que demeritan el desempeño del cargo de la quejosa y se le sitúa en un grado de inferioridad frente a los varones” se había ejercido violencia política contra Ruth Calderón Babún.

Cobardes e inútiles posturas. Señalar y criticar desde la comodidad del escaño que le fue “regalado” a Soledad. Indolente, oportunista, y farsante. Qué separa estas expresiones de los argumentos del pleno del TRIJEZ en aquella sesión: “la intención de los participantes, por un lado, fue descalificarla públicamente negando que tuviera capacidad para desempeñar el cargo”.

Tendríamos entonces a una presunta víctima de violencia política de género que, en cuestión de días, pasaría a potencial agresora y violentadora, si seguimos los criterios con los que el tribunal electoral sacó de la contienda a Ulises Mejía Haro y a Iván de Santiago Beltrán, y sancionaron a otros ciudadanos y medios de comunicación en el mismo sentido.

Es cierto también que el contenido del mensaje de Soledad Luévano no portaba contenido novedoso alguno, y que David Monreal Ávila nunca ha puesto atención a las redes de la legisladora. Sería por esa razón, probablemente, que hasta dos días después los integrantes de la nueva gobernanza reprodujeron las ideas de Verónica Díaz y respondieron desde sus redes.

Lo que abre una posibilidad: la que pretende sea su campaña (cada vez más lejana) al Senado de la República, atraviesa por las líneas contradictorias entre la 4T y el desgobierno en Zacatecas. Su proselitismo, como sus redes sociales, hablaría de “Construcción de paz basada en el amor a la Patria” (sic) o de “bienestar casa por casa, potrero por potrero, y barbecho por barbecho” (sic).


#Casualidades: Fue otro momento incómodo entre las comisionadas Fabiola Gilda Torres Rodríguez y Norma Julieta del Río Venegas, quienes se tuvieron que ver los rostros después del incidente en la Feria de la Verdad, cuando la del INAI arrebata del brazo a su homóloga para quitarle su lugar.

Por si fuera poco, y de acuerdo con fuertes cercanas, Norma Julieta montó en cólera (algo normal en ella) una vez que Fabiola se dio cita en una reunión de la asociación Rosa Mexicano que encabezó Eldaa Catalina Monreal Pérez en Zacatecas, hace un par de semanas.

El momento obligaba al mal trago entre ambas, pues protocolariamente había que recibir a la comisionada Josefina Román Vergara, que asistió a uno de los minúsculos cotos de poder de Julieta en la Universidad Tecnológica de Zacatecas.

Ahí ofrecieron una conferencia sobre protección de Datos Personales a los alumnos de la institución, y luego posaron para la foto en la inauguración de un tanque de rehabilitación, que puso en funcionamiento Gonzalo Franco Garduño.

La nota no la dieron ahí, sino posteriormente, pues David Monreal permanecía en “gira” por el municipio de Miguel Auza. Su agenda no ha vuelto a abrirse para saludar a los comisionados del INAI, incluso con dos de sus representantes del pleno en Zacatecas.

Por cierto, Julieta debería de echarle la mano a Garduño, como le ayuda a Humbelina Elizabeth López Loera en quién sabe qué tantas cosas cuando la de la Función Pública estaciona su auto en horario laboral fuera del domicilio de la comisionada. La cuenta pública del UTZAC muestra subejercicios por 96 millones 569 mil 234 pesos. O no sabe gastar, o no sabe reportar sus números. ¡Ayúdale “comadre”!

Twitter: @GabrielConV

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